Capítulo 92.

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Alex.

Ese timbre que suena para avisarnos que podemos ir a almorzar, o a jugar, o volver a clases o a nuestras casas, sonó. Pero ahora era para ir a jugar.

Súper.

Siempre estaba con mi hermana o con Ivette o con mi prima, pero todas ellas son niñas. A veces jugaba con Taylor pero él es muy pequeño y no es tan divertido. Ahora tengo amigos que son niños y son de mi edad. ¿La escuela podía ser mejor? No, no lo creo.

Aunque a veces extraño mucho a mamá y papá. Extraño que jueguen conmigo o que me abracen mucho. Sé que debo estar aquí porque tengo que aprender. No me entretiene tanto, porque me distraigo mucho con las cosas y con las personas. Esta mañana en clase de matemática, Ivette dibujó a la maestra en su cuaderno y me lo mostró. Nos reímos mucho, porque le hizo la nariz más grande que su propia cara y tenía unos ojos aún más grandes y feos (los de Ivette también son grandes, pero no feos). Casi nos pillan, pero Ivette es superrápida y cambió rápido de página. Fue complicado dejar de reírse.

Lindsay es mejor en esto de poner atención. Se sienta en el fondo de la sala con nosotros, junto a mí un día y junto a Ivette al siguiente, pero siempre responde lo que la maestra le pregunta y siempre está bien. No sé cómo sabe tanto, pero sí sé que las niñas y niños eruditos la miran feo y susurran. Papá y mamá le dijeron que no podía pelearse y creo que les hará caso. Espero. Deberíamos ser buenos como sus hijos porque ellos son buenos como nuestros papás.

-Tu hermana sabe mucho, Alex. - dijo un niño que se llama Oliver y que me agrada. Tiene un amigo que se llama Riley y también me agrada. Los dos se acercan a mí mientras guardo mis cuadernos en mi mochila. - ¿Cómo sabe tanto?

Me encogí de hombros. Era raro el pelo rojo de Oliver, pero no feo. Creo que es feo pensar que las personas son feas, incluso si a veces lo son un poco. Pero solo un poco.

-Porque es inteligente. - le dije y subí y bajé mis hombros. Dejé la mochila colgada de mi asiento. - Oye, tu pelo es raro.

Tal vez lo que dije fue malo o sonó mal, porque ahora se veía enojado. Pero no quería ofenderlo.

-Pero raro en el buen sentido. - volví a hablar. Qué triste debe ser para alguien sentirse ofendido. Todos me han dicho siempre que mi cara es linda, así que no sé cómo es sentirse feo, pero debe ser malo.

-Sí, tu pelo es raro. - le dijo Riley a su lado. - ¿Por qué es tan naranja?

-Porque mi mamá tiene pelo naranja. A mí me gusta. - se defendió y se veía triste.

-A mi también. No he visto a muchas personas que lo tengan. - le dije. - Es como si tuvieras un superpoder.

Lindsay apareció a mi lado, mientras tomaba de un jugo de manzana en caja que yo ya me había terminado cuando llegamos en la mañana. Gran error, ahora tengo sed.

-¿Me das? - le pregunté, mirando el jugo.

Me miró con cara rara. Ivette estaba a su lado y yo recién lo notaba.

-¿Y el tuyo? Se supone que mamá y papá nos dan uno a cada uno.

-Ya me lo tomé. Tenía sed. Y aún tengo.

-Ah. - respondió y parece que la convencí porque me pasó su jugo.

Iugh! - dijo Oliver en cuanto comencé a tomar jugo. Vi que él y Riley nos miraban con ¿asco?

-¿Y qué les pasa a ustedes? - preguntó Ivette.

Se miraron entre sí. Mientras eso pasaba, Lindsay me dió un manotazo en el brazo para que dejara de beber. Ups.

Amor Antes que Facción: Divergente.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora