I LIKE YOU

CAPITULO 35

RAQUEL

-¿Qué es lo que te molesta?- Youngjae me miró fijamente, con los ojos llenos de ira. Como nunca me había mirado. Debería haberme sentido dolida o quizás asustada pero vez de provocar en mí cualquier reacción con la que sería capaz de terminar con todo este embrollo, me llené de la misma furia en su mirada y respondí:

-¿¡Crees, acaso que no sé con quien mantengo una relación?!- lo miré altiva-Pero... Al menos podrías acordarte que tienes a alguien que espera que pienses en ella, alguien que te ve a través de la pantalla-

-Claro que lo sé- su voz se escuchaba por toda la habitación. Haciéndome temblar. -Pero, tengo muchas otras personas que me ven por la pantalla... Mis fans- no me miraba, su rostro se había alejado de mí. Su respiración estaba agitada.

Me dolió tanto que, él no pudiera pertenecerme a mí, y solo a mí. Pero su carrera depende de sus fans también. Es algo que no puedo cambiar, tampoco puedo ser tan egoísta para pedir que elija entre su carrera y yo.

-De acuerdo-miré como Youngjae me daba la espalda.-Al menos, no debiste bailar tan insinuante con aquella chica- su mandíbula se tenso.

-¡Raquel!-mi nombre salió de sus labios como una espada hiriendo mi pecho.-Tenía que hacerlo, es lo que las fans quieren y me piden, siempre estaré atado a ellas, a sus deseos...

-¿Y que hay de los míos? ¿Los nuestros?- mi voz se quebró, a pesar de que quise que sonará estable.

-Siempre estaré ligado a sus deseos también...tendremos que aprender a vivir con ellos..- sus ojos encontraron los míos desarmándome.

-Está bien- mis pasos siguieron el camino hasta la salida. Mi corazón me apretaba en el pecho y el nudo que sentía en la garganta, dejó salir lagrimas que brotaban insaciablemente.

Por mucho que hubiera querido que Youngjae viniera detrás de mí. No lo hizo. Sus pasos no se escucharon junto a los míos.

******

-"Nunca digas nunca"- Rebeca me abrazó.

Mis lágrimas cayeron en su hombro, me alegraba tener a alguien que me entendiera, alguien que hablara el mismo idioma que yo.

-¿Vale la pena?- esa frase comenzaba a quebrarme. No quería dejarlo...no podía. No quería volver hacer una cobarde que renuncia a todo, porque vendrán problemas. No podía volver hacer esa persona.

*******

-Raquel, ¿Dónde nos veremos, para el proyecto?- mi compañero de clase paso una mano por mi espalda.

-Por la tarde...-sentí su mano jugando en mi cabello-Este es mi número-puse en su mano un papel con los números escritos con tinta azul. Me separé lentamente de él, para no parecer grosera.

-Hasta la tarde-se despidió dándome una reverencia. Y una sonrisa provocadora.

*****

-El timbre-dije entregándole un bandeja de galletas.-Iré abrir-caminé hasta la puerta de entrada.

La puerta pareció abrirse lentamente frente a mis ojos, mientras me revelaba la silueta del cuerpo de Youngjae.

-¿Quién es?- la voz gruesa de mi compañero llegó hasta donde estábamos.

La expresión de Youngjae cambio completamente y me miro con un rostro que no puede descifrar.

Mi compañero llegó hasta mi, pasando un brazo por mis hombros. La expresión de Youngjae se hizo más profunda.

-¿Me lo vas a presentar?-me miró con la misma mirada con la que me había visto hace dos dias cuando dejé la sala de baile en su agencia.

Mi compañero dio una reverencia y se presentó. Pero Youngjae no lo miro, sus ojos estaban reprochándome silenciosamente.