Capítulo 26

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Álex se ha quedado bastante parado cuando se lo he contado, pero es la reacción que me esperaba. No se lo he contado a nadie excepto a él y me ha prometido que será discreto con esto. Así lo espero, porque no tendrá una segunda oportunidad. No estoy como para perder más tiempo con él.

Hace un rato que hemos terminado de desayunar y le he dicho que me enseñe un poco el pueblo. No conozco nada a parte del camping, el lago y la playa. Él ha accedido y hemos caminado hasta llegar al banco de un parque en el que estamos sentados ahora. La verdad es que me está sorprendiendo... Es precioso este lugar.

- Hacía tiempo que no me sentaba en un banco sin segundas intenciones –comento.

- Pues no sé si me compensa ser el pringado de turno.

Nos reímos los dos con su respuesta. Cojo el móvil, me meto en Snapchat y miro cuantas personas han visto mis últimas publicaciones en mi historia. Álex se queda observando qué hago y vemos a la vez que ya van sesenta personas que han visto mis snaps, y eso que los he subido hace nada...

- ¡Madre mía! ¡¿Pero cuántos contactos tienes tú?! ¿Eres famosa y no me lo has dicho o qué?

- No –digo riéndome-. Es que la gente me sigue por compromiso. Media clase me sigue por eso, pero a mí me gusta... -sonrío-. Tú no tienes Snapchat, ¿verdad? –le he buscado muchas veces y no lo he encontrado.

- No, no tengo. Es que si tuviera se romperían las pantallas de los móviles de lo guapo que soy –se toca la barbilla y pone morritos. Me río mientras pongo la cámara interior dentro de Snapchat. Tiene toda la razón, si Álex se hiciera fotos diariamente, a más de uno le daría algo de ver tanta perfección en una pantalla.

- ¿Nos hacemos una foto para dar envidia? Entre mis seguidores y las chicas que van detrás de ti, llegaría hasta más de tres cientas personas.

- Me la hago si me desbloqueas de WhatsApp.

Hostia... ¡Es verdad! ¡Si le tengo bloqueado en WhatsApp desde el primer día! Ahora que somos amigos, tengo que intentar portarme bien, o sea que voy a ceder y le voy a desbloquear. Parece surrealista lo rápido que han ido sucediendo las cosas... Sin embargo, no me sorprende... La confianza que tenemos ahora es la misma que antes, sólo hemos tenido que volver a rescatarla.

- Trato hecho. Pero la foto será a mi gusto.

Álex asiente y le enseño cómo la debe de hacer. Le digo que coja el móvil en vertical y que salgamos nosotros centrados. Entonces, le cojo de la barbilla y le doy un beso en la mejilla. Ese es el momento en el que debe hacer la foto, pero él gira la cara y termino dándole el beso al principio de sus labios.

Él ya ha hecho la foto, pero parece que hay un imán entre los dos que no nos deja alejarnos. Él está más cerca de mí de lo que me gustaría y me tienta a besarle. Es que sus labios son tan... Tan terriblemente tentadores... Pero finalmente, me despierto de ese trance y puedo salir de esa situación.

Contemplo la foto que ha hecho y me encanta. Yo salgo abrazándole a él por el cuello, con los ojos cerrados y dándole el beso, y Álex está con los ojos cerrados también, con sus labios cerca de mi boca. Además, sale guapísimo, al igual que yo. Además, se nota ese feeling que tenemos en la foto, y eso la hace especial.

- ¡Oh! ¡Qué foto! Me gusta mucho. Se te ve enamoradillo.

- Hacemos buena pareja.

Sí, la hacemos. Subo la foto directamente, sin filtros, solamente poniendo en el texto un emoticono de corazón. Al subirla, y mirar de nuevo la foto en mi historia, ¡ya la han visto dos personas! ¡Esto sube como la espuma! También aprovecho para guardarla en la galería de mi teléfono... No quiero perderla.

- Vamos a petarlo.

·

Nos hemos ido de ahí para seguir con la vuelta que estábamos dando y llegamos hasta un establecimiento llamado "Intimissimi". Llevo, al menos, dos o tres meses buscando en tiendas físicas un conjunto de ropa interior que está agotado por internet, así que cuando lo veo me llevo dentro a Álex explicándole lo que ocurre.

Al entrar, hay dos chicas morenas maquilladas malamente que no se cortan en mirarle y susurrar cosas entre ellas riéndose. ¡Qué pesadilla! No estoy acostumbrada a que se fijen en alguien que me acompaña, sino en mí. Y tiene pinta de que si entramos en más sitios, va a seguir siendo lo mismo.

Me dirijo a la zona donde me atraen más los conjuntos y busco el que tengo en mente. De reojo, miro a Álex y está como un polluelo sin cabeza, sin saber qué hacer. Contempla por encima los sujetadores y las bragas y a mí se me escapa una sonrisa. Una de las chicas se acerca a él y le habla.

- ¿Quieres que te ayude a buscar un conjunto para tu novia?

- No, yo no tengo novia. Sólo la estoy acompañando a ella –la dependienta sonríe.

- ¿Cómo que no tienes novia? –digo acercándome y cogiéndole de la mano-. ¿Ya estás intentando a ligar a mis espaldas, amor? –toco su nariz con la mía. La chica suspira porque le he quitado las esperanzas de que esté soltero. Álex ya está cogido, no pueden ligar con él. Álex es mío. No me gusta que haya tantas chicas que le vayan detrás.

- ¿Os puedo ayudar? –pregunta de nuevo.

- Sí, me gustaría saber si tenéis esto –le enseño una foto en el móvil.

- Sí que lo tenemos, ahora mismo te lo traigo.

Ella se va y Álex me coge de la cintura sin previo aviso. Yo no sé qué hacer, porque no me lo esperaba. Siento una especie de dolor de estómago, el mismo que sentí el miércoles... El mismo que sentí hace tres años. Ese dolor de estómago que es placentero, que solamente siento cuando estoy cerca de él.

- ¿Por qué se supone que has querido fingir que eres mi novia? –pregunta con su sonrisa característica.

- Porque no me da la gana que ligues más que yo. Eso se tiene que acabar, no pueden estar todas las mujeres babeando por ti.

- Como quieras.

La dependienta vuelve con el conjunto y me lo enseña. Sí, ese es exactamente el que buscaba. Haber tenido que venir hasta el culo del mundo para encontrarlo ha sido mucha casualidad, pero ha merecido la pena. Es muy bonito, negro y de encaje muy fino. Álex lo mira y niega con la cabeza.

- No, a mí no me gusta. Es muy soso, no tiene prácticamente nada de especial –dice como si fuera un experto.

- ¿Me vas a hablar tú de ropa interior femenina?...

- No soy experto en ropa interior de mujer, pero sí en la que te queda bien a ti. Esto no te va a quedar como crees –busca entre la ropa y encuentra un modelito de encaje que es monísimo y que es muy provocador-. Esto sí me gusta para esta noche –dice con una sonrisa.

- ¿Para esta noche? ¿Qué pasa esta noche? -Álex me coge de las caderas con las dos manos y junta su pelvis con la mía.

- La vamos a pasar sin dormir, ¿no te acordabas? –me pongo roja como un tomate, nunca había pasado tanta vergüenza como en ese momento.

¡FUERA!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora