Amor Antes que Facción: Divergente.

Prólogo.

•𝐂𝐇𝐈𝐂𝐀𝐆𝐎 𝐃𝐈𝐒𝐓𝐎𝐏𝐈𝐂𝐎 •

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Oigo vítores, gritos y risas. Christina señala la pantalla con los ojos muy abiertos y llenos de lágrimas.

1. TRIS.

2. URIAH.

3. LYNN.

4. MARLENE.

5. PETER.

Peter se queda; reprimo un suspiro. Pero, entonces leo el resto de los nombres.

6. WILL.

7. CHRISTINA.

Sonrío y Christina se inclina sobre la mesa para abrazarme. Estoy demasiado distraída para protestar por la muestra de afecto, y ella se ríe en mi oído.

Alguien me agarra por detrás y me grita en el oído; es Uriah. No puedo girarme, así que hecho una mano atrás y le aprieto el hombro.

-¡Enhorabuena! – grito.

-¡Les has vencido! – me grita; después me suelta, riéndose, y corre hacia un grupo de los iniciados nacidos en Osadía.

Estiro el cuello para volver a mirar la pantalla y sigo bajando por la lista.

El octavo, el noveno y el décimo son chicos nacidos en Osadía cuyos nombres apenas reconozco.

El once y el doce son Molly y Drew. Drew, el que intentó huir mientras Peter me tenía agarrada por el cuello sobre el abismo, y Molly, que contó mentiras a Erudición sobre mi padre, se quedarán sin facción.

No es la victoria que quería, pero no deja de ser una victoria.

Will y Christina se besan con demasiado baboseo para mi gusto. A mi alrededor solo se oyen los puñetazos de los osados sobre las mesas. Entonces noto que alguien me toca el hombro y, al volverme, veo a Tobias detrás de mí. Me levanto y esbozo una sonrisa de oreja a oreja.

-¿Crees que abrazarte sería arriesgarse demasiado? – pregunta.

-La verdad es que me da lo mismo.

Me pongo de puntillas y le beso en los labios.

Es el mejor momento de mi vida.

Su mano acaricia el punto donde mi cuello y mi hombro se unen y mientras eso ocurre no puedo pensar en la cara que tendrá Christina o Will o quien sea que nos esté viendo.

Ya está. Soy de aquí, de Osadía. Pertenezco a este lugar y las personas de este lugar me pertenecen a mí.

-Bueno. – dice apenas sus labios dejan de tocar los míos. Sus ojos se van desde mí hacia la pantalla y yo también vuelvo a verla. – Lo hiciste, Tris.

Lo hice.

Hubo un momento en el que pensé que este día era imposible, pero estaba equivocada. Henos aquí; todos celebrando, mi nombre en el primer lugar de una pizarra con fuertes competidores, el paso a una vida aquí en Osadía.

-Estoy dentro. – le digo, a pesar de que mi voz justo ahora me parece muy infantilmente entusiasmada. Pero hoy me permito ser así, hoy puedo hacer muchas cosas como besar a Tobias en público y comportarme raro porque es un día especial. – Dios, soy de Osadía.

Y entonces vi demasiadas opciones frente a mis ojos, demasiados caminos. Nunca he tenido la oportunidad de elegir tantas cosas sobre mi vida, pero ahora puedo hacerlo.

Sus manos rodean mi cintura y esta vez su toque resulta más familiar, más seguro que antes. Más seguro que nunca.

El rostro moreno de Zeke junto al de Shauna se abren paso de entre la multitud hacia nosotros. Nos separamos un poco.

-¡Tris, Cuatro! – saluda Shauna con una sonrisa enorme. – Acabamos de llegar. Anda chica, felicidades.

-Tenías lo tuyo, ¿eh? – sonrió Zeke, dejando ver una perfecta hilera de dientes blancos. – No, ya hablando en serio, te has lucido, deja que te lo diga.

Sonrío, porque parece que es un gesto que no puedo reprimir, y voy a decir algo,cuando, por detrás de Zeke, veo que Uriah aparece corriendo. Apenas se ven, ambos se abrazan con ganas y se dan golpes en la espalda. Murmuran entre sí algo que no soy capaz de oír desde donde estoy, junto a Tobias.

Hay tanto ruido alrededor que me es difícil concentrarme. Estoy demasiado emocionada y llena de energía. Demasiado eufórica e hiperventilada. Pero está bien, hoy está bien.

Divergente o no, este lugar es mi hogar de ahora en adelante. Mi nuevo hogar. Y estoy decidida a quedarme, a echar raíces y a mantenerme a salvo entre las personas a las que ahora reclamo como de mi facción.