—A veces me gustaría dejar de lado todo—comentó Aika, rompiendo el silencio entre ambos, Iori la miro finalmente, separando su vista de su taza con té rojo—Me siento tan mal, como si los lastimara.
—... No es culpa de Aika-san, no se puede elegir de quién te enamoras—quiso animarla el mayor, más ella simplemente bufó.
—Iori-san, eres demasiado compasivo conmigo—se quejo, Iori rió—No debes serlo, debes decir que es mi culpa y que me vaya de una vez de sus vidas.
—Yo no tomo esa decisión.
—Mínimo podría amenazarme—chistó cruzándose de brazos.
— ¿Por enamorarnos? Eso pasaría de una u otra manera.
Aika bufó, si trataba de hacerla sentir mejor estaba haciendo todo lo contrario. Ese comentario no mejoró su estado, ni lo mejorará.
—... Me siento aún más mal por Ukyo-san—opinó finalmente, dejando caer su rostro contra la mesa de madera.
—Te regalo unas rosas imposibles, dudo que haya sabido el significado.
—Hubiera sido peor si eran crisantemos amarillos—dijo de nuevo la rubia, sin pensar lo suficiente en aquella respuesta, y al percatarse, levantó de golpe el rostro con una expresión de horror—Quise decir, unos, unos, ¡Unos claveles estriados! Sí, eso...
Iori se quedo en silencio durante un par de segundos, sabía que Aika intentaba no hablar el tema sobre su rechazo indirectamente directo. No obstante, aquello más que causarle incomodidad, le provoco cierta gracia que ilustró en una pequeña sonrisa que Aika notó.
—Sinceramente unos claveles son más baratos que unas rosas casi imposibles de encontrar—bromeó el chico, ignorando por completo el error de la rubia.
Suspiro, estaba acabada.
—De una u otra forma tengo que hacer algo—decidió ella, apoyando su barbilla sobre la mesa.
—Rechazarlos son la forma más vial.
Aika hizo un puchero.
— ¡Iori-san, no quiero lastimarlos!
—Dejarlos esperando y dándoles esperanzas hará más dolorosa la caída.
Se quedo callada, en algo tenía razón, estaba yendo a pasos lentos, demasiado para su gusto, si no los conociera tanto los rechazaría al instante pero en el camino cometió un error, algo hizo mal y se encariño con todos ellos, ya fuera la cómica perversión de Kaname o la molesta ironía de Hikaru.
Que aunque eran desagradables a cierto punto, también le hacían gracia.
—El punto es que, debo hacer algo, sea para bien o mal, tengo que hacer algo y aún no sé qué hacer sinceramente.
—Y comer tantos canelés no ayudan en lo absoluto—agregó Iori, echando a un lado la bolsa marrón.
Aika se cruzó de brazos, Iori no ayudaba en nada a tomar una decisión.
— ¿Aika?—la mencionada se giro ante el llamado, encontrándose con Yusuke, quien la alcanzó trotando un poco.
—Ah, hola Yusuke-kun—saludó la rubia, con un ademán, para después hacer una mueca—Que raro que me llames en el instituto.
—Oh bueno, sobre eso...—ni siquiera sabía el por qué la llamó, simplemente verla por el pasillo hizo que el evitar llamarla fuese imposible.
Obviamente no le diría eso, no iba al caso.
—Olvídalo, que bueno que me llamaste, tengo una cosa que hablar contigo—soltó de repente, sacándolo de su pensamiento.
La miro confundido.
— ¿Conmigo?—asintió, y se sonrojó levemente, hablar con chicas no era su fuerte, menos siendo la chica que robo el corazón de la chica de quien estuvo enamorado en cuestión— ¿Sobre qué?
—...—Aika se percató de que algunas personas los miraban extraño, no era normal verla hablar tan tranquila con Yusuke, siendo ambos tan diferentes a ojos del resto—Pero no aquí, ven conmigo.
Tomó su muñeca con algo de fuerza y lo guío hasta la primera planta, al sentir su toque sintió como los colores rápidamente viajaban hasta su rostro.
Definitivamente, las chicas no eran su fuerte.
— ¿Cómo Ema rechazó a nuestros hermanos?—repitió cuando encontraron un lugar en el patio, tras un par de árboles como si estuvieran traficando albaca con un aroma petulante— ¿Por qué quieres saber eso?
Aika le miro incrédula, ¿En serio preguntaba eso? ¿Era tan idiota? Con suma razón Ema no tenía esperanzas en que llegará a Meiji, nadie tenía esperanzas en el pobre Yusuke, ni siquiera ella.
— ¿Eres tonto o te haces? ¿Sabes la relación extraña y anormal que tengo con tus hermanos siquiera? Excluye a Chi-chan, ella no es extraña o anormal—rodó los ojos con obviedad.
Chistó la lengua al escucharla.
—Lo que trato de decir, es que a ti claramente no te servirá el método que uso Ema con nosotros—suspiro—Eres demasiado distinta, sino se rindieron con Ema después de rechazarlos a todos, menos lo harán contigo.
Su mirada quedo fija en su rostro, buscando muestra de algo más que ayudará a lo que tenía que hacer, pero sin ver huella alguna se dejo caer en su lugar, soltando un profundo y cansado suspiro.
Se estaba quedando sin tiempo.
—Agh, nada me está ayudando, ¿Qué debo hacer?
Su voz salió tan minúscula que apenas pudo llegar a los oídos del pelirrojo, un tono casi sin vida a comparación de antes.
Yusuke sintió pena por ella, por alguna razón sentía comprenderla y quería darle el apoyo necesario, aunque también, sentía unas pequeñas punzadas al darse cuenta que ella buscaba deshacerse de todos, inclusive él.
Así que, sin poder hacer mucho le dio un par de palmadas en el hombro, la rubia miro entre sus dedos con confusión hacía Yusuke, él le dedicó una sonrisa alentadora al ver su rostro casi a punto de romperse.
No podía creer que el mismo tipo "bravucón" era quien la consolaba en ese momento, y sí, entre comillas, porque ella sabía perfectamente que Yusuke no lo era, él era genial, aunque odiase admitirlo. Aunque era demasiado tímido y molesto, su carisma le agradaba y, para que negarlo, era agradable.
Entendía porque estaba enamorado de Ema, las personas iguales se atraen, si él se lo preguntará, definitivamente diría que tienen su bendición.
Ema merecía a alguien como él.
—Yusuke-kun...
— ¿Sí?
Aika rió un par de segundos después, provocando un poco de color en su cara.
—Eres genial.
«Una manera sencilla de rechazarlos todos a la vez, podría ser escoger a uno de ellos. Con eso posiblemente y con suerte, todos se rindan de una vez por todas».
Esa fue la explicación rápida que dio Yusuke, por lo cual desde que llegó a casa lo único en lo que podía pensar, era en sí esa opción era viable.
Es decir, no buscaba lastimarlos, pero tampoco quería herir sus sentimientos de una forma tan abrupta e indirecta. Algunos de ellos tuvieron las agallas de confesarse y, ella no quería arruinar su relación con todos.
¿Qué debía hacer?
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¡Enamorate, Aika-chan! (Brothers Conflict) [HIATUS]
FanfictionHanazono Aika es una joven chica de dieciséis años común y corriente, con una vida tranquila y hasta un poco aburrida. Sin embargo, Aika tiene un gran talento para tocar el piano y el violín, lo cual la ha llevado a ganar unos cuantos premios en...