Capitulo 37: Una mamada.

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Salí de la habitación con un poco de mis cosas ya que Justin se había llevado mi maleta cuando salió de esta. Lo divise apoyado en el borde del comedor con el entrecejo fruncido y las manos junto con los pies cruzados quien lo viera así lo pensaría dos veces para acercarse.

Le sonreí ampliamente y el solo me miraba fijamente sin ninguna expresión aparte de la de "Estoy jodido no me provoques" -¿Estas aún enfadado? Dije que te lo recompensaría-Me acerque a él a lo que me esquivo.

-No-Dijo tan cortante que me dolió. Tal vez me pase un poco al dejarlo con una tremenda erección supongo que a ningún hombre le gusta eso.

-Justin...

-Vamos-Cogió mi maleta y salió.

<¡Mierda! No pensé que se enojaría tanto ¿Qué hago?> Pensé mientras iba tras el.

<Deja de pensar idioteces y has algo>

<Para ser mi consciencia no ayudas mucho que digamos>Pensé.

<Hago lo mejor que puedo no es fácil mi trabajo niña>

Pensé mis posibilidades de hablar con él y arreglar las cosas y la verdad es que no tenia muchas opciones así que opte por la mas sencilla y rápida. Empuje Justin a lo que se supone es un cuarto donde guardan las cosas de aseos y nos encerré.

-¿Que estas haciendo?-Pregunto no se bien si enfadado o curioso lo que si sabia era que estaba tan confundido como yo. Porque también me hacia la misma pregunta ¿Qué estoy haciendo?

-Lo siento ¿Si?-El me seguía mirando sin decir nada hasta que después de unos segundos hablo por fin.

Dio un largo suspiro y se acerco a mi, el espacio era reducido por lo que estábamos muy juntos. Baje mi cabeza me sentía mal por él pero no creía que fuera el mejor momento para que estuviéramos juntos considerando el hecho de que nos esperaban para irnos pero admito que es mi culpa no debí provocarlo. El poso su mano derecha en mi mentón para levantarlo y besarme con ternura combinada con pasión no me explicaba como era eso posible pero lo era.

-Me debes una-Susurro cerca de mi oído- Porque me dolió como el infierno-Lo abrace mientras asentía a lo que me decía-Además tengo pensado encerrarte en mi casa desnuda todo un día. Por lo que no me puedo enfadar contigo-Sonreí-Solo pensar en tenerte así me pone duro-Me volvió a besar.

-Creí que tendría que hacerte una mamada para que se te quitara el enfado-Podía sentir su corazón palpitar con rapidez, levante mi mirada y vi como sus ojos estaban abiertos completamente-Justin...

-No debiste decir eso-Parecía incomodo-Mejor vámonos.

-¿Estas bien?-Toque su abdomen para detener que se fuera.

-No, mira-Cogió mi mano de su abdomen y la bajo lentamente hasta su miembro que estaba totalmente erecto- No estoy bien para nada, es incomodo-Dijo frustrado- Te tengo tan cerca en un lugar reducido y con el pene palpitando como el demonio diciéndome prácticamente que me funda en ti pero no tenemos tiempo y ... ¿Qué haces?

-No pienso dejarte dos veces con ganas-Dije después de dejar que su pantalón cayera a sus pies y lo bese, lo beso con ganas, pasión y amor-Se que no tenemos mucho tiempo pero lo haré rapidito-Susurré. Le quite la musculosa de manera ágil y eficaz. Bese su cuello después de entretenerme unos segundos ahí empecé a bajar mis besos por sus pectorales lamiendo, besando incluso mordiendo sus tetillas a lo que el gruñía. Cada vez bajaba mas acercándome cada segundo a su miembro que podía jurar que pronto escaparía del bóxer que lo mantenía cautivo.

Mi vecino el sexólogoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora