Capítulo 34.

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Todos los créditos de este capítulo a Pansycake4602:por darme una idea tan maravillosa como esta. Gracias por siempre hacerme contar con tu apoyo♥

Tobias.

Paso mi brazo por encima de sus hombros, apegando su cuerpo al mío.

-No habíamos venido aquí, ¿o si?

-No. No habíamos venido.

El camino se torna rocoso; primero pequeñas piedrecillas que nadie notaría y mientras más avanzamos, van apareciendo las enromes rocas, que parecen perfectas para torcerse un pie.

Me hago a un lado, esquivando las peores opciones y poniendo con cuidado el pie por encima de una y de otra.

-Mantengo la esperanza de no caerme -. Comenta ella.

Su voz no suena lo suficientemente cercana como hace un segundo, mientras caminábamos. Cuando me doy vuelta con cuidado, noto que va a unos pasos por detrás de mí.

-Ven aquí.-Le extiendo una mano cuando vuelvo hacia ella.

Nos hacemos espacio entre las rocas, juntos.

-¿Pasamos por detrás?-Pregunto cuando llegamos justo frente a unos árboles que parecen una cortina verde, que cubre lo que sea que esté detrás de ellos.

-No perdemos nada, supongo.

-Bien.

La sigo conduciendo por entre las rocas, que comienzan a ser menos afiladas y peligrosas; y mucho más pequeñas. Pasamos por entre los árboles, golpeándonos con las ramas ocasionalmente.

Y entonces nos encontramos con el agua.

Cristalina, extensa y pura.

-Un lago-. Confirma Tris.

-Sí. Es un lago.

-No sabía que había uno aquí. Siempre me habían dicho que El Pantano fue una especie de lago alguna vez, hace años. Pero nadie mencionó este lugar.

-Es probable que los cordiales decidieran mantenerlo oculto, o que nadie le tomó importancia en su momento.

-Si lo piensas, la cortina de árboles no puede ser natural. Ellos deben haberla plantado.

-Sí. Es una posibilidad.

»¿Y bien? ¿Qué esperamos?

-¿Para qué?

-Para nadar.

-¿Nadar?-Pregunta ella con voz incrédula.-Definitivamente no. Al menos yo.

Me acerco a ella.-Es por tu miedo, ¿no?

-Yo...sí. Supongo que sí.

La beso en la coronilla, dejando que la suave brisa que corre, me llene de su olor.

-Ya superaste uno de tus miedos cuando llegaste aquí.

-Pero era algo más sencillo. Se trataba de ambos.

-Tu rostro no mostraba tranquilidad esa noche. Además, yo estaré contigo, como esa vez.

-Como la primera vez-. Dice suspirando. Cierra los ojos y se aferra a mi mano, que está acariciando su mejilla.

-No me voy a separar de ti, si eso quieres.

»Eres Tris, la valiente. No hay ningún pánico, obstáculo o miedo que no puedas superar.

Se queda mirando el agua.—Hagámoslo.

Miro a mi alrededor, por si hubiera alguien cerca, aunque en realidad es como si este lugar fuera lo último que queda del mundo.

Amor Antes que Facción: Divergente.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora