Amor Antes que Facción: Divergente.

Capítulo 40.

Tris.

Despierto con el sonido de la puerta. Es desesperado y nos hace dar un salto a ambos.

Por suerte, anoche no pasó nada entre nosotros y dormimos con ropa.

—Iré. —Anuncia Tobias.

Sale corriendo de nuestra habitación y mientras escucho cómo abre la puerta, me levanto rápidamente, colocándome de todas formas una chaleca.

—Marlene, Marlene, relájate, por favor. —Escucho la voz de Tobias en la puerta. —¿Quieres pasar?

—No hay tiempo. Tienen que venir.

Salgo corriendo por el pasillo, esforzándome por no tropezarme. Aún siento que sigo durmiendo.

—¡Tris!— Chilla Marlene. Está pálida. —¿Tú lo sabías? ¿lo sabías? ¡¿Sabías lo que le pasaba?!

—Marlene, cálmate. —Pido acercándome a la puerta junto a Tobias, que mantiene expresión desconcertada.

—Christina. Está hospitalizada.

—¿Qué?

—¡Chris! ¡Está en el hospital! Tris, ¿tú sabías de su embarazo?

Dios. Hizo algo. Lo hizo.

—Sí.—Respondo rápidamente, pero con un hilo de voz. —¿Qué le pasó?

La rubia se pasa las manos por el pelo, frustrada.

—¡Marlene! —Insiste Tobias.

—Se intoxicó. Con alcohol. Su bebé... —Se le quiebra la voz, pero no llora. —Christina está a poco de abortarlo.

Lo hizo.

—¿Cómo pudo?—Pregunto casi llorando. Se suponía que fuera un pensamiento, una pregunta interna, pero da igual.

Da igual.

—Vamos.—Tobias me pone una mano en la espalda en un intento, tal vez, de hacerme sentir mejor.

Pero no hace nada más que hacerme apegarme otro poco a la realidad.

¿Cómo pudo? No creí que en realidad fuera capaz.

—Vamos. Rápido.

—Corriendo. No hay autos ni nada; debemos tomar el tren. —Corrobora Marlene con voz débil.

Es un camino relativamente largo, lo sé.