El avión se abre paso entre las nubes blancas casi trasparentes mientras el sol las atraviesa, Raquel puede escuchar el sonido de los motores que hieren sus oídos. Y sus ojos se llenan de lágrimas.
-Por favor abrochen sus cinturones, estamos a punto de aterrizar en Corea del Sur, Bienvenidos- dice la azafata, en tres idiomas, español, ingles y coreano.
Mi corazón empieza golpear fuerte en mi pecho que amenazaba con salirse de su puesto; La hoja de papel que guardaba en el bolsillo de mi chaqueta, la solté solo para hacer rápidamente lo que la azafata había ordenado, pero mis manos se volvieron torpes y sudaban.
Mi madre había escrito en un papel amarillo: "SIGUE ADELANTE" la única línea en tinta azul, que me decía todo lo que se venía y debía afrontar.
Al salir de casa no me despedí de mis padres, no podía. Mi hermano miraba el taxi en la acera esperando que partiera. Una sonrisa de satisfacción se extendía por su rostro, tal vez fue la peor de todas en todos estos años.
Moví de un lado al otro en mi mano jugando con el trozo de papel, mientras el avión comenzaba a aterrizar y me dejaba ver la opulencia de los edificios en Corea que se iluminaban con el tinte de las luces de la ciudad. El avión tembló mientras alcanzaba tierra firme, los motores parecían esforzarse al doble de lo que hacían porque el sonido que me molestaba se había duplicado.
La turbulencia se sintió en todo mi cuerpo y podía imaginar las llantas negras rodando por la calzada lisa de la pista de aterrizaje. El avión continuó moviéndose hasta que había bajado la velocidad completamente. ¡Era hora de salir!
Mis pies se arrastraban por el aeropuerto mientras buscaba la salida a la opulenta cuidad de Seúl. Podía darme cuenta que ya no estaba en casa por las letras que podía verse en todas las paredes del lugar, mi pecho se llenó de amargura. ¿Qué seria de mi sino hubiera tomado la decisión de irme de casa y de abandonar a mi familia?
A lo lejos distinguí la entrada con la escritura que no puedo descifrar. Antes de venir estudié el idioma, pero no has aprendido el idioma hasta que lo utilizas. Distinguí mi reflejo en una de las puertas de un auto que estaba con las puertas abiertas esperando por alguien. Mi cabello estaba enmarañado y tenía unas enormes ojeras debajo de los ojos.
Cuando pensaba que nada podía empeorar, además de mi aspecto físico, escuché unos gritos no de terror, sino de éxtasis, comencé a buscar el ruido y ahí estaban cientos de chicas que corrían desde la otra calle, con carteles, y fotografías de chicos con nombres en Coreano, que no entendía. Los únicos nombres que distinguía era MARK y JACKSON. Me hice un lado con temor a que me atropellará esa turba asesina de chicas locas.
Cámaras llegaron de todos lados y los flashes venían una y otra vez. Y ahí estaban los chicos más....extraños que había visto....sus cabellos estaban tinturados de colores llamativos, rosa.....rubio.....y los conté.....uno....dos....tres.....siete, eran siete chicos que caminaban con elegancia sonriendo a las cámaras.
-!Presumidos!- dije
La camioneta negra en la que me había reflejado antes los esperaba, uno a uno se perdieron dentro del automóvil, y yo me había quedado ahí con la boca abierta recordando que ya no estaba en casa.
Después del gran disturbio conseguí un taxi, que me llevó a lo que llamaría nuevo hogar, entré al pequeño departamento, que había alquilado desde mi país, semanas atrás.
Tenía dos semanas para acostumbrarme al clima, al horario, a una nueva cultura y a un nuevo idioma.
Desempaqué mis cosas, buscando un delicioso pastel de vainilla y limón que había traído antes de salir de mi país, como extrañaría mi vecindario, mis amigos, la vida que había dejado por la universidad aquí en Corea, simplemente tenía que hacerlo, necesitaba enterrar el pasado.
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I LIKE YOU
Fanfiction"SIGUE ADELANTE" la única línea en tinta azul, que me decía todo lo que se venía y debía afrontar. Lo moví de un lado al otro, jugando con el trozo de papel, mientras el avión comenzaba a aterrizar y me dejaba ver la opulencia de los edificios e...