CAPITULO 12

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Jinyoung

Tengo la cabeza hecho un lío sin poder concentrarme en lo que hago. Por un lado esta Raquel que es una compañera excelente para mi vida, con ella me siento muy bien. Pero, está Mark, siempre fue Mark. Nunca quise aceptarlo, pero para mi es... en lo único que puedo pensar en todo el día. Él único que veo en una habitación llena de gente. Después de lo que paso esa noche, aún puedo sentir sus labios en los míos y como sus cabellos dorados pasaban entre mis dedos. Pero he decidido, tengo que hablar con Raquel.

Entré a la pequeña habitación de Mark en el templo él sostenía un vaso de limonada en la mano y le daba pequeños sorbos.

-Hola, Hyung- Se puso rígido de repente, y su mejillas se sonrojaron.

-Jinyoungie- me saludó- y me sonrió

Me senté a su lado. Observando su delgado cuerpo moverse mientras revisaba un cuaderno de notas.

-¿Qué escribes?

-Amm...son solo notas- la dejó sobre su ropa.

-¿Para quién?- le pregunté esperando que hubieran sido escritas para mí. Pensaba en el hecho de cuan celoso había estado cuando él pasaba mucho tiempo con Sumni. No quisieran que fueran para nadie más. Había hecho las cosas mal pero intentaría cambiarlas.

-Son notas, para nuestras canciones en el futuro, o algún pensamiento que quiera recordar después- Mark dejaba el vaso de limonada mientras caminaba de un lugar a otro en la habitación arreglando su ropa.

-Quiero que vengas a caminar conmigo un momento- Me miró indeciso.

-Esta bien...creo- Me levanté, y lo ayude a levantarse. Salimos del templo al valle que se extendía unos cuantos metros más allá.

-Vamos hacía allá- El me siguió sin decir nada. Caminamos por el pasto seco que brillaba en amarillo, bajamos una pendiente.

-Debo decirlo.....no puedo guardarlo más- De esto se trataba empezar hacerlo bien. Estaba decidido.

-¿Qué quieres decirme?- me dijo Mark.

-Lo que he guardado siempre, lo que he querido ocultarme a mi mismo, lo que no he querido aceptar, lo que mi corazón se niega a dejar ir. Desde el día en que nos cruzamos por primera vez. Siempre quise estar contigo y estar ahí para tí. Ayudarte hasta en lo imposible.

Mark me miraba incrédulo. Pensando talvez si estaba cuerdo. Siempre habíamos sabido como se sentía el uno con el otro pero yo siempre forme una barrera entre él y yo. Porque quería sentirme seguro y aceptar lo que sentía por Mark era adentrarme en un mundo desconocido.

-Lo siento- dije -Por todas las veces en que te herí- me acerqué a él. -¿Puedes perdonarme?-

Su rostro dibujo una sonrisa. Y su mirada escudriño mi alma. Parecía listo para hablar. Pero lo interrumpí.

-tengo algo más que decirte- Corrí la pendiente que habíamos bajado antes. Un árbol bailaba con el viento del otoño.

Desde allá arriba podía ver a Mark mirándome extrañado y feliz.

-¡Te Amo, Mark!- grité con todas mis fuerzas

-¡Te Amo, Jinyoung!- recibí de vuelta.

Baje corriendo a los brazos abiertos de Mark, nos quedamos ahí sintiéndonos por mucho tiempo.

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Entramos al templo y todos estaban conmocionados. Sus rostros nos miraban con escepticismo.

-Jinyoung, ¿Dónde estabas? Raquel se fue muy enojada.

-¿Qué?- el estómago se me revolvió. Raquel se había ido sin decir nada, Y ¿porqué se veía tan enojada?

-¿No sabes porque lo hizo?- Youngjae entraba por el umbral del templo. -Por tí- su voz se hizo estruendosa en mi espalda. Gire mi cuerpo a la mirada furiosa de Youngjae.

-¿Qué estás diciendo?- Mi rostro se encendió de furia, mis puños se cerraron.

-¿No pudiste encontrar a otra persona con quien jugar?- Youngjae se había acercado demasiado a mí.

-¿Y porqué te molesta tanto?- me sentí demasiado furioso. - He visto como la miras- Los puños de su mano se lanzaron contra mi rostro, mi cuerpo tambaleó y le regrese un fuerte golpe en la cara.

-¡No, que están haciendo!.- JB intercedió en la pelea.

Jackson y Yugyeom nos detuvieron. Miré al resto de los miembros que nos veían. Y a mi Mark que se había quedado estupefacto. Los miré a todos, y salí del templo.

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