Todos los residentes de la cabaña se están arreglando para largarse de fiesta esta noche, menos yo. Paso olímpicamente de ir sabiendo lo que pasó la última vez, dónde acabó apareciendo Álex. Aunque seamos tan tal para cuál el ir de fiesta y yo, también tienen un papel importante los acompañantes.
- ¿No te vas a arreglar? –me pregunta mientras se termina de abrochar los botones de la camisa azul cielo que lleva hoy. Va a conjunto con sus ojos. También lleva unos pantalones oscuros y su pelo repeinado.
- Te quería decir un par de cositas ahora que te vas –le comento levantándome de la cama. Tras una sonrisa pícara por su parte, empiezo. Me pongo a tres centímetros de su cara a modo de amenaza, y me pongo más nerviosa de lo que debería-. Como vuelvas a la cabaña antes que los demás, tú y yo vamos a tener problemas.
- ¿Qué clase de problemas? –dice sonriendo de esa forma que tanto odio. Siempre la utiliza para ligar o para cumplir sus propósitos.
- Problemas que no te gustaría tener, te lo aseguro. Espero que una lagarta te pesque y me dejes vivir en paz ya, que me tienes ya harta. A lo mejor, es la única forma de que te despegues de mí, ¿no?
- No creo que pase eso, yo sólo soy tuyo.
Que se joda Laila... Se está besando con Dani por detrás de Álex y nos está observando descaradamente. No sé cómo tiene tanto morro de estar con alguien y por estar. Y mira que no soy la más indicada para decirlo, pero al menos, a mí no me gusta otro. Si a mí me pasara, dejaría a la persona con la que estoy. Es demasiado cruel seguir como si nada.
- ¡Anda, vete ya! –le empujo intentando ser borde, pero se me escapa una sonrisa al contagiarme con la suya. Sale por la puerta mientras me guiña un ojo y todos van saliendo. Rebeca es la última en salir y me sonríe, yo también a ella.
¡Por fin sola! ¡Tranquilidad! La utilizo para fumar fuera, para reflexionar y pensar en todo lo relacionado con Álex. Sí, lo admito. Estoy coladita por él. Es que nada más verle, es imposible no enamorarse. Es guapísimo y esos ojazos azules son el remate para que no puedas levantar cabeza.
Pero le voy a olvidar, por supuesto que le voy a olvidar. Esta situación no va a poder conmigo, tengo mucho que vivir y disfrutar. No quiero novio, lo he dicho y repetido más de mil veces. Son una complicación para mí. Y encima, tienen la libertad de poner los cuernos, jugar con los sentimientos y de dejarte como si fueras un trapo sucio.
Para que yo esté con alguien, tengo que quererle de verdad. No me vale eso de que te gusta físicamente y entonces, te quedas con él. No. Tiene que gustarme su personalidad tanto como para cortarme yo misma mis propias alas, serle fiel y dejar de disfrutar como hasta ahora lo he hecho. Renunciar a las cosas. Ser consciente de ello. Y por el momento, no he encontrado a nadie por el que sea capaz de hacer todo eso.
Ni le voy a encontrar. Tampoco creo que sea Álex. Ni él se merece estar conmigo ni yo me merezco estar con él. Por eso necesito superar esta etapa ya, porque necesito pasar página y seguir buscando a otro hombre que me haga sentir bien. Que me haga sentir lo que sentí en su época con Álex, pero que sea capaz de quererme de la misma forma.
Me meto en la cama y apago las luces para poder dormir, pero cuando empiezo a quedarme dormida, oigo un golpe procedente de las escaleras de madera del porche. Voy a lanzar un insulto cuando entran dos personas besándose apasionadamente dentro de la cabaña. Me quedo a cuadros.
Estoy por encender la luz y "decirles" que la próxima vez tengan más cuidado, pero con la luz procedente de la calle, puedo ver claramente quienes son. No son Dani y Laila como yo pensaba, son... Laila y... Álex. Se están liando en mi puñetera cara. ¿Cómo puede ser tan jodidamente idiota de intentar ponerme celosa?
- Valeria... -dice mi nombre, arrastrando las letras. Está borracho. Y muy fastidiado, por lo que veo, porque casi que no se mantiene en pie.
- Calla... -le ordena Laila. De golpe, se gira y mira hacia mi cama. Yo cierro los ojos y me hago la dormida. Prefiero esperar que pasar a la acción. Quiero ver qué sucede. Hay que ser inteligente en esta vida-. Bésame...
- Valeria, Valeria... -sigue llamándome. Yo sonrío. Sólo estoy yo en su cabeza y no esa furcia. Que no es que me interese, pero mejor yo que ella.
- Deja de pensar en esa guarra. Me tienes a mí... -veo como Laila le coge las manos y se las pone debajo de su camiseta. Ella le mete las manos dentro de los pantalones. Luego me llama guarra a mí... Le está acosando un poquito... Y como llegue a más, esto ya va a ser una violación. Y yo delante... Soy una desgraciada.
Se empiezan a escuchar las voces de los demás desde la calle. Se están acercando. Laila coge a Álex de la mano y lo deja estirarse en el colchón que hay en el suelo. No le hace falta mucho esfuerzo porque se cae él de lo desequilibrado que va. Después, se cierra el botón del pantalón y se pone la camisa bien, como si nada hubiese pasado.
Las personas restantes entran en la cabaña y veo como Laila se besa con Dani. ¿Cómo tiene tanta cara? Se aprovecha de Álex, sabiendo que a él no le gusta ella, siendo consciente de que le está poniendo los cuernos a Dani y encima, dándole besos después a su novio como si nada. Mira, quizás en eso nos diferenciemos...
Sin embargo, no voy a decir nada. Nada de nada. Esto lo puedo utilizar a mi favor en cualquier momento más necesario que este. Ahora tengo información con la que puedo hacer chantaje y con la que puedo jugar. Me siento una privilegiada. La ha cagado muy fuerte, se debe de pensar que soy tonta o algo por el estilo.
Pobre Álex... En el fondo me da pena. Ojalá mañana le diga cuatro cosas a Laila por lo que ha hecho. ¡Qué asco de tía!
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¡FUERA!
Teen Fiction¿Sabéis? Yo no estoy para perder el tiempo. Sé lo que quiero. A mí nadie me pisa, tengo un carácter muy fuerte. Todos a mi alrededor, obedecen mis normas. Odio las relaciones románticas y las parejas que son tan empalagosas. No creo en el amor, teng...