Capítulo 10.

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Evangeline

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Evangeline

Louis tenía un montón de defectos, pero había una fuerza mayor dentro de mí que me gritaba que corriera a él. Ambos nos quedamos mirándonos fijamente durante unos segundos y no sé lo que él sentiría, pero yo sentí. Creo que me estaba empezando a gustar. Me sentía fuerte y a la vez débil cuando estaba a su lado. Quería armarme de valor y preguntarle qué era lo que estaba pasando por su cabeza en esos momentos, pero el miedo a que la respuesta no fuera la que quería escuchar me lo impedía.

Sabía que Louis no era un chico de relaciones, era bruto, cabezota, egocéntrico y muchas más cosas, pero en mi mente solo cabía él. Era la primera vez que sentía algo así por un chico, pero estaba atemorizada por acabar con el corazón hecho pedazos.

- ¿Te he despertado? – él se acercó a mí sigilosamente y me quedé parada porque desconocía cuál iba a ser su siguiente movimiento. Tomó varios mechos que caían sobre mi cara y los colocó detrás de mis orejas, para después acariciar suavemente mis mejillas con sus pulgares. Mis manos viajaron a sus brazos, que estaban cubiertos por cantidad de tatuajes aleatorios y comencé a acariciarlos.

- Estaba despierta – fue lo único que logré decir porque mis pensamientos se encontraban en otro lado.

El teléfono de casa comenzó a sonar y el temor me invadió porque mi madre aún no había llegado a casa cuando debería haber salido del trabajo hace dos horas. Lo cogí y la voz de una mujer hizo que me esperara lo peor.

- ¿Familiares de Margot Brown? – me llevé la mano al corazón y Louis me miró extrañado.

- Soy su hija. ¿Ha sucedido algo?

- Su madre ha sufrido un accidente de coche – sentí que mis piernas comenzaron a fallar y caí al suelo – Se encuentra estable dentro del peligro.

- ¡Evangeline! ¿Qué ha sucedido? – Se acercó a mí rápidamente para levantarme del suelo y mis lágrimas comenzaron a salir.

Mis padres lo eran todo para mí y no me imaginaba vivir sin ellos. La idea de que mi madre estaba en peligro no paraba de rondarme la cabeza. Louis me sentó en el sofá y me trajo un vaso de agua.

- Mi madre ha tenido un accidente – él me abrazó y lloré entre sus brazos – Me han dicho que está en peligro Louis – se separó para limpiar las lágrimas que caían por mi rostro.

- Tranquila por favor. Vamos, te llevo al hospital – Louis me agarró del brazo para evitar que me cayera y se encargó de tomar las llaves de la casa.

Louis comenzó a conducir a gran velocidad, cosa que no me preocupó porque necesitaba ver a mi madre cuanto antes. Él puso su mano en mi muslo para calmarme y pareció servir de algo.

- Te prometo que no le va a pasar nada – él me miró con sus ojos azules y me sentí confiada de sus palabras.

Cuando llegamos al hospital, preguntamos en la recepción dónde se encontraba mi madre, pero nos dijeron que esperáramos porque le estaba revisando un doctor en estos momentos. Nos sentamos en unos bancos que había en el pasillo donde se encontraba la habitación de mi madre y Louis puso su brazo alrededor de mi cuerpo, acariciando mi brazo. A su lado me sentía segura. No pasaron muchos minutos cuando un doctor apareció para darnos noticias.

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