40 Rumbos distintos

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Llegué hasta mi habitación, y al entrar noté que Carl ya estaba totalmente dormido con las luces apagadas. Me adentré lentamente en la habitación sin hacer ningún ruido. Me puse mi pijama y me acosté a dormir.

Carl

Al despertar me levanté de la cama, me vestí con unos pantalones, una camiseta a cuadros azules y mis queridas botas negras. Me acerqué a la cuna donde se encontraba Judith ya despierta con una hermosa sonrisa, la tomé para llevarla con papá; estaba desayunando en la cocina con Michonne, William y Ally.

-¡Buenos días! - exclamé y todos me dedicaron una bella sonrisa, excepto William y Ally, quienes hablaban alegremente entre si, cosa que me molestó demasiado.

Sin haber desayunado, salí de la casa dando un fuerte portón.

Amber apareció en mi campo de vista.

Ella se volvió mi amiga, no porque estaba loco, si no porque ella había​ cambiado muchísimo, aunque sea imposible de creer; incluso trataba de hacer las pases con Ally.

Ya había hablado con ella acerca de ese tema. Me conmovió el escucharla disculparse conmigo por lo que hizo.

Giré mi vista a un lado mío, donde pudé ver a William y Ally jugando con una pelota y riendo a carcajadas. Creo que ella era feliz con él.

De reojo vi como Michonne se posicionó a mi lado derecho, observando conmigo aquella escena devastadora... Al menos para mí.

-Carl, no me gusta verte sufrir de este modo - dijo sin dejar de mirar mi cara -. Creo que deberías buscar a alguien más, porque al parecer Ally es feliz con William.

-La amo tanto que después de ella sé que no habrá nadie más - respondí lo más sincero que pude ser.

Hace algunos años era una persona totalmente fría e incomprensible, pero ahora, no se que me había​ ocurrido. Dicen que las personas cambian, y a mí me consta después de ver cómo esa personita en todos los millones de este mundo me hizo cambiar sorprendentemente.

-La llevaré a caminar por el bosque - dije decididamente -. Así podremos hablar y arreglarlo todo. A ella le gusta mucho estar afuera de Alexandria.

-Buena idea cerebrito. Es lo más inteligente que te he escuchado decir desde que te conocí - dijo riendo, a lo que yo contesté con una cara de: ¿Disculpa?

-Bueno, mejor voy a decírselo ahora, ya que William se ha ido - comenté despidiéndome.

Rápidamente fuí hacía Ally, quien estaba apunto de salir de Alexandria. ¡Wow! Que ironía.

Ally

Estaba apunto de salir a escondidas cuando escuché a Carl llarmarme.

-¡Diablos! -volteé encontrándome con él y esos hermosos ojos azules.

¿Pero qué acabo de decir?

-Voy contigo - dijo Carl.

-¿En serio? - abrí mis ojos como platos y este asintió alegre -. Bueno, pues vamos.

Ambos salimos sin que nadie nos viera y caminamos un rato por el bosque, mientras platicábamos sobre cómo era nuestra vida y unas que otras risas escapaban de nosotros por cosas estúpidas que Carl comentaba. Hubo momentos en los que nuestras manos chocaban entre si, como si quisieran entrelazarse, pero no lo hacían. En el camino observamos a un caminante cerca de nosotros y Carl me miró con una sonrisa.

-Señorita Ally, me gustaría ver su ágil destreza contra aquel caminante frente a nosotros - dijo con un tono de voz gracioso apuntando al caminante.

-¡Con gusto! - contesté sacando mi cuchillo. Me acerqué al caminante para insertarle en el cráneo mi cuchillo, y así cayó muerto al suelo.

-Impresionante - dijo aplaudiendo lentamente -. Me gusta cuando estoy contigo.

Al oír esto toda la sangre de mi cuerpo se acumuló en mis mejillas... En resumen, me sonrojé y lo peor es que él lo notó.

-Sé que aún me amas Ally, no puedes negarte - se acercó a mí y me tomó de las manos.

-¿Cómo puedo saber lo que siento? Me confundes.

-Suelo causar ese efecto - guiñó el ojo y después de eso un gran silencio invadió todo el ambiente.

Miraba su hermoso ojo que le quedaba y él miraba directamente mis labios. Quería besarlo desesperadamente en ese momento, pero ni él ni yo lo hicimos lamentablemente.

Me solté de su agarre después de un largo tiempo de silencio entre nosotros dos, y corrí hasta un árbol para comenzar a treparlo.

-¿Qué estás haciendo? - rió, y al sentarme en una rama miré hacia abajo donde él estaba.

-Si quieres seguir hablando pues... alcanzame - lo reté

-Te aseguro que lo haré.

Comenzó a trepar a donde yo estaba, tardó unos minutos en llegar, pero logró alcanzarme.

-¿Cansado? - reí al ver a Carl tratando de recuperar el aire.

-No entiendo cómo logras subir estas cosas - respondío con una sonrisa -. Ahora podemos seguir hablando, como tu dijiste.

-Sí... sobre eso. Será mejor que vol...

Antes de poder terminar lo que iba a decir, el crujido de la rama en la que estaba sentada me llamó la atención, y pocos segundos después se rompió, haciéndome caer desde una gran altura.

-Ahhh, ¡mierda! - grité al impactar contra el suelo.

-¿Estás bien? - preguntó, tratando de bajar del árbol lo más rápido que podía.

-Sí, eso creo.

Traté de levantarme, pero al sentir que un enorme dolor recorría mi pie derecho decidí quedarme sentada para evitar algo más grave.

-¡Olvídalo, no estoy bien!

-Ya voy, espérame - dijo para después mirar atentamente que a su lado derecho había una... horda de caminantes

La horda venía directamenta hacia donde yo estaba tirada en el suelo, y cada vez se acercaba más y más a mí.

-¡Carl, ayúdame! - grité desesperada al ver que los caminantes estaban a centímetros de mí.

-Me atoré, mi camisa se atoró en la rama - dijo tratando de safarze, pero no lo lograba.

Decidí hacer un esfuerzo e ingnorando el dolor de mi pie, así logré pararme y comencé a correr lo más que pude hasta que volví a caer. Ya no podía ponerme de pie, y solo esperaba a que un caminante me mordiera y acabara con mi vida. Era mi fin... Así de simple se acabaría todo esto.

Cerré mis ojos fuertemente, y justo antes de que un caminante pudiera morderme, disparos impactaron con los cráneos de varios de ellos. Al abrir mis ojos volteé detrás de mí, donde había personas disparando. Un chico se acercó rápidamente, me cargó y corrió conmigo en sus brazos junto con todos los demás.

-¡Ally! -

Fueron las últimas palabras gritadas por Carl que escuché...


Capitulo dedicado a:
Clautorresmorales

No me abandones: Los iniciosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora