Capítulo 31

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-Hola. -dijo aún sonriendo.

Tenía que irme, no quería ni verlo después del numerito que me había hecho en la cocina. Pero no lo hice.

-¿Que haces aquí? -dije mientras me acercaba.

Creí que nadie más entraba aquí y ver a Chris en este lugar me sorprendía un poco.

-Nada, solo..... -dijo mirando por todos lados.- estaba jugando con el agua.

-¿Tu provocaste la tormenta? -pregunté curiosa.

-Eh... si, un poquito. -dijo dando la vuelta.

-¿Por que? -continúe preguntando mientras lo seguía con la mirada.

-Estaba aburrido y no tenía nada mejor que hacer. -Dijo mientras se movía por el pequeño espacio.

-¿Puedes crear tormentas así de grandes si lo quieres? -dije con el ceño fruncido.

-Si es sencillo. -asintió con la cabeza.

Lo primero que se me vino a la mente fue la enorme ola que había arrasado con la playa hace unas semanas. En las noticias habían dicho que no sabían como es que había ocurrido, y si mis sospechas eran ciertas, tal ves Chris tuvo algo que ver con esa ola. No estaba segura pero si el era el único que estaba en Durban y podía controlar el agua. Tal ves si podría ser el.

-¿Lo has hecho varias veces, hacer tormentas? -dije con tono interrogativo mientras lo miraba.

-Si, un par de veces. -dijo con un tono seguro.

Asenti lentamente con la cabeza, tratando de contestar que entendia.

Al parecer se sentía orgulloso de poder hacer tormentas sin problemas, en cierto sentido sentía un sentimiento extraño, si el podía hacer eso en un estado tranquilo, no quería imaginarme que pasaría si estuviera enojado.

-Creí que solo los miembros de la realeza podían controlar el clima.

-Si, solo ustedes pueden, pero yo no controlo el clima, empezó a llover hace un rato y como estaba aburrido, solo comencé a manipularla, si yo pudiera controlar el clima, la lluvia ya hubiera parado.

-Claro, entiendo. Estaba apunto de reclamarte por que no pude entrenar por culpa de la lluvia.

El sonrió y yo también.

-Coral quiero pedirte disculpas por lo que paso ayer en la cena, no quería gritarte ni nada sólo......

-No te preocupes, esta bien. Sólo olvidalo. -Dije interrumpiendo.

El sonrió sin ganas y luego sólo se quedó parado.

-Bueno, me voy. -dije caminando hacia atrás.

Di la vuelta y continúe caminando.

-Espera. -dijo en tono bajo pero que si pude escuchar.

Me detuve de pronto, respire profundo y volví a dar la vuelta.

-¿Si? -dije normal y mirándolo.

El me miro por un par de minutos sin decir nada. Estaba completamente mojado al igual que yo, las gotas caían a su cabeza y luego resvalaban por su cabello.

Continue mirándolo, esperando a que me dijera lo que sea que tuviera que decirme.

-Que tengas una linda noche. -Dijo con un tono triste.

Algo me hacía pensar que no era eso lo que quería decirme. Pero no quería quedarme a averiguar que era, algo me decía que tal ves terminariamos peleados si empezábamos una conversación sobre nosotros, y no por el hecho de que trate de nosotros, sino que el podría meter a Nathan y terminaría mal.

CORALINE: LA PRINCESA PERDIDA #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora