12 Atrapados

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—Se lo quité a un muerto, no creí que fuera a necesitarlo — respondió alzando las manos.

—¡Rick! — volteamos y nos encontramos con Gareth, mirando toda la escena — ¿Qué es lo que quieres? — preguntó tranquilamente.

Se iba acercando cada vez más a nosotros lentamente, paso por paso.

—¿Dónde esta nuestra gente?

—No respondiste mi pregunta — contestó Gareth.

Todos los habitantes de Terminus comenzaron a dispararnos directo a los pies.

—¡Por aquí! — gritó Daryl y lo seguimos. Lo que fuera con tal de seguir con vida.

—No te separes de mí, Ally — me dijo Carl por encima de los sonidos de las balas chocando contra el suelo. Asentí haciendo un ademán con la cabeza.

Tratamos de encontrar la salida mientras evadíamos los disparos, hasta que llegamos a un rincón sin salida. Varios habitantes de Terminus nos tenían rodeados con armas en sus manos. Miramos hacia arriba de uno de los tantos edificios que había y salió Gareth, mirándonos victorioso.

—¡Bajen sus armas, ahora! — gritó.

Dejamos nuestras armas en el suelo así sin más. No había nada más que hacer, estábamos rodeados por toda su gente.

—¡El líder! ¡Ve al vagón!

Rick hizo lo que le indicó, y se posicionó delante de la puerta del vagón (que alguna vez perteneció a un inmenso tren), a unos cuantos centímetros de nosotros.

—Ahora, el arquero.

Daryl caminó hacia el vagón, con sus puños apretados.

—La samurai.

Dicho esto, Michonne fue al vagón y se puso detrás de Daryl, dejándonos a Carl y a mí solos, en medio del campo.

—¡Entren! — indicó Gareth sin dejar de observarlos. Rick frunció el ceño

—¡Mis hijos! — gritó Rick.

Le miré, abriendo mis ojos sorprendida, pero a la vez conmovida por lo que acababa de decir. Me sentí mal de repente al pensar que lo dijo por simple lástima, pues no tenía ningún familiar a mi lado.

—¡Vayan, chicos!

Ambos no acercamos al vagón, entramos todos y nos encerraron en la completa oscuridad.

—¿Rick? — exclamó una voz muy conocida una vez que estuvimos dentro.

De entre la ocuridad del vagón salieron Glenn, Maggie y Sasha junto con otras personas, que a decir verdad no conocíamos.

—¡Están aquí! — dije alegrada de verlos.

—¿Quiénes son ellos? — preguntó Carl, señalando a la gente que los acompañaban.

—Ellos son: Tara, Eugene, Bob, Rosita y Abraham. Nos ayudaron a llegar hasta aquí.

—Bueno... Bienvenidos al grupo — Rick les dio una mirada rápida a los cinco —. Ahora tenemos que salir de aquí.

—¿Cómo? — ahora había hablado Maggie.

—Encontraremos una forma. Y se sentirán muy estúpidos cuando sepan...

—¿Cuándo sepan qué? — preguntó Glenn, dando un paso adelante.

Rick se mantuvo un momento en silencio mientras miraba por un pequeño orificio del vagón, y luego dijo:

No me abandones: Los iniciosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora