Bloque veintisiete

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"Miedo"

"Amor"

No había otras palabras que hubieran evitado que aquel chico se arrepintiera de ir a aquel café. Había conseguido las llaves del auto de Kim, sobre todo se había armado de valor para rentarse un bonito traje por recomendación de su abuela.

Nunca se imaginó que sus inseguridades se apoderarían de su auto control y en el auto se encontrara tan confundido.

¿Quería a aquella rubia?

Estaba seguro que hace unos meses solo fijaba su cariño hacía Marinette, pero como el gran cobarde que era al comenzar a sentirse diferente ante la presencia de la rubia seguía aferrándose a su amor por Marinette.

Tenía miedo a que su amor fuera demasiado terco, un sentimiento tan imparable que se terminara entregando para no volver a encontrar la salida de una adicción.

Sentía temor de amar, que fuera imposible de arrancar del pecho.

Una distancia sobre los sueños de la otra persona. Un camino en el que no pudiera huir y no existieran atajos cuando este cansado de tanto buscar.

Posiblemente terminaría rogándole a aquella persona que no se marchara. Después no encontraría a otra persona que pudiera calmar sus miedos como un niño pequeño.

Le había mandado un mensaje a Chloe para que se fuera de aquel café porque él había perdido la noción del tiempo pensando cosas estúpidas para evitar sus sentimientos hacía ella.

Justamente la emisora de radio había decidido poner la canción "Love me like you do" de Ellie Goulding. Comenzó a reír ante aquella tonta situación en que la emisora había decidido torturarlo más.

Entonces escucho a alguien golpear la ventana de su auto y no era nada más que Sabrina. El bajo la ventana mirando a la ex mejor amiga de Chloe toda empapada.

―¡¿Piensas quedarte todo el día como un estúpido dentro de ese auto?!―La pelinaranja le grito históricamente a todo pulmón.

―Hola, yo me encuentro genial ¿Y tú? ¿Estas segura que no necesitas una sombrilla?―Contesto de mala gana Nathaniel.

―¡Quiero que en este momento dejes de ser un estúpido y corras a buscar a mi amiga!―Jalo de la corbata al pelirrojo y lo miro desafiante.

―¿Perdón? ¿Dijiste amiga? ¡No creo que Chloe opine lo mismo!―La miro de la misma manera lanzándole una sonrisa burlona.

―¡Me vale un pepino lo que ella piense! ¡Yo la quiero y me importa que sea feliz, aunque le guste un don nadie como tú! ¿O es que eres más jodidamente idiota que no te has dado cuenta?―Nathaniel comenzó a reír fuertemente y quito toscamente la mano de Sabrina de su corbata.

―¡No necesito que tú me lo digas, yo puedo darme cuenta de las cosas obvias! ¿Acaso eres una acosadora o porque carajos te metes en todo lo que tenga que ver con Chloe? ¡Ella tiene que arreglárselas sola!―El pelirrojo reprendió a la pelinaranja. De un momento a otro la chica de cabello naranja había impactado su mano en la mejilla del pelirrojo.

―¡Entonces ve tras ella! ¿Qué no entiendes con que ella te necesita? ¡Ella necesita una persona que en estos momentos la ame!―Nathaniel había notado como los ojos de Sabrina comenzaban a aguadarse.

―¿Cómo esperas que una persona ame a otra persona cuando no tiene amor hacía si misma?―Nathaniel contesto desviando la mirada hacía el volante.

―Ella es una chica que se ha creído el cuento de que no vale la pena ¡Pero yo creo que solo necesita una persona a su lado que la haga sentir segura de sí misma y tú puedes ayudarla con eso pelo de Andrés!―Nathaniel sobo sus sienes buscando paciencia a aquella chica pelinaranja que lo estaba sacando de sus casillas.

―¡A eso me refiero! ¿Y si no soy el indicado para ella? ¡Yo no soy el chico que Chloe podría sentirse orgullosa!―Contesto con sinceridad el pelirrojo.

―¿Y porque no se lo preguntas? ¡Carajos! ¡Deja de ser un maldito cobarde egoísta y ve a buscarla!.

Nathaniel estaciono el auto frente a aquella cafetería esperando encontrar a Chloe sin en cambio la cafetería se encontraba cerrada. Golpeo su cabeza en el cristal de la ventanilla del auto.

Otra vez sus inseguridades habían terminado haciendo que el tomara una decisión demasiado tarde.

Se diría a casa para poner en pie su plan de quedarse en casa lamentándose, pero la cabellera de una rubia llamo su atención. Aparco el auto y salió de este para correr detrás de la rubia.

Tomo del brazo a Chloe haciendo que ella se volteara para mirarse frente a frente.

―No necesito que vengas con remordimientos Castiel barato―Noto como la voz de la rubia que creía conocer había perdido su confianza de siempre.-Hacía tanto frío que se podía notar el vapor de las respiraciones de los dos chicos.

―Lo siento―Nathaniel soltó el agarre del brazo de Chloe.

―¿Por qué? ¿Por no importarte de la misma manera que te importa la panadera de Marinette?―Pregunto ella sarcásticamente.

―No―Respondió cortamente el pelirrojo mientras negaba con la cabeza.

―¿Entonces por ser tan castrante para ti?―Respondió con lágrimas corriendo de su mejilla la rubia.

―Estas muy lejos de la verdadera razón―Nathaniel acaricio la mejilla de Chloe con dulzura pero ella parto rápidamente aquel tacto.

―¿Entonces cuál es la razón para que me dejes plantada de manera tan cruel?―Ella trato de reprimirse las ganas de volver a llorar.

―Lamento no ser aquel chico que quieres en tu vida―Nathaniel dijo en tono bajo.

―¿De que estas hablando?―Chloe fingió una risa que más bien se notaba demasiado rota.

―¿Crees que no me he dado cuenta que te gusto? ¡No estoy ciego!―Él enarcó una ceja tratando de acercarse con cuidado a la chica.

―Entonces eres un imbécil―Ella le dio la espalda mientras haciendo un mohín.

―Lo sé...―Acepto Nathaniel.

―Un estúpido―Chloe restregó sus manos para evitar que estas se congelaran.

―¡Lo se!―Volvió a aceptar diciéndolo más fuerte.

―¡Y sobre todo estoy enamorada de ti! ¡Por eso te odio como no tienes una maldita idea!―Grito la rubia obteniendo un sonrojo del pelirrojo.

Nathaniel nunca creyó en las mariposas en el estómago, ni siquiera había sentido emoción con alguna chica.

Aquellas palabras que la rubia había confesado le hizo sentir como si una corriente eléctrica recorriera su corazón. La chica dejo de darle la espalda y volteo para mirarlo, él aprovecho para tomar entre sus manos el rostro de la rubia y la beso.

La beso torpemente ante su poca experiencia con chicas. La rubia enredo sus manos entre su cabello y lo beso de misma manera inexperta. En ese momento lo menos que importaba era que ninguno supiera controlar aquel beso. Era dulce, lleno de cariño real y sobre todo era la primera vez en que ellos dos se dieron cuenta que debían dejar atrás todo aquel miedo.

―Valla...nunca creí que mi primer beso sería tan cliche bajo la lluvia―Nathaniel dijo avergonzado al separarse de los labios de Chloe.

―Pues será el último si nos quedamos parados aquí ¡Una pulmonía es lo menos que espero!―La chica comenzó a caminar evitando mostrarse igual de avergonzada.

―¿Eso significa que habrá más?―Soltó de manera picara el pelirrojo y comenzó a reír al ver a chica refunfuñar unos pasos adelante de él.

Nathaniel se quitó su jersey y los dos comenzaron a caminar entre la lluvia sosteniéndolo arriba de sus cabezas hasta llegar al auto de Kim.

Dos gatos negrosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora