27 Sentirse protegida

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carl

-No seas un idiota y déjala ir - gritó mi padre para después acercarse paso por paso a él.

-Un maldito paso más y muere -colocó una pistola en la cabeza de Ally.

-Carl - exclamó ella con un hilo de voz, mientras la venda que traía en su brazo se llenaba de sangre fresca.

-Tranquila, todo saldrá bien. Vas a estar bien - dije para tratar de calmarla un poco.

-Claro que no chico, vamos. No le mientas. Ambos sabemos que esto terminará muy mal.

-Ya cierra tu maldita boca o... - trató de decir mi padre, pero le interrumpió.

-¿O qué? ¿Me matarás? No creo que sea una gran opción. Mis hombres están afuera y puedo llamarlos ahora mismo - dijo él sin dejar de apuntarla.

Noté como Ally logró safarse de su brazo derecho y tomó un cuchillo que se encontraba a su lado en una pequeña mesita de noche. Sin pensarlo dos veces, lo insertó en el cuello del hombre, haciendo que, por instinto, este disparara hacia el estómago de Ally para después caer muerto. Ella solo cerró sus ojos ante el impacto de la bala.

-¡No! - grité, acercándome a ella con todo ese coraje que sentía.

-Carl, debemos salir de aquí ahora. Seguramente el disparo alertó a los demás. Vamos, yo la cargaré - ordenó mi padre, tomando a Ally cuidadosamente.

Salimos prácticamente corriendo de la habitación.

Varios hombres lograron captar nuestra presencia y comenzarón a seguirnos. Yo solo disparaba detrás de mí con la esperanza de que les dierá, y así fue. Pude apuntar bien y una de mis balas impactó en el cráneo de uno de ellos, dándonos tiempo para salir de aquella fábrica.

Tomé un galón de gasolina que encontré al salir y lo regué al frente de la puerta.

-¡Carl, vamos!

Tiré un encendedor y ocasioné un gran incendio, impidiendo que pudieran salir​. Mi padre me hizo una seña para irnos de regreso a Alexandria antes de que Ally pudiera morir.

-¡Abran las puertas! - gritó papá y nos abrierón para que pudieramos entrar.

-Pero ¿qué sucedió? - preguntó Deanna horrorizada, mientras veía el cuerpo de Ally. Todos los demás del grupo quedarón mirándonos sin palabras.

-No es momento de explicar, necesitamos que la ayuden, recibió un disparo - expliqué sin rodeos.

-Tenemos una doctora. Yo los llevaré, ¡rápido! - Deanna nos indicó con un ademán que la siguieramos.

Ella nos guío hasta una pequeña casa entre todas las que había en la comunidad. Al entrar observamos a una mujer ordenando varios objetos quirúrgicos en una mesa metálica.

-Denisse, necesitamos que nos ayudes con esta chica, ¡pronto! Le dispararón - habló Deanna.

-Claro. Rápido, recuestenla en la camilla y salgan todos.

Mi padre la dejó en la camilla y salió lentamente de la habitación, pero simplemete yo no quería irme. Necesitaba quedarme con ella, saber que en todo momento ella estaría bien.

-¡Carl! Vamos, ella necesita que salgas para poder curarla si no quieres que muera -dijo Deanna y, con lágrimas en mis ojos asentí. La líder del lugar me guió hasta la salida, en donde se encotraban todos los del grupo preocupados, aunque no más que yo. Hasta los huesos me temblaban del miedo, miedo a que ella no sobreviviera.

-¡Hey! ¿Ella estará bien? - preguntó Amber.

-Espero - contesté, bajando mi cabeza -. Todo esto es mi culpa.

-No, no lo es Carl, deja de culpar... - quiso decir, pero la interrumpí.

Estaba preocupado, porque ella me importaba demasiado. Sé que antes la odiaba, pero las cosas cambiaron, no me arrepentía de haberla conocido. Podía que no me perdonara pero, solo quería que despertara.

Amber

Nos encontramos todos fuera de la habitación con cierta preocupación reflejada en sus rostros, excepto yo. En realidad, no me importaba el hecho de que Ally pudiera morir, al contrario.

Podía notar que a Carl le importaba demasiado Ally, y eso solo me molestaba. Lo quería a él para mí sola. Debía hacer algo para que de alguna forma se interesara en mí.

Me gustaba Carl Grimes.

Aunque Denisse ya nos había informado que sobreviviría en serio deseaba que desapareciera de la faz de la tierra de una maldita vez. El rencor que sentía hacia ella por haberme lastimado seguía presente.

Minutos después regresé a casa para pensar un poco las cosas acerca de Carl y Ally. En un momento dado paso por mi mente la idea de matarla, y simplemente mentir sobre su muerte diciendo que se había suicidado o, qué sé yo, algo. Podía hacer eso y nadie sabría que fui yo, así Carl la olvidaría por el resto de su vida, como un papel dañado que se bota a la basura.

Ally

Mis ojos empezaron a abrirse poco a poco, dejándome ver que estaba en una gran habitación rodeada de artículos para hospitales. Estaba recostada y rápidamente me senté. Observé mi brazo derecho con tranquilidad, el cual se encontraba vendado limpiamente. Entonces recordé lo que había pasado.

Traté de pararme, pero fue en vano, ya que caí al suelo por la herida en mi abdomen que dolía horriblemente. No puse fuerza para levantarme, así que me quedé sentada en el suelo recargada en la camilla. Volteé hacia mi mano izquierda y quité la aguja que tenía insertada en mi piel. Al hacerlo sentí cómo un leve mareo inundaba mi cabeza.

Tomé un pequeño bote a un lado de mí y vomité en el para que después el mareo cesara por completo.

- Ally - Carl entró por la puerta y corrió hacia a mí, dándome un fuerte abrazo.

Cuando él estaba conmigo, de alguna manera me sentía protegida.

Capitulo dedicado a
colorida58

No me abandones: Los iniciosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora