38 Salvarlo

3.5K 239 47
                                    


Glenn

Estaba caminando tranquilamente con Enid. La había encontrado vagando sola por el bosque, e íbamos directo a Alexandria. Nicholas venía conmigo pero... murió antes de que me encontrara con la pequeña chica que me acompañaba.

Recuerdo

Al separarnos de Rick y los demás, Nicholas y yo éramos perseguidos por una horda de caminantes, los cuales nos acorralaron contra una cerca y un contenedor de basura. Pudimos brincar la cerca, pero al otro lado también había caminantes, así que no teníamos mas opción que subirnos al contenedor.

Los caminantes nos tomaban de los pies y nosotros dos solo evitabamos que pudieran mordernos. Nicholas parecía estar en shock, solo miraba a todos los caminantes rodeándonos.

—¡Nicholas! — le grité, atrayendo su atención —Mírame, estaremos bien. No te preocupes, saldremos de aquí.

Parecía como si no escuchara nada de lo que estaba diciéndole. En un momento dado volteó su cabeza hacia mí y me miró al borde de las lágrimas.

—Gracias — dijo sacando su arma y, antes de que pudiera hacer algo, se disparó en la cabeza, causando que la sangre me salpicara a un costado de la cara.

Su cuerpo cayó sobre mí y me empujó, haciendo que ambos cayeramos sobre todos los caminantes. Nicholas se encontraba encima mío, y en cuanto caímos al suelo los caminantes comenzaron a devorarse su cuerpo mientras miraba la horrible sangre  inundandome.

Creí no poder salir de esa situación, pero logré arrastrarme debajo del contenedor para esperar que todos los caminantes se fueran, y así salvé mi vida. Tiempo después me encontré a Enid por el camino y los dos nos fuimos juntos. Lo único que quería era que Maggie se encontrara bien al igual que todos los demás.

* fin del recuerdo *

Seguimos caminando hasta que llegamos a Alexandria, donde observamos que una parte del muro estaba totalmente destruida y varios caminantes se encontraban dentro, invadiendo toda nuestra pequeña población.

—Maggie — dije en voz baja —. Tenemos que entrar sin que ningún caminante nos vea.

—Sé por donde podemos entrar sin captar la atención — comentó Enid.

(...)

Pasaron varios minutos y ya nos encontrabamos dentro, corriendo de unos dos o tres caminantes que venían hacia nosotros. A lo lejos miramos la pequeña iglesia que estaba dentro de Alexandria y corrimos hasta esta. Cerramos con seguro la puerta para tomar algunas cosas que pudieran servirnos como armas antes de seguir adelante.

—Enid, ayúdame a buscar — le ordené mientras ella miraba directamente a la puerta.

Por más que gritara su nombre infinidad de veces no lograba hacer que se moviera ni desviara la vista a otro lado. Estaba perdida en sus pensamientos.

—Cuando quise huir de ti... me dijiste: así pierdes a las personas, incluso después de que mueren. — habló ella sin mirarme. Sacudió la cabeza y prosiguió —... ¿Qué demonios significa eso?

Guardé silencio unos segundos. Ella se volteó para mirarme al notar mi inactividad.

—Las personas que amas te convirtieron en quién eres — comencé a explicar —. Siguen siendo parte de ti. Si dejas de ser​ tú, lo último que quede de ellos dentro de ti... se habrá ido.

—¿Quiénes son esas personas para ti? — me preguntó nuevamente.

Di un paso al frente.

—Un hombre llamado Dale. El padre de Maggie, Hershel. Una mujer llamada Andrea. Un hombre llamado Tyresse... — respondí con calma — ¿Quiénes son para ti?

No me abandones: Los iniciosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora