Celine: El cuarto oscuro de Maximilian

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Me quedé en Purple un rato más y observé a Maximilian desde una distancia segura. Miraba la abertura del pasillo hacia los baños con un ligero ceño fruncido un par de veces.

—Estás siendo muy evidente esta noche —dijo Zoey a mi lado. Ni siquiera le di un vistazo. —¿Hmm?

—Eso de observar fijamente a Max —advirtió—. Ni siquiera te molestas en ocultarlo. ¿Te enojo mucho cuando te ahuyentó a ese tipo?

—Oh, ya me olvidé de eso —dije, aunque no era cierto. Todavía quería hacerle daño, no solo por rechazarme y luego ir detrás de otras mujeres como Kelly, sino por impedir que hiciera exactamente lo mismo que habría hecho con ella.

Miré la hora en mi teléfono. Once y treinta. Si dijo en serio eso de encontrarse con Kelly en la medianoche, él tendría que salir pronto. Pero seguía aquí. Tal vez esto significaba que no...

—Oye, Josh. Me marcho. —Él apareció de la nada a mi lado para golpetear la parte superior de nuestra mesa y llamar la atención de su compañero de cuarto.

Se encontró con mi mirada y se detuvo. Leyendo algo —aunque no estoy segura de qué— en mi expresión, se acercó a hablar en mi oído.

—¿Qué? No sigues enojada conmigo por ahuyentar a ese niño, ¿verdad?

Bufé y levanté mi barbilla. —Eres tan malo como León. Digo, nunca me vas dejar salir con nadie sin ningún tipo de interferencia, ¿verdad?

Me miró un momento más, su expresión intencionada albergando todos sus pensamientos. Luego se inclinó de nuevo. —¿Qué tal esto? Si alguna vez alguien es lo suficientemente bueno para ti, voy a dar un paso atrás y dejarte con él sin siquiera una sola mirada de "piérdete" en su dirección. —Entonces se inclinó aún más cerca—. El problema es que no creo que nadie alguna vez vaya a ser lo suficientemente bueno para alguien como tú.

Un escalofrío me sacudido.

—¿Ni siquiera tú? —pregunté.

Sus ojos brillaron ante la pregunta. —Sobre todo yo. —Dejando caer mi cabello, dio un paso atrás y se irguió antes de echar una rápida mirada hacia la barra, como comprobando si mi hermano podía vernos o no, se dio la vuelta y se marchó.

Ni siquiera debería considerarlo. Entonces lo hice, de todos modos.

En serio... si llegaba al apartamento de Max esta noche a las doce y entraba en su cuarto oscuro, y si de verdad siempre lo hacía con las luces apagadas, él nunca sabría que era yo. Pensaría que era Kelly. ¿Cierto?

Mi corazón latía con fuerza. Sí, esa era una idea loca. Demasiado loca. Iba a dejar de pensar en eso ahora.

Por otra parte, ¿cuál sería el daño? Él conseguiría sexo. Yo obtendría lo que había estado anhelando de él durante meses. Sinceramente, todo el mundo estaría feliz. ¿No? Ni siquiera León podría enloquecer por lo que pasó, porque nunca se enteraría.Maximilian podía tenerme, y no tendría que preocuparse de ocultárselo a mi hermano.

Media hora más tarde, miles de voces en mi cabeza chillaban. "Por el amor de Dios, Celine. ¿Qué estás haciendo? "

—Shh —les susurré a esas voces—. Lo voy a hacer.

Me deslicé dentro de la puerta de entrada del apartamento y luego la cerré detrás de mí con dedos temblorosos. Para ser discreta, había estacionado el coche que mi cuñada me prestó esta noche a una cuadra. Y si alguien me atrapaba dentro, ya tenía una excusa a mano. Estaba aquí para ver Zoey. Para hablar de cosas importantes de chicas. Sí. Eso sonaba bien.

My secret love-- Max MeyerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora