Bloque Diez

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―¡¿Matrimonio?! ¡¿Estás loca?! ¡Tu mamá aun te escoge los calzones en el centro comercial! ¡Por dios Marinette! ―Alya sin duda alguna no mostraba agrado ante la decisión de los padres de su mejor amiga ¿Quién puede casar a su única hija a tan temprana edad?

―¡Mi madre me mataría si yo me casara antes de tener una carrera! Sin ofender Marinette ¿Pero qué mierda tienen tus padres en la cabeza? ¡Eres una niña todavía! ―Alya se imaginaba a su madre si ella decidiera casarse a su edad.

―Lo sé... ―Respondió Marinette solo garabateando en su cuaderno.

Marinette miro disimuladamente a la cabellera rubia de adelante, la cual reía junto a su mejor amigo moreno.

"¿Qué puedo hacer? ¿Dónde puedo esconderme? ¿Cómo puedo darle a entender que me estoy enamorando demasiado? ¿Que mi mirada se torna triste al no verlo al diario?"

Ella no había podido dormir desde aquella noche en que hablo con sus padres, era como si toda la historia soñada con esa persona se hubiera desvanecido en el aire y sintiera que se ahogara en la realidad.

"La primera vez que te vi ni siquiera preste atención a tu rostro, eras solo una cara bonita que pasaba por ahí, un idiota que creía que cualquiera podría estar a sus pies en un chasquido de dedos.

Recuerdo cuando me enoje demasiado por aquella confusión de la goma de mascar y aquella tarde de lluvia que como una vieja historia de amor moderna me ofreciste aquel paraguas negro. Era simplemente una hermosa melodía el escuchar tu voz, tu risa junto con la lluvia.

¿Cómo es que de un día para otro me sorprendo a mí misma buscándote en aquel café tratando de llegar a la primera fila entre tanta gente?

Han pasado varios meses con el corazón a punto de estallar de cuándo será el momento en que nuestras miradas se encuentren. Me gusta soñar que algún día pasará. 

No sé en qué lugar o circunstancia. Han pasado varios meses desde que nos conocemos. Pero tal vez mañana, tal vez en un año o si volviéramos a nacer.

O simplemente cuando dejemos de ser torpes en el amor...

¿Está mal el solo pensar en que algún día sucederá?

¿Cómo es que me has hecho esto Adrien?".

Ella no podía casarse y menos con el hermano de a quien le pertenecía su corazón.


Nathaniel había notado la mirada perdida de Marinette desde que había comenzado la semana y tal parecía ser el único que la conocía tan bien para notarlo.

―¿Sigo sin entender que estas esperando? ¡Se hombre! Un poco afeminado... ¡Pero se el poco hombre que eres Nath! ―Juleka trato de animar a su mejor amigo pero solo logro que este la fulminara con la mirada.

―Déjalo Juleka, se esforzó mucho para sacarla a bailar en la fiesta ―Rose le dio una palmada en el hombro a Nathaniel dándole una respuesta positiva.

―¡Pero no es suficiente! ¡No quiero que Nath se convierta en el próximo artista amargado y loco en unos años! ¡Tiene que encontrar el amor! ―Juleka dijo muy fuerte haciendo que la mitad del salón los volteara a ver.

―¡Eres una exagerada! ―Habían pasado cuarenta minutos y su profesor no regresaba y Nathaniel se levantó para salir de su salón de inglés.


Hoy era el gran día en que las dos familias se reunirían para acordar los planes para los jóvenes que se unirían pronto

Marinette decidió tomar un baño para relajarse y comenzar a arreglarse e ir a la mansión Agreste. Pero no contaba con que un chico llamado Adrien de la misma familia olvidara su libro en el casillero e inocentemente ir a pedírselo a su compañera de atrás hasta su casa.

Ella trataba de sacar el contenido de aquel envase de jabón corporal, pero este no salía aunque lo golpeara con todas sus fuerzas. El rubio escuchaba a fuera en su habitación los quejidos de la chica.

―¡Estúpido jabón! ¡Sal de una buena vez! ―Adrien se sentía avergonzado de haber entrado a su habitación de la azabache sin comunicarse con ella primero. Si tan solo le hubiera pedido su celular y los padres de esta le dieran el permiso de entrar.

Se escuchaban las gotas caer y una voz cantando una hermosa canción que él nunca había escuchado, tal vez era diferente el idioma pero moría por conocer aquel significado.

(Canción en multimedia "Eres la Persona Correcta en el Momento Equivocado" de Río Roma).

Unos minutos más tarde una Marinette envuelta en una toalla cerró la puerta frente a frente con unos ojos verdosos. Sintió sus piernas flaquear en cuanto vio al rubio de su crush mirar el suelo avergonzado.

―Adrien ¿Desde cuándo estas aquí? ―Su voz temblaba.

―Desde que tenías una charla nada amistosa en tu baño.

"¡Es bien casual hablar con tu jabón en el baño!"

―Lo siento...suelo decir tonterías a veces.

"¿A veces? ¡Toda la vida!"

"Maldita conciencia".

―N-no te preocupes solo necesitaba tu libro de contabilidad.

―Claro... ―Se encamino a su mochila para sacar el libro y dárselo al chico.

―Gracias y lamento molestarte ―Se rasco la nuca con un leve sonrojo.

―Te dejo cambiarte ―El rubio salió casi corriendo de la habitación.

Piel blanca con gotas de agua dejando atontado al pobre chico que chocaba con cada cosa a su paso.

Regrese mis amores y lamento mucho no haber estado con ustedes :( los extrañe. Estuve de vacaciones en la playa y el hotel tenía un internet lento así no pude subir nada a wattpad :v pero en un cuaderno estuve anotando algunas cositas ;) no crean que me olvide de ustedes.

Otra cosa es que la próxima semana regreso a clases y tal vez no publique tan seguido como lo había estado hecho anterior mente. Les pido paciencia.

Los quiere la loli de Sugar <3

Dos gatos negrosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora