Capitulo 29

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Luego de lo sucedido, no supe más de Nicolás lo único es que por Luke me enteré a medias que ya estaba en Boston. Pero sé que no perdería tiempo para volver a California para acosarme. Y eso de que tenía un amigo aquí, más me preocupaba.

Hoy había una cena familiar con amigos que Jackson planifico, nadie sabía él porque, solamente que era formal y en el restaurante favorito de el. Sospechaba algo pero no quería hablar, no quería arruinar alguna noticia o sorpresa que mi hermano tuviera, el para eso era bueno, y sé que yo soy tan bocona que lo arruinaría.

Últimamente yo ya era amiga de los gorilas, mejor llamados guardaespaldas que Noah me había asignado. Cada vez que salía tenía que tenerlos atrás, y uno manejando, lo mismo pasaba cuando Noah me buscaba o cuando salía con alguien de mi familia. Pero sé que eso tenía tranquilo a mi chico y era mejor así, no quería pelearle. Suficiente con las pequeñas peleas que teníamos ya que a veces Ethan me llamaba muchas veces en un día o sus mensajes eran un poco intensos.

— ¿Qué tal tu día nena? Tienes rato que no me llamas. – Tan bello mi chico preocupado.

— Algunas personas como yo, aman trabajar, no estar todo el día en casa, en cafés o interrumpiendo trabajos de alguien más como tú. ¿Qué haces ahora mismo?

— En camino a interrumpirte el trabajo, nena. Nos vemos en 5. – Y trancó.

Noah era increíblemente millonario, y no porque su familia lo fuera, si no porque su empresa era lo suficientemente famosa y buena como para que cada día ingresen millones y millones de dólares. Cada vez que me hablaba acerca de cómo fundó su empresa, o de cuando estudio arquitectura para mí es algo impresionante, nunca había visto que alguien le pusiera tanto amor a algo. Menos cuando su mamá es doctora y su papa abogado, en esa familia hay todo tipo de carreras universitarias.

Terminando todo el trabajo que tenía pendiente para poder salir hoy temprano de la empresa, Noah iba llegando y sostenía dos bolsas de McDonalds. ¿De verdad? ¿Nuestro almuerzo era McDonalds?

— Nena, quiero almorzar contigo pero tengo una reunión importante en una hora por lo que no tengo mucho tiempo. Discúlpame. — Me besó y dejó la comida en el escritorio.

Almorzamos hablando de nuestros trabajos, según el yo trabajo mucho y yo solo digo que él es muy vago aunque se toma su trabajo muy en serio. Se ve jodidamente sexy con su traje azul pegado y la corbata que le regale en su cumpleaños, sabía que me encantaba y no se la quitaba para nada, hasta dos veces en la semana la usaba. Noah últimamente usaba sus tácticas para enamorarme más y según Jackson, a él se le veía diferente desde que éramos novios.

Se retiró prometiendo que hoy nos iríamos juntos a la cena que Jackson había planificado, el tampoco sabía porque esta cena tan repentina pero estaba feliz. Creo que ambos sospechábamos lo mismo.

-

Luego de una cena agradable, todos seguían hablando y vi cómo mi hermano se levantaba con una copa. Dios, que haría... Tenía mis nervios.

— Gracias a todos por venir, me hace muy feliz tener aquí a mi familia y a mis amigos más cercanos. Y mi bella Liliana, mi Lily amada... Estoy agradecido por tenerte en mi vida, por compartir tantos años contigo, y por eso... – Arrodillándose preguntó – ¿Serías mi esposa?

De todos salió un lindo pequeño grito de emoción y ya yo tenía lágrimas en mis rostro. ¡Sabía que mi hermano daría este gran paso! Enseguida mi cuñada se abalanzó a él y gritó si. Todos aplaudieron y la mayoría del restaurante también lo hizo. Enseguida Noah me abrazo por atrás y me dio un beso en el cuello, pegándome a él.

– Abrazándome a él, susurró en mi oído – Pronto seremos así, nena.

Mi cuerpo se tensó totalmente al escucharlo decir algo así, pues no lo esperaba... Nunca había imaginado el matrimonio, bueno si, pero no con Noah precisamente. Y que él lo dijera, era algo más especial.

Nos sirvieron más champaña y seguimos en la celebración, todos felicitaban a los comprometidos y hacían la insinuación de quienes serían los próximos, y muchos especialmente mis padres apuntaban a Noah y a mí.

-
*
— ¡Eres mía! – Sentía sus patadas en mis costillas. – ¡No te voy a dejar nunca!

— No soy tuya, Nicolás. Vete, déjame ser feliz.

— Te haré la vida imposible – Dijo riendo cínicamente
*

Me levante sudando, gritando, y con mucho miedo. Noah que estaba a mi lado me veía con preocupación, ahora cada noche me levantaba por las pesadillas y pasaba rato llorando.

Mi chico me jaló a él y me abrazo, él estaba igual de preocupado que yo. Sabía que no podía hacer nada para cambiar mis pesadillas, ni para borrar de mi cabeza todo lo que me hizo Nicolás, pero tenerlo a mi lado calmaba todo en mi.

A las 4am alguien toca el timbre y enseguida entra a la casa... Noah se levantó y saco del armario un bate de béisbol, que preparado esta. Salió rápidamente y yo iba tras de él, mierda, quien podría tener a esta hora acceso a casa de Noah. Rezaba para que no fuera Nicolás, por favor no. Ese hombre era capaz de todo.

— ¿Qué mierda haces en mi casa a esta hora, Mónica? - Escuche a Noah gritar furioso.

— Necesito pagar el alquiler, si no me echaran a la calle. – Grito fuerte.

— Te di un maldito cheque, Mónica, y dije que no lo haría más.

— El último, lo prometo. Sabes que pasara si me echan a la calle.

— Búscate un trabajo, haz algo por tu vida, deja ya de recurrir a mi buscando dinero. – Fue lo último que le escuché decir a Noah.

— Recuerda que fuiste tú quien decidió darme los cheques para vivir bien, ahora eres así porque esa rubia tonta es tu novia. – Se rió sarcásticamente – Y también recuerda que tienes un hijo conmigo y el dinero que me das me ayuda a alimentarlo.

Eso último me dolió, no escuche respuesta alguna de Noah. De repente mis ojos se llenaron de lágrimas y camine a la habitación, me senté en la cama y deje que todo saliera. ¿Cómo haría con que Noah tuviera un hijo con ella? En todo caso de lo que sea, aún no han hecho el examen de ADN y no sé qué espera Noah para hacerlo, tal vez una parte de él cree que es su hijo y por eso debe de darle el dinero a Mónica. Pero si ella vive como dice vivir... ¿Por qué él no le quita a su supuesto hijo y le da la vida que merece? Noah siempre me hacía dudar.

Entro a la habitación y noto que estuve llorando, intentó acercarse pero no lo deje, para mí era imposible... Esto me hacía sentir mal. Sus ojos no expresaban nada, el tampoco decía algo, esperaba a que yo lo hiciera.

— ¿Por qué lo haces? ¿Por qué le das dinero a Mónica?

— Ella vive mal, Charlotte... Y si ese realmente es mi hijo, no dejaré que pase hambre.

— No es tu hijo, todos lo saben. Tú le das dinero a Mónica para que siga vendiéndose, oh si, tú no lo sabes, pues yo sí.

— ¿De qué hablas? ¿Cómo sabes que no es mi hijo? – Grito furioso.

— Mañana te haré saber que él no es tu hijo. Y hablo de que tú le das dinero a Mónica para que pueda seguir entrando a los clubes de prostitución. – Abrió sus ojos como si no lo creyera – No te hagas el tonto Noah, tu pagaste por ella.

Lo que dije lo hizo enfurecer y salió de la habitación dando un portazo. Me quite la camisa que estaba utilizando de él y me coloqué mi vestido, quería irme lo más pronto posible. Noah creía que el dinero que le daba a Mónica era para que ella viviera bien y para su hijo, cuando era todo lo contrario. Esta vez, tendría que hacer el papel de agente privada si quería enterarme de todo.

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En el multimedia:
Noah y Charlotte en la cena
Lily y Jackson, por si no los recuerdan
Y el anillo que Jackson le da a Lily.
❤️❤️❤️

¡Imperfectamente perfectos! FINALIZADA!! Donde viven las historias. Descúbrelo ahora