Louis
- Se puede saber ¿qué diantres haces aquí? – ella comenzó a llorar asustada – Pareces una – no me dejó terminar la frase.
- No lo digas, por favor – rodé los ojos.
- Y bien, ¿me vas a explicar por qué trabajas aquí? – podía asegurar que era la chica más joven del lugar y no sabía si era legal que alguien con tan poca edad pudiera trabajar allí.
- Necesitaba el dinero.
- ¿Y no podrías haberte buscado otro trabajo? – no era quien, para juzgar el trabajo de nadie, pero no era algo digno.
- Pues gracias a gente como tú, era el único sitio en el que me pagaban bien.
- Súbete al puto coche – no me apetecía que me taladraran más la cabeza, así que cuanto antes terminara esto mejor.
- No hace falta, tomaré el bus que pasa por aquí.
- ¿Quieres que se te vuelvan a acercar o qué? Porque parece que lo vas pidiendo a gritos – negó cabizbaja – pues súbete ya al coche - me monté en el coche y ella me siguió.
- ¿Podrías dejarme en casa de Evangeline? – sentí que al escuchar su nombre necesitaba sujetar mi corazón.
- ¿Sabes si ella sigue enfada? – no esperaba que me dijera mucho, pero al menos quería saber cómo se encontraba ella después de mis duras palabras.
- No quiere volver a verte – lo suponía y me lo tenía merecido pero el hecho de que no pudiera volver a apreciar su perfume me mataba.
El resto del trayecto lo pasamos en silencio y cada vez que estábamos más cerca de su casa, mi pulso se aceleraba pensando en que nos podríamos encontrar. Al llegar, la calle se encontraba vacía, así que suspiré tranquilo, pero con cierta melancolía.
- Gracias por haberme ayudado Louis – me limité a asentir y Alex se bajó del coche, así que aceleré lo más rápido que pude para no ver a Evangeline salir por aquella puerta.
Evangeline
Estaba avanzando con el trabajo de Historia cuando el timbre de la casa sonó. Eran altas horas de la noche y no esperábamos visita, así que me extrañó demasiado. Bajé rápidamente para abrir y me encontré a mi amiga en el peor estado.
- ¡Alex! ¿Qué ha pasado? – me lancé a abrazar a mi amiga y ella lloró.
- Unos hombres intentaron formarme – me separé de ella preocupada por que la hubieran podido hacer algo.
- ¡Tenemos que llamar a la policía! – esto no podía quedarse así. Las mujeres ya no podemos ni caminar seguras por la calle por el miedo de que alguien se meta con nosotras. Cada vez había más casos de violaciones y esto tenía que parar.
- No me llegaron a hacer nada porque un chico que estaba allí me ayudó – bendito sea ese chico. Menos mal que aun hay gente que no le importa defendernos.
- Prométeme que no vas a volver allí – le dije seria mientras nos sentábamos en el sofá. Ella asintió y la abracé de nuevo.
Para olvidar lo sucedido nos pusimos a ver un capítulo de una serie de Netflix y antes de irnos a dormir rellenamos un formulario que nos había enviado la promotora de X Factor. Ojalá nos cogieran a ambas, aunque mi amiga necesitaba ese trabajo mucho más que yo.
A la mañana siguiente, a pesar de que estuviera enfadada con Louis, fui a clase con una pizca de ilusión por el simple hecho de verle, pero no apareció. Seguía dándole vueltas a lo que había vivido con él y cómo con tan poco me había hecho sentir tanto.
Intentaba mantener mi mente distraída en todo momento para evitar que sus ojos, su sonrisa o su pelo revuelto aparecieran en mi mente, pero siempre acaba apareciendo y sentía que mi cuarto aun olía a él. Podría ser por la ropa que me prestó, pero ese olor no me molestaba, me reconfortaba.
- ¿En qué estás pensando? – Alex me sacó de mi trance – Parece que estás en las nubes hoy.
- En nada, no te preocupes.
- ¿Sabes algo de Louis? – no entendía por qué me preguntaba por él cuando nunca le había tragado.
- ¿Por qué iba a saber algo de él? – la miré confundida.
- A lo mejor estaba confundida con él y no es tan malo como aparenta – no entendía nada. ¿Qué le había hecho cambiar su opinión acerca de él?
- ¿Por qué este repentino cambio de opinión?
- Nada, era una tontería. Olvídalo.
No había querido seguir insistiendo en el tema de Louis, pero no iba a mentir que me sorprendía que Alex le estuviera apoyando cuando ella mismo presenció sus duras palabras el día anterior.
Al regresar a casa después del instituto me llevé una gran sorpresa al encontrarme con Kendall esperando en el salón junto a mi madre. ¿Qué hacía aquí? Había quedado con él el miércoles, así que no le esperaba.
- ¡Hola Evangeline! – el rubio se levantó para abrazarme y correspondí a su abrazo bajo la atenta mirada de mi madre. Ya me podía imaginar lo que estaba pasando por su cabeza.
- ¡Qué sorpresa Kendall! ¿Qué haces aquí? ¿No habíamos quedado el miércoles?
- ¿No quieres que venga a verte? – reímos – Me ha surgido un problemita para el miércoles, así que quería darte una sorpresa.
- ¿Te quedas a comer? – me apetecía que se quedara para que pudiéramos hablar y mantener mi mente en otro lado que no fuera Louis.
- No quiero molestar.
- ¡Claro que te quedas! – mi madre nos sorprendió a los dos – No todos los días mi hija me trae a casa un chico tan guapo – miré a mi madre muerta de la vergüenza porque ese comentario sobraba.
- Vamos poniendo la mesa entonces.
La comida pasó tranquila. Mi madre no paró de conversar con Kendall, así que se podía decir que el rubio la había conquistado. Además de estar trabajando con la banda, Kendall estudiaba un grado de Ingeniería Mecánica, lo que me sorprendió puesto que no debería tener mucho tiempo libre para él.
Al terminar de comer subimos a mi habitación para estar los dos más tranquilos, sin una madre haciendo comentarios que nos avergonzaban a los dos. Kendall me prestó sus auriculares para mostrarme la canción que había estado componiendo en los últimos días.
- Madre mía Kendall, es increíble – él me sonrió avergonzado - ¿Te han dicho alguna vez lo talentoso que eres?
- ¿De verdad te gusta? – asentí porque la canción realmente era una pasada. No era para nada mi género favorito pero la letra transmitía muy buena vibración.
- Estoy absolutamente segura de que será un gran éxito – ambos nos quedamos mirándonos durante unos segundos y recordé el día que me intentó besar. No estaba preparada para que algo así volviera a suceder.
- Bueno Evangeline, tengo un ensayo con la banda, así que seré mejor que me vaya – me levanté para acompañarle hasta la puerta y me despedí de él.
- Gracias por venir Kendall, lo he pasado genial – nos dimos un abrazo y se marchó.
- Me gusta mucho ese chico para ti – mi madre apareció de la nada, asustándome – Además, me he dado cuenta de cómo te mira y sé que aquí va a haber algo más.
- No te adelantes a los hechos, por dios – mi madre se rio asintiendo, dando por hecho que ella llevaba razón – Oye, ¿sabes cuándo volverá papá?
- Me ha dicho que tienen previsto que el proyecto finalice el próximo mes – me alegraba saber que mi padre volvería pronto porque desde que le habían destinado a hacer un proyecto en Alemania, no le había vuelto a ver, aunque hablábamos casi a diario.
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REBEL BOY
FanfictionUn chico malo es una delirante mezcla entre dulce y despiadado. © Copyright All Rights Reserved