Capítulo 16: El libro de Knema(2/3).

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Los pasos de Aika resonaban en aquellas calurosas calles de Tokyo, con una pequeña bolsa de plástico colgada de su brazo, y una malteada en su mano derecha, caminando alegremente mientras tarareaba una de sus tantas favoritas canciones en la Playlist de su teléfono celular. Mayormente, eran canciones del genero pop, sin embargo, de entre todas ellas su favorita era Así era ella. Esa canción siempre la animaba, no sabía como explicar ese tipo de sentimiento, pero era como recibir chocolates en San Valentín cuando tus oportunidades por recibir cada año eran casi nulas. 

Era un día bastante agradable, el sol brillaba y el aire era fresco, poco usual en verano ya que normalmente era bastante caliente al tacto de la piel, más ese día parecía diferente, por alguna extraña razón sus ánimos ese día habían saltado de la cama temprano y la obligaron a salir de compras... Y tal parece, los chicos tras ella también habían despertado del mismo animo.

Un estúpido pelirrojo, un egocéntrico idol y un deprimente chico de preparatoria que había sido obligado por el idol y el pelirrojo, eran testigos de como la rubia violinista, dejaba un rastro de ambiente floral por cada parte de la ciudad por la cual caminaba.

-. Una vez más...-.  Hablo el peligris, suspirando de cansancio-. ¿Podrían explicarme porque seguimos a Hanazono-san desde hace más de una hora?-. Preguntó, con un deje de aburrición de no encontrar algo realmente chocante en la rutina de la violinista.

Yusuke y Fuuto lo miraron, estos se encontraban escondidos tras un muro de cemento, viendo de reojo a Aika quien en ese momento, se miraba bastante entretenida viendo unos cuantos gatos jugar cerca de unas escaleras que llevaban a un templo.

Ambos fruncieron el ceño, como si el haber preguntado aquello hubiese sido delito federal como descargar lolis por Internet. 

-. ¿No te das cuenta? Aika y Ema han estado demasiado extrañas esta semana, ¿no tienes curiosidad por saber que sucede?-. Le cuestiono Yusuke, Fuuto asintió.

-. No nos vamos a quedar sentados de brazos cruzados como el resto, nosotros queremos saber la verdad-. Dijo el castaño, suspirando. 

Iori frunció el ceño, más no se quejo, ellos tenían razón, la curiosidad era demasiado grande como para resistirse. Desde entonces, ni Ema ni Aika habían hablado del tema, y a comparación de antes, ya no se les miraba tan apegadas. Existía la posible de que hubiesen terminado, más no estaba confirmado por ambas, además, si hubiesen terminado ni siquiera se verían a la cara menos Ema invitaría a Aika a desayunar.

Quizás, ¿era cierto aquel dicho de que las miradas perdían el sentimiento después de tres meses? 

No lo sabían, pero lo que si sabían y de lo que se dieron cuenta al salir de su breve discusión, fue de que habían perdido definitivamente de vista a la rubia. Tragaron saliva.

-. Oh mierda...-. Musito Yusuke al darse cuenta de que los dos tras de él se habían quedado mudos.

-... ¿A quién buscaban...?-. Una gran aura oscura tras de ellos los horrorizo, y al darse la vuelta casi con el infarto en la garganta, vieron a Aika ampliar una tenebrosa e intimidarte sonrisa.

-. Ah, eso...-. Quiso pronunciar Fuuto, pero ella le interrumpió.

-. ¿Sí, díganme? Soy toda oídos...-. 

La rubia le dio un gran mordisco a su creepa, dejando a la vista, unas cuantas manchas de chocolate que había dejado aquella mordida al postre, mientras tanto, los chicos quienes habían sido obligados a pagar aquella deliciosa creepa, estaba sentados frente a ella en el suelo de la tienda de servicio. En la sombra, mientras que Aika estaba sentada en la banqueta, comiendo felizmente su creepa y un cartón de leche con chocolate. 

¡Enamorate, Aika-chan! (Brothers Conflict) [HIATUS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora