Capítulo 65.

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Reachele.

La luz cegadora del hospital no me dejaba ver bien y a medida que abría mis ojos, más sentía como si mi cuerpo hubiera sido molido a palos.

Luego reparé en que eso era lo que había pasado.

Miré a mi alrededor: la cama de hospital, las bolsas de sustancias extrañas, las sabanas blancas y las paredes celeste pastel. Intenté hablar o articular al menos una palabra, pero la mascarilla y el tubo extraño conectados a mi boca y fosas nasales simplemente no me dejaron. No podía ni si quiera mirar bien a mi alrededor, al menos no más allá de lo que las órbitas de mis ojos me permitían.

Mis hombros sintieron algo más constante y tibio y una máquina a mi lado comenzó a sonar más rápido cuando procesé que era una mano la que me estaba tocando.

—Reachele, soy yo. Soy Peter, ¿vale? Reach, ¿puedes oírme?

 Soy Peter, ¿vale? Reach, ¿puedes oírme?

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Apreté los párpados en señal de un "sí".

—Bien. — suspiró. — Reach, estamos en el hospital de Osadía, ¿si? Estás siendo atendida por los mejores doctores que trajimos desde Erudición. Todo está bien y estás a salvo.

Su mano tomó la mía y no podía dejar de estar nerviosa cuando veía todos esos tubos y agujas conectados al dorso de mi mano.

Abrí los ojos tanto como pude, intenté comunicarme. Si Peter había entendido mi "si" con un cerrar de ojos, no esperaba que al abrirlos él lo entendiera como un: "¿Dónde demonios está mi hermano?"

Pero probablemente, él esperaba que yo estuviera preocupada por ello, porque sin soltar mi mano, acomodó una silla más cerca de la cama, a la altura de donde estaba recostada — y prácticamente inmovilizada — mi cabeza.

—Reach, Cuatro sigue en cirugía. Él... recibió una bala en su estómago, ¿recuerdas?

Cerré los párpados y volví a abrirlos en respuesta. ¿Cómo iba a olvidarlo? El ruido de afuera llevaba rato dándome una vaga luz de esperanza de que, tal vez, saldría viva de ese lugar y cuando la puerta se rompió, él apareció detrás y luego recibió un disparo..., debí ser una estúpida por creer en la posibilidad de que todos saldríamos felices y abrazados de las puertas de la maldita facción de Verdad.

—Bien, escucha: te mantendré informada. Me encargaré de que seas la primera en saber cuando Cuatro salga de cirugía. Por ahora los doctores dicen que debes quedarte con la mascarilla.

Mira al suelo un momento y lo conozco demasiado bien para ignorar que esa es su expresión de duda. Espero que sepa que quiero saberlo todo y que lo lamentará si me oculta información.

»Tus... costillas... te rompieron cuatro en total. Tus brazos están fracturados. Bueno, solo el izquierdo y tu hombro... derecho. — parecía estar haciendo memoria. — Tenías unas cuantas hemorragias internas por los golpes.
Y las heridas por todo tu cuerpo las limpiaron y cosieron y algunas se infectaron, pero no te preocupes porque te administran antibióticos, así que... — suspiró. Evitaba mirarme mucho a los ojos. — Estarás un buen tiempo con terapia física. Lo siento mucho Reach.

Amor Antes que Facción: Divergente.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora