19 Lo que siento

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-¡Se terminó la gasolina! - gritó Rick, interrumpiendo a Carl.

-¡Todos bajen! Tendremos que caminar - comentó Glenn y todos bajamos del camión con nuestras cosas.

Carl

Bajamos del camión y comenzamos a caminar sin algún lugar a dónde poder ir.

Me quedé pensando en lo de hace rato con Ally.

Necesitaba decirle que estaba comenzando a quererla de una forma especial. Talvez no era lo mejor, porque... Y ¿si se lo tomaba a mal?

Talvez no tenía el suficiente valor para decírselo.

Caminé rápidamente hasta alcanzar a Ally. Traía en brazos a Judith y una mochila que cargaba en su mano izquierda.

-Déjame ayudarte - dije y tomé la mochila, aligerando la carga de ella.

-Gracias Carl, era lo que necesitaba - dijo ella y le sonreí -. Tu hermana se parece mucho a ti, es muy hermosa. Tienes suerte de tenerla - comentó, mientras la miraba con una sonrisa.

-Lo sé, pero... también tengo suerte de tenerte a ti conmigo - expresé.


-Caminantes - susurró mi padre señalando a unos cuantos detrás de nosotros.

Ally

Rápidamente, todos miramos detrás de nosotros, viendo a unos doce caminantes siguiéndonos.

Antes de que alguien pudiera hacer algo, Sasha comenzó a dispararles haciendo un gran escándalo.

No hubo nada más que hacer, así que tomaron sus cuchillos y mataron a todos los caminantes mientras yo protegía a Judith.

-¡Estás loca! - gritó Michonne hacia Sasha.

-Seguramente más de alguno escuchó los disparos - habló Rick, y de los arbustos salieron tres perros, los cuales comenzaron a ladrarnos.

Sasha no lo pensó dos veces y les disparó, pero esta vez con el silenciador puesto.

-¡Gracias! - exclamó Daryl y tomó a los perros para poder cocinarlos y tener algo que comer.

-Carl, Ally, vayan por algunas ramas para poder hacer una fogata - nos ordenó Rick y ambos asentimos.

Dejé a Judith al cargo de Michonne. Tomé mi pistola, un cuchillo y Carl y yo entramos al bosque.

Estuvimos recogiendo varias ramas durante cinco minutos. Los cinco minutos más silenciosos de mi vida, hasta que decidí romperlo.

-Oye... Carl, ¿querías decirme algo hace rato en el camión? - pregunté curiosa. Este evitó hacer contacto visual conmigo.

-Yo... En realidad ya no importa - respondió de una manera extraña.

¿Qué le pasaba?

-Bueno, creo que ya recolectamos suficientes ramas, regresemos con el grupo - tomé la mochila donde estaba el montón de ramitas.

Carl, quien iba detrás de mi, me tomó de la muñeca y quedé justo frente a él, de nuevo nuestras miradas hicieron contacto. Carl agachó la cabeza.

-¿Qué pasa?


-Creo que me gustas, Ally - susurró Carl.

-¿Es lo que crees?

-Es lo que siento.

-Regresemos - sugerí, queriendo terminar esa charla, y seguimos caminando.

En realidad, no sabía qué sentía con exactitud con respecto a él.

-¡Ya regresamos! - indiqué, llamando la atención de todos.


-Bueno, saquen las ramas - ordenó Daryl​ y les dí la mochila.

Michonne se encargó de hacer la fogata y Daryl de cocinar a los canes.

Cuando estuvieron listos, Rosita nos dio un gran pedazo a cada uno que devoramos rápidamente, hasta que se terminó la deliciosa comida.

-Tomen sus cosas y sigamos caminando - ordenó Rick y todos asentímos.

Caminamos por un buen rato hasta que decidimos descansar un poco para recuperar fuerzas y seguir mientras Sasha, Daryl y Maggie buscaban un poco de provisiones.

Me senté junto a Carl con Judith en brazos y me recosté en su hombro.

-Te ves muy cansada, déjame ayudarte con Judith - dijo Carl mirándome a los ojos.

-No, no te preocupes, estoy bien. Además, no soy la única cansada. ¿Ya viste tu cara? - respondí, riendo a carcajadas.

-Que graciosa. No te preocupes, en cuanto encuentre un poco de agua me la lavaré - contestó con una sonrisa.

Daryl, Sasha y Maggie salieron desde los arbustos sin nada más que sus mochilas colgando de sus hombros.

-¡Nada! - se apresuró a decir Daryl - Solo esos putrefactos caminantes.

-¿Y ahora? - pregunté. Carl tomó de mis brazos a Judith.

-Pues, a seguir caminando - indicó Rick.

Antes de que pudieramos dar un solo paso, sentí como unas suaves y frías gotas de agua tocaban la piel de mi cuerpo. Todos nos miramos sorprendidos entre si y una fuerte lluvia comenzó a caer, empapandonos por completo.

-Bueno, creo que tu cara de muerto desapareció - dije mirando a Carl, quien me dedicó una sonrisa.

-Te dije que lavaría mi cara pronto - respondió él.

La lluvia comenzó a ser cada vez más fuerte y Carl se quitó el sombrero para tapar a Judith con el.

-Debemos refugiarnos - gritó Rick.

-Encontré un granero cerca de aquí - comentó Daryl como una posible opción.

No me abandones: Los iniciosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora