18 Muertes por doquier

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-¡Carl! ¡Ally! Hora de irnos - gritó Carol y rápidamente me separé de él.

-Vámonos - dijea y los dos salimos de ahí.

Subimos todos al camión y nos pusimos en marcha hacia la iglesia; seguramente Rick y los demás ya estarían por regresar. En el camino me dieron todo lo que habían recolectado, y junto con Carl contamos cuantas provisiones teníamos.

-Bueno, recolectamos treinta latas de comida, quince botellas de agua y doce paquetes de medicinas - dije mirando a Carl algo decepcionada.

-Muy poco, ¿no crees? - Preguntó. Asentí con mi cabeza baja.

En verdad esperaba recolectar mucho más. Éramos muchas personas que alimentar, y con treinta latas de comida no alcanzaría para mucho.

-No te preocupes, ya encontraremos algún lugar donde quedarnos - dije, con un rayo de esperanza.

Él rodeó mi espalda con su brazo, me recosté en su hombro y me quedé dormida.

(...)

-¡Ally! ¡Allyson, despierta! - decía Carl, mientras me ayudaba a levantarme.

Toqué mi frente, donde tenía una enorme herida que sangraba como nunca.

Cuando pude enfocar bien mi vista, logré ver que una horda de caminantes nos seguía. ¿Dónde estaban los demás? No lograba explicar por qué estabamos ahí, con una herida en mi frente corriendo de una horda.

Sube! - me indicó Carl, señalándome​ un árbol.

Subí con rapidez y luego lo ayudé a él.

-¿Qué vamos a hacer? - pregunté con temor.

-Esperaremos a que pasen. No te preocupes, estaremos bi...

No terminó de hablar cuando la rama debajo de él se rompió. Por simple reflejo, estiré mi brazo y tomé de la mano a Carl, apoyándome de otra rama para evitar que ambos cayeramos.

Volteé a abajo, dejándome ver a varios caminantes tratando de tomar a Carl para poder devorarlo.

-¡Carl! Sostente, no te sueltes, por favor - le supliqué, mientras mis dedos se resbalaban de la rama por la cual me apoyaba.

Ambos caeríamos, lo sabía perfectamente. No podríamos librarnos de esa. Hasta ahí habíamos llegado. Cerré mis ojos con fuerza, esperando lo peor en cualquier momento.

-¡Ally!... Suéltame, si no, ambos caeremos - me ordenó Carl. Lo miré indiferente.

-¿Qué? ¡No! No te soltaré - dije esterica -. No voy a hacerlo.

-No, Ally. Ya... Déjame ir.

-¡No! Ni lo pienses, no quiero que te vayas, te quiero aquí conmigo - contesté, a nada de soltar las primeras lágrimas.

No quería que me dejara sola, era lo único que quería en mi vida, que se quedara a mi lado.

-Siempre me tendrás contigo. Te quiero y siempre estaré a tu lado, no lo olvides... Nunca te abandonaré...

Y se soltó, cayendo sobre los caminantes que no tardaron en morderlo sin piedad.

Desperté sobresaltada.

-¿Qué sucede? - preguntó Carl, echando un vistazo a mi rostro.

-Tuve una horrible pesadilla, es todo - respondí. Carl me abrazó con tal de tranquilizarme.

-Tranquila, no dejaré que nada te pase - susurró.

(...)

Llegamos de nuevo a la iglesia y todos bajamos del camión con las provisiones que encontramos. Rick y los demás aún no regresaban, así que nos sentamos a esperarlos. En cuanto ellos llegaran nos iríamos a buscar otro lugar donde quedarnos. La iglesia ya no era muy buena para nosotros.

Me recosté en el pasto, mirando las hermosas y blancas nubes con mi cuchillo en la mano. Cerré mis ojos sientiendo cómo un momento de paz y tranquilidad invadía mi cuerpo, pero no duró mucho.

Rick y los demás llegarón a donde nosotros estabamos y bajaron del auto con una cara no muy agradable.

-¡Regresaron! - gritó Carol, sonriente.

-¿Y Tyresse? - preguntó Sasha, preocupada.

Rick miró a Noah, quien no tardó en bajar la cabeza y se acercó al auto junto a Michonne y Glenn, sacando el cuerpo de Tyresse sin vida.

-No, no.. ¡TYREESE! - gritó Sasha, acercándose a él mientras lágrimas caían de sus ojos.

Miré sorprendida la escena, Tyresse carecía de un brazo, lo que significaba que quizás había sido mordido.

No pudieron salvarlo. Se desangró.

Apreté mis puños y di media vuelta, alejándome de todos ellos.

Estaba cansada de ver a tantas personas caídas. Simplemente no lo merecían. No se lo merecía ni Beth, ni Hershel, ni Bob, ni ninguno de todos los que habíamos perdido a lo largo de esa mierda... Pero... Así era todo ahora, y me aterraba pensar que algún día también me vería como ellos.

Minutos después, despedimos el cuerpo de nuestro querido compañero Tyresse y subimos nuevamente al camión, en busca de algún lugar dónde poder quedarnos.

-¡Ally! - exclamó Carl, tomando asiento a mi lado -Déjame ver tu herida.

Le dí mi mano y revisó la herida que obtuve aquel día en Terminus, y por supuesto unana notoria cicatriz se formó en la palma de mi mano.

-Parece que ya sanó - anunció con su hermosa sonrisa de oreja a oreja.

-Al fin - exclamé un poco seria.

-Oye. Quería contarte algo...

No me abandones: Los iniciosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora