Bloque veinte.

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El dedo de Adrien pasaba por la pantalla de su celular al terminar cada una de las nuevas notificaciones de su Facebook.

"Deberíamos hacer una cadena de oración para que mi madre no me chingue con la entrega de boletas" Ese era el nuevo estado de Nino, al cual no dudo en darle "me divierte".

Adrien seguía mirando su Facebook con poco interés y demasiada flojera como cada domingo a horas para ser lunes y regresar a clases. Hasta que una foto de Marinette hizo que él se sorprendiera.

Era un diseño de un vestido que parecía ser hecho de flores y con el viento pudiera salir volando cada una.

Marinette no era la clase de chica que haría diseños fantasía en su tan preciada libreta profesional.

La frase que parecía estar escrita con el mismo lápiz de cada uno de los trazos del vestido era aún más llamativo para el rubio.

"Me gustaría recibir un abrazo sincero sin tener que pedirlo"

Adrien comenzó a escribir un comentario.

"Yo sería feliz de abrazarte a cada momento"

Su mente se debatía en si era lo correcto, después de todo aún no estaba seguro de aquel sentimiento que Marinette le causaba.

Al final con toda su valentía lo publico.


Al día siguiente Marinette apago su alarma y tomo su celular para confirmarle a Alya si le pasaría la tarea de Visión global en el receso, sin embargo se llevó una gran sorpresa al ver la notificación de un comentario con su ex crush.

Al leer aquel comentario no pudo evitar caer de espalda contra la cama y comenzar a gritar apretando una almohada contra su cara.

-¿Estas bien cariño?-Pregunto su madre quien parecía estar en el baño por el eco de su voz.

Ella ni siquiera pudo pronunciar alguna palabra.


Un hotel no podría ser llamado un hogar, al igual que unos padres que lanzaban dinero a su alrededor solo para alejarla por unos minutos era una familia.

Sabía que todos la miraban como la niña mimada de papá, pero no era culpa suya que él cumpliera sus caprichos sin importar lo fantasiosos que fueran.

Hoy había escuchado aquello que desde su nacimiento escuchaba cada día.

Parecía que aquella separación por parte de sus progenitores era definitiva y se sentía culpable por no importarle como debería aquello.

Simplemente se había alejado de ellos o más bien ellos la habían terminado alejando.

No importaba, ella seguiría con su vida.

Un simple fantasma en vida...

Esperaba atenta la llegada de su único amigo Adrien pero Nathaniel llego a arruinar su bienvenida.

―Chloe aún es de mañana para que te pongas en la esquina a esperar clientes―Dijo el pelirrojo que parecía estar de muy buen humor.

―En tus sueños copia barata de Castiel―Dijo ella orgullosa pensando que era demasiado bueno su insulto, no podía negar que llevaba tanto tiempo con aquella idea.

―¿Y quién es ese?―Pregunto rascándose la nuca con su sonrisa socarrona.

―¡¿No conoces amour sucre?―La rubia se exalto como si la respuesta del pelirrojo fuera un delito.

―No... ¿Qué carajos es eso?.

―Un juego otome―Respondió con simpleza.

―¿Un qué?―Pregunto aún confundido.

Dos gatos negrosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora