Capítulo 72.

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Tobias.

Estaba amaneciendo, pero por la emoción, nadie quería irse a casa. Tris y yo tampoco conseguíamos dormir, así que no nos complicó la compañía. Llevábamos rato conversando, debatiendo cómo llevaríamos a cabo el plan y, a decir verdad, muriéndonos de frío.

-Traje mantas. - anunció Tris apareciendo desde el pasillo que llevaba a nuestras habitaciones. Todos se alegraron. Hacía muchísimo frío y los ánimos no estaban para ir a entrenar y entrar en calor, como muchas veces lo hacíamos en Osadía.

Comenzó a entregarle una a todos y, como no alcanzaban para las diez personas que estábamos aquí, Uriah y Marlene, Zeke y Shauna, Christina y Will y Tris conmigo, optamos por compartirlas.

-Podríamos ir por tarta osada a la cafetería. - dijo Uriah, dándole un codazo a Zeke mientras Tris se acomodaba a mi lado en el sofá y yo pasaba mi brazo por encima de su hombro para acercarla más a mí.

-Uriah, es la mejor idea que has tenido hoy. - sentencié.

-Y eso que no he dormido lo que necesito dormir, eh. Venga, Zeke, vamos de una vez.

-No, yo estoy bien aquí.

-Venga, si vamos corriendo no tendremos frío.

La mirada de motivación que Uriah le dirigía a Zeke tal vez acabó por convencerle, porque acabó por poner los ojos en blanco y ponerse de pie junto a su hermano.

-Volvemos en un minuto. ¿Todos van a querer, no es así?

Los "sí" se oyeron casi al unísono y al instante.

-¿La tarta de Osadía es esa que tiene chocolate con chocolate y más chocolate? - pregunto Charlotte y la sola idea abrió mi apetito de manera incontenible.

-Definitivamente. - respondió Tori riendo. - No la podrías haber descrito mejor.

-Bueno, el coma diabético es lo único que me resta en mis cosas por hacer hoy, así que sí.

Nos reímos un momento, una risa suave y que sonaba a cansancio colectivo. Claro que era así. La ansiedad era latente y ninguno de nosotros podía descansar sabiendo que había un reloj que contaba las horas para que comenzara otra vez la pesadilla en Chicago, que había estado más calmada de lo que esperábamos. Al parecer esta tregua era algo que todos necesitábamos.

Uriah y Zeke salieron corriendo y empujones, entre risas y bromas y nosotros nos quedamos ahí. Por primera vez en días, comenzaba a sentirme más tranquilo, más en paz.

-¿Tienes frío? - pregunté a una Tris aferrada a mí como si fuera lo último en el mundo. Apoyo su cabeza en el espacio que se formaba entre mi cuello y mi hombro. La manta la cubría, pero la moví un poco por su cuerpo, cerciorándome que el aire frío no entrara por los espacios.

-Estoy bien. ¿Y tú?

Le di un beso en la frente, con los demás hablando cosas de las que ya me había perdido. La miré a los ojos y ella a mí por un momento. Sabía que podía perderme en ellos, que era muy fácil hacerlo.

-Bien.

La verdad es que "bien" era una palabra más bonita que estábamos usando para referirnos a que la situación se hacía soportable. Me pregunté, por un momento, si nos íbamos a comunicar así toda la vida, si este vacío duraría por siempre.

-Eh, Cuatro, ¿no es cierto? - habló Shauna un par de personas a mi lado. Intenté volver a conectar con el tema del que estaban hablando, pero con seis pares de ojos mirándome, esperando mi respuesta, me fue imposible.

-¿El qué?

-Estábamos hablando de nuestras iniciaciones y yo le contaba a Charlotte cuando Eric terminó en enfermería luego de su pelea. Dios, qué merecido lo tenía. Era un completo imbécil.

Amor Antes que Facción: Divergente.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora