Celine: Kamasutra telefonico

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En serio, ¿qué pasa con él? —Me pareció... malhumorado, distante, callado; todos los adjetivos que nunca asocié con Maximilian. La preocupación palpitaba en mi interior.

—Tal vez descubrió tu engaño —dijo Josh, arqueando una ceja en tanto pasaba un brazo alrededor de la cintura de Zoey y la acercaba. Maldita sea, no aprobaba lo que había hecho, ¿verdad?

Tragué saliva y desvié la mirada. —¿Le dijiste?

—No. Pero no es estúpido, Cel. Si sigues así, se dará cuenta.

No sabía cómo responder a eso, así que respiré profundo.

—Lo que estás haciendo no puede conducir a nada bueno. —Josh me envió una mirada constante que disparó un escalofrío por mi espalda y me hizo sentir peor de lo que ya lo hacía.

Pero incluso mientras Zoey suavemente le regañaba—: No tenías que decirle eso. —Asentí, de acuerdo con él. Sabía que tenía razón. Debería detener la locura. Ya afectaba a Maximilian, y lo último que quería era hacerle daño.

Me aparté de ellos, despidiéndome.

Antes de que pudiera detenerme, saqué mi teléfono de mi mochila, actualicé mi nuevo número de Google y tecleé un mensaje.

Quizá deberíamos cancelar lo de mañana por la noche, escribí y pulsé enviar antes de que pudiera detenerme. Un nudo se formó en mi pecho, y de repente, me entraron ganas de llorar. ¿Nunca iba a compartir otra intimidad con él?

Mi teléfono sonó, y saqué un estremecido aliento. Medio esperando que rogara para que me reuniera con él de todos modos, abrí el mensaje y me quedé mirando fijamente su respuesta. Quizá, fue todo lo que dijo.

—¿Quizá? Espera, ¿qué? Se suponía que me quería sin importa qué. ¿Por qué no me quería? Algo andaba mal con él. O tal vez me hallaba destinada a ser rechazada por él con cualquier identidad que usara.

No me gustaba eso. La ira creció dentro de mí: Entonces, ¿por qué TÚ no quieres que nos encontremos?, exigí saber.

¿Por qué no quieres TÚ?, replicó.

Yo pregunté primero.

Bueno, tú empezaste toda esta jodida discusión, por lo que tendrás que responder primero.

—-Maldita sea. Apreté los dientes: No sé. ¿Por dónde quieres que empiece. Me siento engañada, supongo. Dicen que solo lo haces en la oscuridad y por detrás. Pero, ¿qué pasa si quiero más? ¿Qué pasa si quiero recorrer mis manos por tu pecho y tu cabello? O clavar mis uñas en tu trasero mientras golpeas dentro de mí. Quiero tu aliento, caliente y pesado, en mi oído susurrando todas estas cosas sucias mientras que nuestros pechos chocan entre sí.

Oh Dios mío. ¿Por qué seguía escribiéndole esta mierda? Tal vez porque no podía evitarlo. Mis dedos de repente tenían vomito de palabras.

Quiero tumbarte y trepar sobre tu regazo, y solo... montarte hasta que te vengas dentro de mí. ¿Pero nunca seré capaz de hacerlo? Digo, si solo lo haces desde atrás. Nunca llegaré a ver tu cara y besarte cuando estés dentro de mí. Nunca llegaré a hacer TODO TIPO de cosas que estoy deseando hacerte.

Lo que dije era todo cierto, pero era solo una cortina de humo para lo que realmente anhelaba. Por encima de todo, me molesté porque nunca llegaría a tener una relación verdadera con él.

Mi teléfono sonó, haciendo que mi pulso se tambaleara. Casi tenía miedo de leer su mensaje: —Odio tener que decírtelo, cariño. Pero lo que ELLOS te han dicho, no es cierto. Lo hago en TODA clase de posiciones. Tus preocupaciones son completamente infundadas.

My secret love-- Max MeyerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora