Amor Antes que Facción: Divergente.

Capítulo 7.

Tris.

Otro día de entrenamiento terminado. Hoy fue el último día de peleas en el cuadrilátero y la verdad, me alivia bastante.

Reachele sigue dormida en la enfermería. Lleva casi un día ahí. Le contamos a Eric (aún sabiendo que le daría igual. Y así fue) nos regañó con que nos faltaba control sobre nuestros iniciados.

La persona que Peter había tirado por el Abismo era Aurelia. Una de las atacantes. Tobias y yo suponemos que los atacantes fueron Daniel, Gabriela, Francis y, obviamente, Aurelia. Claro que, sin pruebas no hay mucho que hacer.

Ahora voy a ver a Reachele a la enfermería, más que nada para saber cómo está.

Cruzo la puerta de su habitación y la imágen me sorprende. Peter sigue ahí, apoya con pereza su cuerpo en una silla. Está mirando a Reachele con desgana.

No ha salido de aquí desde que la trajo. Eso me dijo la mujer que atiende a Reachele.

-¿Peter? ¿Qué haces aquí?

-Espero a que despierte. - responde como si no significara nada subnormal.

-¿Qué es lo que quieres de ésta chica? Vamos, sé que fuiste parte del ataque.

Mueve el rostro con la misma desgana hacia mí.

-Estirada - dice - no porque lo haya hecho una vez lo haría de nuevo con los ojos cerrados. No deberías guardarme tanto rencor por algo que pasó hace un año.

-No te guardo rencor - respondo malhumorada. - Solo que es anormal que te quedes aquí porque... ni siquiera la conoces.

-Tal vez ese sea el punto.

Suspiro agotada.

-No te entiendo. En lo absoluto, Peter. Un día eres el despiadado arrogante sanguinario que intenta tirarme por el Abismo y al otro día eres el salvador de una iniciada, que por lo cierto es una ex-estirada, y te quedas con ella hasta que despierte. No pretendas que me parezca de lo más normal.

-Tienes razón - dice levantandose de la silla - es raro que lleve un día sin comer nada. Vuelvo en un rato.

Mete sus manos en sus bolsillos y camina con aire despreocupado hacia afuera.

No tengo idea de qué trama Peter, pero hay algo en él que es diferente.

-Her...

-¿Reachele?

La chica se mueve ligeramente en la camilla. Mueve la cabeza de un lado a otro, como si tuviera una pesadilla.

-To...

-¿Reachele? - muevo su hombro despacio - ¿Reachele, me oyes?

-Herma... - suspira y solloza.

-¿Reachele? - vuelvo a moverla, más fuerte.

-To...

Abre los ojos de golpe y suelta un grito corto, como cuando alguien despierta de una pesadilla.

-Eh, eh. Tranquila - tomo su brazo con mi mano. - Reachele. Calmate. Estás bien.

-¿Tris? - su voz es agitada.

-Sí.

-¿Dónde estoy? - se mira las vendas que cubren partes de su cuerpo, pero no parecen importarle demasiado.

-Estás en la enfermería de Osadía. Llegaste aquí ayer en la madrugada y llevas un día durmiendo.

-¿Dónde están ellos?