Louis
Me pasé horas buscando un trabajo en el que cumpliera los requisitos, pero en todos ellos pedían formación académica y yo aun no tenía ni el título. Así que a través de un antiguo contacto me tuve que encargar de hacer unos cuantos recados ilegales.
En un garaje que se encontraba oculto a las afueras de Doncaster, recogí la mercancía que tenía que vender, así que fui con la moto a la calle en la que me habían indicado que tenía que entregar los paquetes. Esto era pan comido, lo entregaba, me daban el dinero y se lo llevaba a Gustavo, mi jefe a partir de ahora.
Para cuando estaba anocheciendo ya había venido todo por lo que regresé a aquel espantoso lugar para dar el dinero de los clientes al jefe. Toqué la puerta del garaje para que me abrieran y salieron los dos tipos vestidos de negro que me habían recibido antes.
Crucé todo aquel espacio para encontrarme con Gustavo, que estaba muy ocupado con los pies sobre la mesa viendo un partido de fútbol. Cuando me vio entrar bajó sus sucios zapatos y le entregué todo el dinero.
- ¿Cuándo me vas a dar mi parte? – necesitaba reunir todo el dinero cuanto antes para terminar con la apuesta.
-Al final de la semana. Ten – me entregó más mercancía - quiero todo el dinero para mañana a las ocho.
-Intentaré venderlo todo.
- ¿Te he dicho acaso que lo intentes? ¡Te he dicho que lo hagas! – dio un golpe en la mesa con su puño haciéndome sobresaltar. Ese tío era un completo gilipollas - ¡Marcus llévatelo de aquí! – uno de los hombros volvió a aparecer para agarrarme del brazo y sacarme de allí.
- Sé caminar solito, no soy un perro – quería escupirle, pero me contuve. Al menos hasta que consiguiera el dinero.
- Relájate blanquito – se sacó una pistola para mostrármela y volverla a guardar. No me podía meter en problemas con esta gente.
Evangeline
Terminé de estudiar cuando la noche había llegado, así que como Louis aun no había regresado a casa, decidí llamar a Alex porque no había hablado en todo el fin de semana con ella.
- Vaya, vaya, pero si es la desaparecida – me dijo mi amiga nada más descolgar el teéfono.
- Hola a ti también – la dije bromeando - ¿Qué tal ha estado tu fin de semana?
- Pues parece ser que el mío no ha sido tan interesante como el tuyo. ¿Dónde te encuentras metida? Porque me llamó tu madre para preguntarme si estabas aquí conmigo.
- ¿Es en serio? ¿Y qué le has dicho? – como le hubiera dicho que no, seguramente mi madre no tardaría en venir a casa de Louis para armar un escándalo, puesto que sabía su ubicación por aquel día que había venido a recogerme a su casa.
- Le he dicho que sí porque he supuesto que estabas con Louis – suspiré aliviada porque me había encubierto.
- ¿Te he dicho alguna vez que eres la mejor amiga del mundo?
- Oh vamos, déjate de piropos y cuéntame qué tal con él.
- Creo que bien. A Louis le cuesta todavía abrirse mucho a mí, pero siento que estamos avanzando.
- ¿Abrirse en qué sentido? – mi amiga siempre con tan buenos pensamientos.
- No en los que tú piensas. ¡Malpensada! – sentí cómo se reía al otro lado de la línea.
- Bueno amiga, James ha venido a buscarme para llevarme a cenar. Te veo mañana.
- ¡Disfruta Alex!
Me senté frente a la televisión para ver si estaban echando algo interesante, pero no pasaron ni diez minutos cuando Louis entró por la puerta. Se acercó a mí para besar mis labios.
- ¿Ya te has currado el sobresaliente? – bromeó mientras me sacudía el pelo para despeinarme.
- Todavía me falta pulir un poco mis conocimientos – le seguí hasta la cocina y le abracé por la espalda mientras se llenaba un vaso de agua - ¿Y tú paseo? ¿Cómo ha ido?
- Sin más – me giró para dejar algunos mordiscos por mi cuello y yo me agarré de su cabello por el placer que estaba sintiendo en esos momentos - ¿Has cenado ya?
- Te estaba esperando – me tomó de las caderas para sentarme en la encimera de la cocina. Él se metió entre mis piernas y yo pasé mis piernas alrededor de cuerpo para después comerle la boca.
- Podríamos salir a cenar fuera – me propuso y la idea me agradó, pero quería algo a cambio.
- Con una condición – puse mi dedo índice sobre sus labios – Que mañana vengas a clase conmigo.
- Ya te he dicho antes que no iba a ir, no te vuelvas a poner pesada – se separó de mí resignado, pero yo lo único que quería era que no tirara su futuro por la borda.
- Solo intento mirar por ti. Entiendo que estés mal, pero no creo que debas dejar pasar un año en balde. ¿O te gustaría repetir curso?
- ¿Vas a querer cenar o no? – me ignoró por completo y no me gustaba esa actitud porque lo único que quería era que no sufriera. ¿Qué iba a hacer? ¿Quedarse en casa él sólo lamentándose? Eso no era bueno para su cabeza.
- Se me ha pasado el hambre. Me voy a dormir.
Louis era una persona muy complicada que no se dejaba llevar por las personas. Me decía que me necesitaba, pero ahora huía de mi ayuda y eso me descomponía porque no quería verlo sufrir. Quería darle a demostrar que estaría ahí para él, para superar todo tipo de baches y problemas juntos y hacerle ver que conmigo nunca iba a estar solo.
Lo que no tenía claro era si debía darle su espacio porque al fin y al cabo simplemente me estaba haciendo un favor al dejar que me quedara en su casa. Me quedé en la cama esperando que su cuerpo se tumbara junto al mío para abrazarme, pero ese momento nunca llegó porque me quedé completamente dormida.
Desperté por el sonido de la alarma. Abrí mis ojos esperando que el castaño se encontrara a mi lado, pero me di cuenta de que yo era la única persona que estaba en aquella cama.
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REBEL BOY
FanfictionUn chico malo es una delirante mezcla entre dulce y despiadado. © Copyright All Rights Reserved