Amor Antes que Facción: Divergente.

Capítulo 97.

Pueden leer esta parte con "No Time to Die" de Billie Eilish o el cover de "Everybody Wants to Rule the World" de Lorde. Yo usé esas para escribir el capítulo y quedan perfectas.

Enjoy <4

Caleb.

Suelto todo el aire que tenía recelosamente contenido en mis pulmones apenas comenzó la cirugía. Normalmente trabajo con bebés y embarazadas, pero no por ello un tumor cancerígeno en el estómago de una mujer iba a volverse un tipo de desafío imposible.

-Lo hiciste. - me dice Lotte, apoyándose en la pared frente a mí. No separan unos cuantos pocos metros.

-Lo hicimos. - digo, sonriendo y cerrando los ojos un momento, oyendo a los demás doctores conversar acerca del estado de Evelyn Johnson.

No hay mucho de ella que no sepa, así que me mantengo absorto de la plática. Conozco lo que viene: esperar. Al menos le hemos dado a esta mujer un poco de tiempo para poder despedirse de sus seres queridos.

-No, tú lo hiciste. - insiste ella, más seria. - Tu técnica la salvó.

Me quito la mascarilla de la cara y la lanzo al recipiente de la basura a mi lado.

-Estoy exhausto.

La miro y entonces decido no volver a bajar la mirada. Sus ojos verdes lucen más atentos que nunca. Sé bien que allí dentro, todos los doctores han estado tratando de impresionarla a ella antes que salvar la vida de Evelyn Johnson. Yo sentí la necesidad de entrar a ayudar. Supongo que lo mismo pasaba con ella.

-Es normal, llevas todo el día aquí. Creo que sería bueno que descansaras, Caleb.

Me acerco a ella. He bebido café hace unas horas y sigo sintiéndome cansado. Aún así, la rodeo con mis brazos y ella hace lo mismo con los suyos. Nos quedamos así un momento y todo lo que mis sentidos logran absorver es el inevitable aroma de pisos, paredes y trajes esterilizados.

-He asistido a tan pocas de estas cosas en mi vida. - me confiesa. - Antes de ser líder, el Consejo te hace experimentarlo todo. Así que tuve que desempeñar todas las profesiones y áreas de trabajo erudito por unos días. Esta es mi menos favorita.

-¿No crees que es la mejor? - le pregunto, separándonos un poco.

-Creo que es nefasto lo ambivalente de la práctica de la medicina. Las estadísticas no sirven aquí la mayoría del tiempo. Ahora, por ejemplo, salvamos a una persona cuyas probabilidades de sobrevivir eran del treinta y dos por ciento. Y, ¿por qué?

-Solo son valores y números. - le digo y sé que es extraño que yo mismo desconfíe de las estadísticas, sobre todo las que hacemos nosotros mismos en nuestra facción. - Si he aprendido algo en todo esto es que nada hace caso a nuestra voluntad.

Me miró, arqueando las cejas. Me quedé viendo la sonrisa que formaron sus labios.

-¿Ahora crees en la palabra de Dios, Caleb Prior?

Me reí. No estoy seguro si porque ella lo hacía o por la idea. Pero lo hice, y me sentí menos cansado al instante.

-Claro que no.

-Excelente. Por un momento pensé que iba a tener que soportarte otorgándole los esfuerzos de la ciencia a Dios.

-Cambiando de tema, ¿viste cómo te intentaban impresionar allí adentro?

Charlotte, con sus manos aferradas a mis brazos, que la rodeaban por el torso, giró un momento su cabeza hacia los doctores que conversaban seriamente mientras cerraban la herida. Se volvió hacia mí, soltando una risa discreta: