Capítulo 3.

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Evangeline

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Evangeline

A la mañana siguiente no me encontré con Alex en el camino al instituto, por lo que me tocaba contarle todo lo sucedido la tarde anterior en clase, lo que significaba que alguien podría oírnos y no me agradaba la idea de que me relacionaran con Louis, porque todos sabemos que los falsos rumores vuelan rápido y no me gustaba estar en boca de nadie.

Nada más entrar por el marco de la puerta pude divisar a mi amiga sentada en su asiento y haciéndome una seña para que fuera corriendo a sentarme junto a ella.

- Espero que tus explicaciones me convenzan si no quieres que no te vuelva a hablar en la vida – se cruzó de piernas y se miró las uñas haciéndose la interesante. Miré a todos lados esperado que no hubiera nadie que nos pudiera estar escuchando.

- Me encontré con Louis por el camino – Alex abrió los ojos como platos sin comprender lo que sucedía – No pienses mal, simplemente vi que estaba peleando con un hombre y digamos que le eché un cable.

- ¿Echarle un cable? ¿En qué sentido? - ¿En qué sentido se puede echar un cable a una persona?

- Detuve al otro hombre y desinfecté sus heridas para que no se pusieran peor – ella me miró con cara de asco y sabía perfectamente que Louis no merecía la ayuda de nadie – Hubiera hecho lo mismo por cualquier persona que se encontrara en la misma situación.

- Claro que hubieras hecho lo mismo por cualquier otra persona, pero no con una persona como él – se giró para mirar al frente y evitarme el contacto visual. ¿Se había enfadado por el hecho que fuera Louis?

- Solo te pido que no se lo cuentes a nadie, por favor, porque no quiero meterme en problemas – me miró de nuevo y volvió a alzar una ceja. Qué manía tenía con hacer eso.

- Pues haberlo pensado antes de dejarme tirada por ese engendro – la miré confusa. Entendía que pudiera estar enfadada por no haberla avisado de que no podría ir al parque, pero no me hacía gracia que hablara de él de esa forma. No me arrepentía de haberle ayudado – Pero tu secreto estará a salvo conmigo. Solo te ruego que no te involucres más con Louis.

- Pues te recuerdo que tengo que hacer un trabajo con él – A decir verdad, no sabía si eso era un punto positivo o negativo para mi formación académica porque las conversaciones con Louis no es que fueran muy agradables.

A la hora del descanso salí junto a unas compañeras de clase al gran patio que había en nuestro instituto. Pude divisar la silueta del castaño en el césped, de nuevo sólo, así que me acerqué a él para ver qué tal se encontraba después de lo de ayer. Me senté a su lado y se giró para mirarme sorprendido.

- ¿Qué tal están tus golpes? – sus facciones se relajaron y no pude evitar volver a perderme en sus ojos.

- Mucho mejor, ¿ahora podrías dejarme sólo? – Una no podía mostrarse amable con él, estaba visto y comprobado.

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