Evangeline
Todo estaba oscuro, tan solo las pocas farolas que había en la carretera la alumbraban. Yo caminaba descalza por aquel asfalto que estaba dañando mis pies, aún llevaba la ropa de Louis puesta, pero ¿qué hacía aquí? Los coches pasaban por mi lado a toda velocidad, intenté parar a alguno para preguntarle que dónde me encontraba, pero ninguno parecía hacerme caso. Era como si no me estuviesen viendo.
De repente un brutal sonido provocó que me girara dejándome ver a dos coches destrozados. En el primero había un solo hombre que me resultaba conocido pero su cara estaba ensangrentada; en el otro coche había una familia y a un lado de ese coche estaba el cuerpo de Louis. Rápidamente me agaché a él y no respiraba. Intenté gritar para pedir ayuda, pero la voz no salía de mi boca, así que lo único que pude hacer era llorar desconsoladamente.
Me desperté de golpe de aquella pesadilla buscando el cuerpo de Louis y vi que estaba dormido a mi lado mientras sostenía mi cintura. Amanecer a su lado con nuestros cuerpos abrazados era como despertar y continuar soñando. Sus labios se encontraban ligeramente entreabiertos por lo que besé sus labios mojados haciendo que poco a poco sus ojos me mostrasen su azul.
- Buenos días – me dijo restregándose los ojos. Me quedé observándole y comencé a dibujar la silueta de su rostro con la yema de mis dedos. Louis sostuvo mi mano y tomó mi dedo índice para introducirlo en su boca.
Sentí mi teléfono móvil y lo tomé para revisar de quién se trataba. Era un mensaje de mi madre.
Mamá: Cielo, no vengas muy tarde. Un beso.
- Creo que debería irme – le enseñé la pantalla para mostrarle el mensaje de mi madre.
- Al menos quédate a desayunar.
- Otro día, ¿sí? – le regalé mi mejor sonrisa y él puso su mano sobre mi cuello para acariciarlo.
- Está bien. Te llevo a casa.
Ambos nos vestimos y aunque deseaba con toda mi alma pasar más horas junto a Louis, no quería enfadar a mi madre ni que tampoco sospechara de nada de lo que está pasando.
Estaba lloviendo, así que Louis decidió que sería mejor ir el coche. Dichoso tiempo estropeándome la ilusión de volver a montar en la moto de Louis.
Cuando llegamos a la puerta de mi casa, la despedida fue muy fría. Ninguno de los dos sabíamos que hacer por lo que nos limitamos a hacer un gesto con la cabeza. Pero yo había echado en falta un beso o un abrazo.
Entré para encontrarme con Kendall. Por esto había dicho mi madre que no tardara en volver a casa. Me sentía incómoda por que él estuviera aquí después de haber pasado la noche con Louis.
- Kendall, ¿qué haces aquí? – me acerqué a él para darle un abrazo al que él correspondió.
- Anoche me quedé con ganas de verte, así que quería invitarte a desayunar. Bueno realmente no sé si habrás desayunado ya porque me ha dicho tu mamá que has dormido en casa de Alex.
- No he desayunado con las prisas, así que me parece un buen plan – le sonreí.
De pronto se escuchó el timbre de la puerta, por lo que fui a abrir y me quedé atónita cuando unos labios me atraparon.
- ¿Qué significa esto? – escuché a Kendall detrás de nosotros y me separé de Louis - ¿Estáis saliendo?
- Kendall, cálmate por favor – puse mis manos sobre su pecho porque no quería que él y Louis estuvieran cerca el uno del otro.
- ¿Cómo quieres que me calme? Si he estado perdiendo el tiempo contigo – sus palabras salían de su boca descontroladas y entendía que estuviera enfadado.
- Te lo puedo explicar – no quería que esto se nos fuera de control.
– Te has largado con un maldito drogadicto y alcohólico. ¡Mírale! ¡Si da asco! – me estaban doliendo todos esos insultos a Louis.
- ¡¿Qué cojones me has llamado?! – la voz de Louis hizo eco por toda la casa – Te voy a partir las piernas – el castaño intentó acercarse a Kendall, pero le sujeté para que no lo hiciera.
- No tienes derecho a hablar así de él. Vete de mi casa, por favor – ordené a Kendall. No iba a tolerar que insultara a Louis por un error que había cometido yo.
No debí dejar que esta situación llegara. Aun sabiendo que en mi cabeza solo existía una persona, seguí haciendo falsas ilusiones a Kendall. Si alguien tenía la culpa de esto, era yo.
- Encima me echas a mí de tu casa. Esto es de risa – Kendall no se iba, lo que ocasionó que Louis se enfureciera más.
- ¡Te ha dicho que te largues! - le gritó Louis, para después agarrarle del cuello de la camisa y sacarle por la puerta. Cerró dejando a Kendall fuera.
- ¿Por qué me has besado? – pregunté a Louis. No entendía por qué lo había hecho delante de Kendall.
- Porque no quería irme sin despedirme en condiciones. Además, no sabía que ese imbécil estaba aquí – me tomó de la mano y entrelazamos nuestros dedos – Aun así, te hubiera besado igualmente de saber que estaba ahí.
- Louis, ¿qué pasa entre nosotros? – ni yo misma lo sabía, pero quería que él me aclarara qué pensaba de toda esta situación.
- ¿Entre nosotros? Nada – sus palabras fueron directas a mi corazón y me separé de él sintiendo mis ojos aguarse– Pero creo que estoy empezando a quererte.
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REBEL BOY
FanfictionUn chico malo es una delirante mezcla entre dulce y despiadado. © Copyright All Rights Reserved