Capítulo Extra.

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Para mayor tristeza, lean el capítulo con "Supermarket Flowers" de Ed Sheeran (multimedia). La letra es precisa y preciosa.

Disfruten <4


Evelyn.

-¿Estás bien con todo esto?

Me llevo las manos al cabello, al moño abnegado en el que debo ocultar mi melena castaña que, de hecho, me gusta mucho. Me quito las horquillas y el elástico del pelo hasta que me cae por los hombros. 

Voy a morirme, así que ¿qué importa violar algunas cuántas leyes? Lo he hecho en secreto por años, ahora en cambio me da lo mismo. Además, mi hijo es el líder. 

Mi hijo es el líder. Mi hijo es líder de la segunda facción con más influencia en toda la ciudad. Logró todo eso por su cuenta y tiene una vida feliz a pesar de lo que le hicimos Marcus y yo.

-Estoy bien, Nat, no te preocupes.

Intento sonreír. La fachada de una cárcel no te da ningún deseo en particular de sonreír, pero ahora mismo no podía pasar por alto el que ella me había acompañado hasta aquí.

Lamento tanto dejarla sola. En serio nos gustaba nuestra vida. Era como vivir con tu mejor amiga. Nos reíamos todo el tiempo, recordábamos nuestras vidas, nos poníamos nostálgicas o jugábamos estos aburridos juegos de mesa en los que yo ganaba la mayoría del tiempo.

No lo siento por mí, lo siento por ella. Yo me iré, quién sabe a dónde, pero mi querida Natalie es quien se quedará aquí sola, con una visita quincenal de sus nietos y sus hijos, tal vez semanal. Nada más que eso. El resto lo hará sola.

Cuánto lo siento. 

Me toma una mano y la aprieta con las dos suyas, que son más cálidas. Últimamente no he hecho más que estar helada y adolorida internamente, así que agradezco el gesto de muchas formas distintas. Sonrío y ella me sonríe de vuelta. Sé que me está dando su apoyo, igual que siempre.

-Entonces - me dice con su voz tranquila cuando me suelta. - , hagamos esto. ¿Tu permiso para entrar?

Se lo enseño en mi mano derecha; una tarjetita extraña con un código que debe pasar por un lector raro y no tengo idea qué más. El guardia se encargará de eso. 

Mi sencilla posibilidad de acceso se la debo sencillamente a Tris. No se la habría pedido jamás a Tobias, no quiero que sepa que he venido a ver a su padre. No quiero que recuerde que este hombre existe, jamás. Ya fue demasiado protagonismo en la vida de mi hijo.

Natalie camina a mi lado. A ella se le da mejor mostrar que es realmente de Abnegación y sigue las reglas. Yo camino con mi frente en alto y no tengo intenciones de mirar a nadie hoy. No me interesa ser altruista por necesidad, como lo he sido todos estos años. Simplemente no lo soy. Simplemente no nací para las facciones, las detesto y solo me dieron un refugio y una familia cuando la necesitaba. 

Los guardias de Osadía hacen exáctamente lo que la hija de Natalie me dijo que harían. No tardo mucho hasta que entre un grupo que se va designando tareas de un tramo del camino a otro, me ayudan a llegar hasta la sección M4, donde los prisioneros de los juicios de la guerra cumplen su condena. 

Sé que algunos ya la cumplieron, o la cumplirán. Otros, como Marcus, vivirán aquí el resto de sus días hasta que su carne se pudra y sus huesos se hagan polvo. Se lo deseo. Se lo deseo con ganas, con todas las fuerzas que quedan en mi cuerpo enfermo.

-Quédate aquí. - le digo a mi acompañante. Pongo una mano sobre su hombro. - Tengo que hacer esto sola, querida.

-Claro, está bien. Solo... recuerda que eres mucho más de lo que él dice. Y tienes mucho más de lo que crees. - hace una pausa y sonríe. - Estaré aquí afuera por si me necesitas, ¿bien?

Amor Antes que Facción: Divergente.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora