Capítulo 30.

7.6K 388 15
                                    

Evangeline

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Evangeline

Tenía que pensar muy bien las preguntas que le iba a hacer a Louis porque no quería incomodarle, pero a la vez quería conocer algunas cosas que llevaban rondando mi cabeza desde hacía bastante tiempo.

- Piénsalo bien porque solo te concedo cinco preguntas.

- ¿Alguna vez has tenido una relación seria?

- Nunca. He estado con muchas chicas, pero han sido únicamente sexo, nada más. Tú eres la primera si es lo que quieres saber.

- Me alegra saber que soy la primera – acaricié su mejilla – Siguiente pregunta. ¿Qué es para ti la libertad?

- ¿Te refieres a la estatua? – le pegué en el brazo en broma – Pues tener libertad es saber quién eres. Cuando eres una persona libre, tomas las decisiones que te da la gana sin tener que pensar en lo que los demás opinen. Es como sentirte pleno y lleno de paz interior.

- No sabía que fueras tan filosófico. Me ha gustado mucho lo que has dicho. Pienso que ser libre es como comprometerse con uno mismo.

- ¿Tú te sientes libre Evangeline?

- No plenamente. Siempre me paro a escuchar lo que piensan el resto de las personas antes de tomar una decisión porque siento que si alguien está en desacuerdo no debo hacer lo que yo haría.

- Pues no debería ser así. Si te equivocas en algo pues ya llegará el momento de aprender.

- Tienes razón. ¡Vamos con la siguiente pregunta! ¿Qué es lo que más te gusta de ti?

- ¿Tú me has visto? Yo entero soy irresistible.

- Se nota que no tienes abuela – bromeé - ¿Tienes algún amigo?

- ¿Para qué tenerlos?

- ¿Por qué me respondes con una pregunta?

- Considéralo una respuesta. La gente desaparece según avanza la vida.

- ¡Última pregunta! ¿Qué tres cosas te gustan más de mi?

- Fácil. Ninguna.

- ¡Louis! – levanté demasiado la voz para quejarme captando la atención de toda la clase e incluso del profesor que se encontraba haciendo guardia.

- Vosotros dos – el profesor se levantó para vernos mejor – si seguís de cháchara os mando a dirección.

- Segunda vez que me llaman la atención por tu culpa Evangeline. Voy a tener que dejar de sentarme contigo.

- ¡Oye! Eso debería decirlo yo. Y no te hagas el remolón y responde a la pregunta que te he hecho.

- Me gusta el olor de tu cabello cuando me abrazas, me gustan tus labios cuando pronuncian mi nombre, me gustan tus manos por todas las caricias que me haces, me gusta cuando sonríes o te enojas si te digo algo, me gusta la forma con la que me susurras al oído, me gusta tu cara de niña pequeña cuando despiertas y sobre todo me gusta lo que me haces sentir aquí – tomó mi mano para ponerla sobre su corazón, pudiendo sentir los latidos que éste provocaba.

- Eso han sido más de tres cosas – me quedé asombrada mirándole – Nunca me habían dicho nada tan bonito Louis. Eres el desastre más increíble que me ha regalado la vida.

- No te acostumbres a que te diga esas cosas.

Me dispuse a aprovechar el poco tiempo que me quedaba para avanzar con la tarea. Busqué un bolígrafo de color rojo en mi estuche, pero no aparecía, así que fui a tomar uno del estuche de mi compañero. Durante mi búsqueda me encontré con una especie de bolígrafo rosa del que colgaba una pequeña princesa.

- Louis, ¿esto es tuyo? – no pude evitar reírme al imaginarle escribiendo con aquel bolígrafo.

- No es mío – me lo arrebató de la mano bruscamente – Es de una de mis hermanas – mi risa se detuvo al escucharle.

- Perdona. No lo sabía. No era mi intención reírme – recordé la imagen que había de Louis junto a unas niñas en la cabaña de la playa. Tenían que ser ellas.

- No importa. Las gemelas están bien, no iban en el coche el día del accidente.

- ¿Y dónde están ahora? – me parecía extraño que ellas no vivieran junto a Louis en su casa.

- Ellas están en un internado de Leeds. Cuando mis padres fallecieron, no me dieron la custodia, así que mi tía tomó la decisión por mí. Dijo que lo mejor era que ellas entraran allí.

- ¿Y vas a verlas a menudo?

- No he ido a verlas desde que entraron porque no me siento preparado para explicarles lo que ha pasado con nuestros padres.

- Creo que sería muy bueno para ellas ver a su hermano. Bueno, también creo que tu tía debería haber dejado que fueras tú quien tomara la decisión de si era necesario meterlas en un internado o no porque tú eres su familiar más directo.

- Lo sé y tuvimos una fuerte discusión, pero no hubo manera de que entrara en razón y la ley no me permitía tenerlas. Mis padres confiaban mucho en mi tía, pero no es más que una bruja.

- Dejando a un lado el tema de tu tía, debes ir al internado. Piensa en que habrán estado asustadas todo este tiempo por no haber visto a nadie de su familia y estoy segura de que te echan de menos.

- ¿Y qué van a decir cuando me vean?

- Pues eso nunca lo vas a saber si no vas. ¿Por qué no vas esta tarde? No dejes pasar más tiempo Louis, ellas te necesitan.

- ¿Me harías un favor? – asentí – Ven conmigo.

REBEL BOYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora