Capítulo 8: Interpretación.

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Aika tenia él cielo en su mirada, pero en su corazón había un infierno liderado por un demonio.

No sonó él despertador sino hasta cuando Aika ya se encontraba en la ducha, con su teléfono reproduciendo la misma melodía una y otra vez, y ella en la ducha fingía tocar un violín.

Algunas personas cantaban en la ducha, Aika tocaba -ficticiamente- él violín.

-. ¿Mostaza o sin mostaza?-. Kyuujin la miro desde él otro lado de la barra una vez Aika bajo por las escaleras, con sólo una toalla cubriendo su cuerpo y la partitura en su mano con la vista en ella.

-. Con-. Respondió, sin despegar la mirada de la hoja y caminando al refrigerador en busca de algo para beber.

Kyuujin se dio la vuelta, y siguió preparando los amados huevos con mostaza que Aika amaba. Y un par de minutos mas tarde, se escucharon los pasos de alguien bajar las escaleras con torpeza y pereza.

-. Nee-chan, deja de salir así de la ducha, dejas él piso todo mojado-. Un chico parecido a Aika, de cabellos castaños y ojos esmeralda, entro a la cocina recién levantado y algo molesto por las acciones de su hermana mayor.

Aika lo miro durante un segundo, para luego volver la mirada al interior del refrigerador, y tomar una botella de té helado sabor limón. Aiko bufó, recibiendo perfectamente él rechazó de su hermana a plena hora de la mañana. Aunque ya estaba acostumbrado, era molesto hablar con alguien y que fuera como hablarle a la pared, así era la relación de Aika y Aiko, que a diferencia de Azusa y Tsubaki, estos sólo se hablaban cuando podrían sacar provecho de la situación o él siquiera dirigirle la palabra.

Aiko era él suministro personal de postres de Aika, y Aiko era él cazapartner de Aika, la usaba para impresionar chicas y ganarse una que otra cita o número en él centro comercial cada vez que los veían juntos.

Más tarde, Alya bajo también a desayunar ya preparada para ir a la universidad. Estaba emocionada, podía notarlo a millas, y Aiko y Aika al saber que tendrían que escuchar una historia de Alya -inventada por supuesto-, casi quisieron salir corriendo con la excusa de que llegarían tarde.

-. ¿No deberías dejar esa hoja para comer?-. Ya en la mesa, Alya algo irritada de ver a su hermana con la mirada pegada en una hoja, sin prestarle para nada atención a su historia, se quejo.

Aika se encogió de hombros.

-. Tengo dos días para aprender la letra, además, este día será más que importante a diferencia de los demás...-. Lo último lo murmuro, pero su padre logro escucharla y suspirando, pregunto:

-. ¿... Es por él?-. Aika guardo silenció, su expresión parecía decir que hubiese deseado que aquellas palabras no hubiesen salido de la boca de su padre.

-. Él sábado es 29, no me extrañaría que ella este en ese estado-. Suspiro Aiko, dándole un sorbo a su vaso con jugo de naranja mientras se encogía de hombros.

-. Él veintinueve...-. Murmuro Alya, pensativa. Tenia en la punta de la lengua lo que se celebraba ese día, pero por más que buscaba para ponerlo en palabras correctas, su poco coeficiente intelectual no se lo permitía.

En ese momento Aika pensó que fácil podría llevarse de maravilla con Yusuke o Fuuto, pero las edades de ambos eran descoordinadas con la mayor. No quería que acusaran a su hermana de pedófila como seguramente, algún día terminarían acusando a Kaname Asahina.

¡Enamorate, Aika-chan! (Brothers Conflict) [HIATUS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora