Diciembre
El frío en California era terrible, salir a caminar era algo que ya había dejado de hacer porque no estaba tolerable el clima. Tenía un mes sin ver a Noah, no supe más de el y no regreso mis llamadas. Jackson no me hablo más de el y pues, el tema ya había muerto más no superado. Aún lo extrañaba más que a nada en el mundo. Estaba en Starbucks con Zoey tomándonos un chocolate caliente, era ahora más el tiempo que pasaba con mi hermana. Mi teléfono sonó y me sorprendí al ver quién era.
— ¡Charlotte! ¿Como estas? ¿Te acuerdas de mí?
— Si, señora Harper. Todo bien, ¿Y usted? – Que incomodo era hablar con la mama de Noah y saber que ambos no somos nada.
— Todo bien, mi niña. Quería saber si estabas disponible hoy, iré con Abigail y Scarlett a comprar todo para la navidad de mi casa y me gustaría saber si tu quisieras ir con nosotras para que adornemos tu casa también.
— Si claro. ¿A que hora? Estoy con Zoey en estos momentos.
— A las 11 nos vemos en el Centro Comercial. Y así Abigail no se aburre ya que estará su mejor amiga.
Luego de una larga conversación, termine de desayunar con Zoey y pasamos por mamá para irnos las tres juntas. Era extraño salir con la mamá de Noah y esperaba que si el se enteraba, no se molestara. Como mínimo sería una pelea fuerte. O eso me imaginaba yo. Ellas entraron a una gran tienda que tenía todo para navidad mientras que Abigail y Zoey me desviaron a una tienda de ropa. Mi Dios. Que haría con ellas. Me compre unos vestidos que necesitaba con urgencia, algunos para el trabajo, trajes de baño incluso y ropa para el frío que estaba haciendo en California.
— Me encanta este vestido, lástima que mamá se quedo allá y dudo que quiera comprármelo.
— Llévalo, yo lo pago.
— ¿En serio, Charlotte? Eres la mejor cuñada. – Abigail me abrazo y comenzó a saltar de la felicidad.
Todo lo que Abigail y Zoey llevaron lo pague, y ellas felices. Salimos como con 5 bolsas cada una y ellas contentas porque salieron de compras juntas. No podía negar que lo que dijo Abigail me afecto bastante. Ya no éramos cuñadas y probablemente no lo seriamos más.
Terminamos una exhaustiva compras y mi mamá no tuvo una mejor idea que irse a mi casa junto a la mama de Noah para poner la navidad en ella. No quise decir nada ya que fue la decisión de ellas.
— ¿Charlotte? – Alguien me llamó cuando íbamos saliendo del centro comercial.
— ¡Henry! ¿Que haces en California?
— Queriendo ver a una guapa Americana que me carga loco.
— Que lindo eso Henry... Gracias. – Sentí que mis mejillas ardían.
— ¿Tienes tiempo para salir a cenar?
Quería decirle que no pero luego pensé en que... Si ya Noah no quiere estar conmigo probablemente ya tenga otra a su lado. ¿Por que yo no debía de darme la oportunidad? No quería usar a Henry para olvidar a Noah pero tampoco sería una mojigata encerrada en mi casa llorando por un hombre.
— Si quieres, cenas en mi casa. ¿Te doy la dirección?
— Claro, pero yo cocino.
Le di la dirección y accedió gustoso. Se retiró y tenía 5 hombres vestidos de negro detrás de el. Y yo me quejaba porque me habían asignado 2. Salí del centro comercial y nos fuimos todas rumbo a mi casa, aun quedaba bastante tiempo para que Henry fuera.
—•—•—•—
Mamá y la de Noah se lucieron con la decoración de mi casa. De una u otra forma tenía que sentirla acogedora. Kheila limpió la casa cuando le dije que visita vendría. Era excesivamente amable y me gustaba que fuera ella quien se encargará de todo sobre mis comidas, la limpieza y orden de la casa. Cuando sonó el timbre ella salió emocionada a abrir.
— Me gusta tu casa. ¿No es muy grande para vivir sola? – Sonrió.
— Planeó tener una familia – Reí.
— Viviremos en Mónaco, recuérdalo.
Sus indirectas sobre que yo sería su mujer eran últimamente muy frecuentes... Me sentía un poco apenada por sus comentarios pero me imagino que era su forma de elogiarme. Note que dejó unas bolsas sobre la encimera y saco una botella de vino. Oh, que refinado. Sirvió para ambos y comenzó a sacar todo lo que compro para la cena.
— Cocinare el plato típico de mi ciudad. Pasta Monagesca. Y sin duda mi favorito.
Comenzó a picar y cocinar, mientras que yo me dediqué a colocar música y busque mi laptop para contestar unos correos que tenía pendiente. Mientras revisaba, uno de esos me llamo bastante la atención. El remitente era extraño.
¿De verdad creías que siempre iba a ser tuyo? Ilusa. Te dejo esto por aquí. Besos.
Era Noah... En definitiva era Noah, pero no reconocí a la chica. Mónica no tenía el cabello así y Stella era más pequeña. ¿Tenía alguien más? Tenía la necesidad de llorar, de gritar y hasta de querer golpear algo. Pero no podía. No quería. ¿Por que iba a darle el gusto? ¿Por que debía de permitir que ese idiota me viera así? Tenía que sacarlo de mi cabeza. Quería sacarlo de mi cabeza. Y de mi vida y mi corazón también. Conteste los correos que tenía pendiente y luego ayude en lo que pudiera a Henry.
Luego de que el terminara su gran pasta, cenamos tranquilamente y Kheila se encargó de lavar los platos para que nosotros pudiéramos estar tranquilos. Serví un poco más de vino, Henry prendió la chimenea y nos sentamos en el mueble a hablar.
— ¿Nunca has querido ser una princesa?
— Estando pequeña si quería serlo , era mi sueño. He crecido y ya no creo en eso, por más y tenga un verdadero principe al frente.
— Me pareces tan hermosa... – Confesó.
De repente, solo sentí a Henry abalanzarse sobre mi y sus labios en los míos... No sé porque seguí el beso ni porque lo profundice más, tal vez el vino o las ganas de querer olvidar a Noah. Me acostó en el mueble y comenzó a besarme, metiendo sus manos por mi camisa pero de allí no paso. Y realmente no quería tener relaciones con el. Por más y besara tan bien, no sentía nada por Henry. Quería olvidar a Noah, pero no así.
•••
Disculpen la tardanza... He estado muy muy ocupada, casi ni he visto el teléfono :(. Aquí un nuevo capítulo, corto... Espero les guste! Besooooos, gracias por los likes❤️
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¡Imperfectamente perfectos! FINALIZADA!!
RomanceLa vida nunca ha sido fácil... Nunca. Mientras más fuertes son las pruebas que la vida te pone, más fuerte y fría te haces. Charlotte Scott tuvo una infancia y adolescencia llena de tristezas, lamentos y rebeldías. Aún se investiga la historia de e...