Volvemos a retomar las preguntas después de un silencio tenso cuando nos hemos estado mirando los unos a los otros pensando quién está enamorado de quién. La siguiente pregunta me la hace Dani... Esto se está volviendo demasiado incómodo, y me temo que yo no voy a ayudar a que sea mejor.
- ¿Con cuántos años cambiaste de actitud?
- Yo siempre he sido así, no sé de donde te has sacado eso –de repente, veo en Álex una mirada de culpabilidad. Lo ha contado él... Es un bocazas-. Pues desde que... -pienso bien como decirlo-. Desde que éste me traicionó y descubrí que los hombres no sirven para nada más que el sexo, sois todos iguales.
Álex pone los ojos en blanco, rodando los ojos, y Laila me envía una mirada de desprecio máxima. ¿Qué coño le pasa a esa chica conmigo? Puede ofenderse todo lo que quiera, pero tengo razón, por eso le fastidia, porque Álex no es tan bueno como a ella le gustaría. Los demás, se quedan sin saber de qué manera reaccionar.
- Me toca a mí –dice ella-. ¿Cuándo vas a dejar de acostarte con tíos por qué sí?
- Espero que nunca –le respondo yo siendo borde.
¿Pero qué se ha creído la pija caprichosa ésta? Es una falsa de mierda. Iba de maja y en realidad, lo único que quiere es quedar por encima de mí. A mí no me gustan las personas que se andan con rodeos. No me van. Así que no voy a cortarme ni un pelo con ella, ya he averiguado por dónde van los tiros.
- ¿Y tú cuando vas a dejar de ser estrecha? –añado preguntando.
- ¿Qué dices? Si tengo novio –dice riéndose. Dani ya me empieza a mirar con mala cara, supongo que esperándose que esto termine mal.
- Eso no significa nada, te lo digo yo.
- Vale ya –corta la conversación Álex-. Esto no nos va a llevar a ningún lugar, dejarlo –suspira-. Es mi turno... -Álex me observa fijamente durante unos segundos y entonces me doy cuenta de que debo de temer por su pregunta. Y depende de lo que sea, no voy a responder. Me niego a que él tenga poder sobre mí-. ¿Alguna vez te has llegado a enamorar de mí?
Miro hacia otro lado que no sean sus ojos azules y se me forma al instante un nudo en la garganta. No lo puedo soportar... ¿Cómo puede no saberlo aún? No estaba enamorada, estaba loca por él. Hubiera dado la vida por él, hubiese hecho cualquier cosa que me hubiese pedido. Cualquiera. Y todavía tiene la valentía de aparecer unos años después y preguntarme una cosa como esta?
Cojo las llaves y me voy de allí antes de que se me empiecen a caer las lágrimas. Me voy corriendo hacia la orilla del lago, lejos de ahí. Necesito pensar. Sola. Sin que nadie me presione más. Quiero irme, Álex me dijo que me llevaría a casa, pero no quiero hacerlo a solas con él. ¡Nos mataríamos por el camino, es más de una hora! ¡Es un suicidio! ¡Me niego! Le voy a tener que demostrar que no soy una cobarde y me voy a quedar aquí este fin de semana entero... ¡Pero sólo este! ¡Nunca más! He aprendido la lección.
Yo es que no sé cómo me dejo convencer para estas mierdas. Podría haberme quedado en casa, entre comillas, y salir de fiesta por las noches pasando de todo e intentando olvidarme de mi reencuentro con él. Eso sí que sería una buena desconexion... No esto. No me lo merezco. Le he estado rehuyendo durante tanto tiempo... Y ahora, me lo encuentro de frente. No es para nada justo.
Me enciendo un cigarro y oigo unos pasos. ¡Sólo le pido al universo que por favor, que no sea él! ¡Pocas veces suplico! Se van acercando y finalmente, me giro para mirar quién es, y es Rebeca, que me ve llorando y se sienta a mi lado, sin decir nada. La verdad, es que en este momento, mejor compañía que ella no podría tener.
- ¿Quieres un abrazo? –me dice al cabo de un rato. Casi sin querer, la abrazo. Ella me abraza a mí y sonríe mientras que yo me desato en un mar de lágrimas. Yo no quería acabar así... No quiero parecer débil delante de nadie... Pero es que... Esta situación me agota.
- No pienses que eres débil por llorar.
- Sí, sí que lo soy, porque no soy capaz de superar una puñetera relación que tuve hace años... No lo entiendo.
- Valeria, tú eres preciosa y lista. Encontrarás a alguien mucho mejor que él, seguro.
- Pero es que yo no le quiero a él... -ella pone cara de evidencia, porque me estoy contradiciendo. Sin embargo, sé lo que digo-. No, no le quiero. No quiero quererle. Y me estoy auto convenciendo de ello.
- A lo mejor, lo que deberías de hacer es asumirlo para empezar a superarlo sin tapujos. Desde cero.
Dejo la mente en blanco. Puede que tenga razón... Quizás debería de empezar a ser consciente de la realidad, y esa es que le sigo queriendo. No tanto como antes, sin embargo, no llego a la pasividad absoluta, no llego a la ignorancia. Y lo peor va a ser haber tirado tanto del carro y ahora, volver al inicio sin que haya servido de nada.
- ¿Quieres que te cuente algo? -me pregunta-. Pero no le digas que te lo he dicho, por favor, disimula.
- Como quieras... –respondo en un suspiro.
- ¿Sabes por qué se comporta Laila tan mal contigo? –niego con la cabeza. El tema me empieza a interesar bastante-. Porque ella no está enamorada de Dani... Cuando ha dicho antes que estaba enamorada de alguien, no se refería a él. Nos lo contó hace unos meses, está saliendo con él sólo por salir con alguien, y también para intentar olvidarse de... Álex... A ella, quién verdaderamente la tiene enamorada es Álex. Pero él siempre la ha visto sólo como una amiga -abro los ojos como platos-. Le fastidia mucho, no sabes cuánto, veros juntos a los dos, aunque estéis discutiendo... Porque ella ve que hay sentimientos ocultos, cosa que no pasa entre Laila y Álex. Tenéis una química especial, un feeling... Por eso te ha invitado aquí, para comprobar qué es realmente lo que pasa entre vosotros dos... Para comprobar si eres rival para ella.
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¡FUERA!
Teen Fiction¿Sabéis? Yo no estoy para perder el tiempo. Sé lo que quiero. A mí nadie me pisa, tengo un carácter muy fuerte. Todos a mi alrededor, obedecen mis normas. Odio las relaciones románticas y las parejas que son tan empalagosas. No creo en el amor, teng...