Capítulo 33

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He ido a casa de Rebeca para prepararme para esta noche. El evento empieza a las ocho y no tengo nada qué ponerme. Me he pasado el día intentando descansar para tener el pie bien y no he podido ir a comprar ningún vestido. Así que nos estamos probando conjuntos para elegir el mejor.

Le he contado todo lo que ha pasado con Álex estos días, porque aún no lo sabía con exactitud. También le he explicado lo que pasó ayer y como me siento en estos momentos respecto a nuestra relación. Porque estamos en un momento de transición muy dulce... Pero... La conclusión es: estoy hecha un lío. 

- O sea, que no te importaría empezar a salir con él –dice rebuscando en el fondo de su armario, y lanzando camisetas para atrás, sin tener ningún cuidado. A mí no me importa mientras sea ella la que recoja luego.

- El problema es que a mí no se me dan bien las relaciones largas, nunca he tenido una y no sé si voy a ser capaz de soportar lo que es estar pendiente siempre de la misma persona, o de vivir en la monotonía perpetua, que a eso espero no llegar, en serio.

- Valeria, es Álex. Álex Hidalgo. Si algún día sientas la cabeza, no puede ser con otro. Sabes perfectamente que le quieres, y él te quiere a ti. Lo importante es el día a día, no el futuro. Y tú hoy quieres estar con él, ¿no? Pues estate con él, ¿por qué vas a privarte de este privilegio que tienes?

- Ya... Tienes razón.

- Mientras sólo le quieras a él, te irá bien –dice riéndose. Me da un vestido que ha encontrado-. Este será perfecto para ti, ve a probártelo.

Me meto dentro del baño y me pruebo el vestido. Es de color azul claro, me llega por encima de las rodillas y es sin manga. Tiene el cuello alto y en la cintura, tiene un cinturón de dorado que hace una especie de dibujo, como una sinalefa. Es perfecto, el mejor que me he probado hasta ahora.

·

Vamos hasta la discoteca. Me he hecho un ahumado en los ojos a juego con el color del vestido, he utilizado un labial neutro y me he planchado el pelo. También me he puesto unos taconazos negros que tengo reservados para las ocasiones especiales. Rebeca me ha dicho que estoy espectacular, pero ojalá que le guste a Álex, es el principal objetivo de esta noche.

Cuando entro, veo a un montón de personas a las que echaba de menos. La primera con la que me saludo, es con Martina. ¡Cuánto la he echado de menos en estas últimas semanas! ¡Además, está guapísima! Después, veo a diferentes compañeros del antiguo instituto al que iba. ¡Cuánto tiempo hacía que no les veía! Le doy dos besos a cada uno de ellos. ¡El siguiente que veo es a David!

- ¡Cariño! ¡Dame un beso! –le abrazo y nos damos un beso en la mejilla.

- ¡Pequeñaja, que mayor estás ya! A ver, da una vuelta –la hago y me da un beso en la mano-. Estás hecha toda una mujer. ¿Me vas a conceder un baile luego?

Asiento, nos damos otro beso y sigo saludando a los siguientes, que son los compañeros de instituto. Se han arreglado para la ocasión, han venido vestidos formalmente y repeinados. La persona sucesiva, es Carlos. Le abrazo y me doy dos besos muy significativos. Agradezco al universo estar bien de nuevo con él.

- Estás guapísima –me dice.

- Tú también estás muy guapo –le hago una caricia en la cara.

Sigo andando y me aseguro que Rebeca esté detrás de mí. Posteriormente, veo a Dani. A él sí que le he invitado, al contrario que a Laila. Se ha puesto una camisa blanca y está deslumbrante. No sé qué habrá pasado en estas últimas horas, si a Laila le habrá hecho mucha gracia que haya venido, o si Dani ha seguido preguntando sobre el secreto que todos sabemos.

- ¡Gracias por venir! –exclamo.

- ¡Gracias a ti por invitarme! ¡Estás increíble!

- ¿Y Álex? Todavía no le he visto.

- Creo que aún no ha llegado. No tardará mucho.

Suspiro. ¿Qué se supone que está haciendo para llegar tarde a una fiesta? Porque, espero que como mínimo, su excusa sea que se está arreglando. De repente, se crea un ambiente de nerviosismo extremo. Todos los presentes miran hacia la puerta de entrada y yo miro también. Cuando le veo, sonrío.

Él camina arreglándose los botones de las mangas y se va acercando a mí. Lleva una camisa de rayas de color blanca, azul celeste y gris oscuro. Los pantalones son tejanos y le queda... Impresionante. ¡Está... guapísimo! Vuelve a venirme a la mente el pensamiento sobre que debe de ser un ángel caído o un Dios de esos que bajan a la Tierra sólo en ocasiones especiales y que he tenido la suerte de encontrar.

Cuando llega a mí, me observa de los pies a la cabeza. Después, me mira a los ojos y me devora con la mirada, como si no me hubiese visto en mucho tiempo. Las luces que hay en las discotecas hacen que el color azul de sus ojos brille más que nunca... Y cuando me doy cuenta, vuelvo a estar perdida en ellos.

- Valeria... Estás preciosa –dice cogiéndome de la mano.

- Tú también has cumplido tu promesa... Estás muy guapo.

Nos acercamos y me da un beso tierno en la mejilla. El corazón se me dispara al tenerle tan cerca... Siempre va a ser así después de esta noche, estoy completamente segura. Empieza a sonar una canción que es muy familiar para los dos. Cuando empieza la letra, la reconozco al instante... ¡Es "Tu jardín con enanitos" de Melendi!

- ¡Olé mi niña guapa! –grito señalando a una de mis amigas que se ha puesto de DJ.

Sonrío y miro a Álex. Empezamos a cantar y cuando llega el estribillo, saltamos y gritamos la letra de la canción junto con los demás. Parece una fiesta en la discoteca de verdad, pero conociéndolos a todos, y así el ambiente es mucho mejor. Él, cuando vuelve el estribillo, me canta la canción mirándome y yo se la dedico a él también.

- Y es que yo no quiero pasar por tu vida como las modas, no se asuste señorita nadie le ha hablado de boda. Yo tan sólo quiero ser las cuatro patas de tu cama, tu guerra todas las noches, tu tregua cada mañana. Quiero ser tu medicina, tus silencios y tus gritos, tu ladrón, tu policía, tu jardín con enanitos. Quiero ser la escoba que en tu vida barra la tristeza. Quiero ser tu incertidumbre y sobre todo tu certeza.

Cuando termina esta canción, empieza otra. Y sé cuál es, por supuesto que lo sé. Han puesto mi lista de reproducción del móvil en la lista de canciones que van a sonar aquí. Es "All of me" de John Legend. Una canción que me transmite mucho y que además, se puede sentir Álex aludido con la letra entera.

- ¡Vamos parejitas, juntaros! ¡Sobre todo tú, Val! –grita guiñándome el ojo.

Le miro y me muerdo el labio inferior. Ahora, sinceramente, me da mucha vergüenza bailar con él... Me impone respeto. Al no tener secretos con él, es como que la confianza aumenta a una velocidad de vértigo, pero no estoy segura de si él siente lo mismo. Sin embargo Álex, sin pensarlo mucho, me coge por la cintura y me abraza. Yo le rodeo el cuello con los brazos.

Él acerca más su cuerpo al mío y apoya su cabeza en mi hombro. Entonces, empezamos a bailar al ritmo de la música, ante las miradas de muchas de las personas que hay en el local. Juntos, con las respiraciones al mismo compás, con nuestros corazones a punto de estallar y con unas ganas intensas de caer en la tentación.

En el momento del estribillo, me lo canta a la oreja susurrándome. Yo cierro los ojos y me imagino una vida con él. Una vida en la que nos despertáramos juntos al amanecer, una en la que nos que riésemos a todos los segundos... En la que lo diésemos todo. Que fuera real... Y con él.

Me doy cuenta de que no tiene sentido nada, si no es a su lado. Me doy cuenta de que lo quiero mucho más de lo que le he querido nunca, más que hace tres años... Que quiero dormir todas las noches que pueda acurrucada a su cuerpo... Y que daría mi alma al diablo a cambio de pasar mi vida junto a él.

¡FUERA!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora