16 El intercambio

4.8K 368 70
                                    

De los arbustos se asomó un chico de tez morena.

Pero ¿quién era ese? ¿Dónde estaba Carol? ¿Por qué traía Daryl a este chico? Tantas preguntas inundaban mi cabeza, hasta que decidí hablar.

—¿Quién ... — intenté preguntar, pero Rick me interrumpió.

—¿Quién es él?

—Me llamo Noah... Sé que no me conocen, pero puedo ayudarlos a recuperar a Beth... Sé dónde está — contestó aquel chico.

Mi corazón se detuvo por un momento. Creí que la habíamos perdido, creí que Beth había muerto... Ella estaba viva.

—Beth... ¿Está viva? — pregunté mientras mis manos temblaban.

—Sí, debemos ir por ella. También tienen a Carol — habló Daryl, bajando su cabeza.

—Muy bien, idearemos un plan en la mañana e iremos por ellas. Por ahora descansemos — dijo Rick y apuntó a Noah —. Y si tu intentas algo... te mataré, ¿de acuerdo?

Él asintió. Los cuatro entramos a la iglesia y cada quien se fue por su rumbo a dormir. Me acerqué a Carl, estaba dormido en uno de los asientos de la iglesia y me senté a su lado, acariciando su cabello castaño.

—Tengo suerte de tenerte — susurré y me fui a dormir.

(...)

Desperté con un dolor de cabeza inexplicable. Froté mis ojos y miré alrededor, donde pude ver a Carl sentado en una esquina. Me acerqué a él, y en cuanto me vió se levantó, dedicándome una sonrisa.

—¿Dónde están todos? ¿Me perdí de algo? — pregunté.

Carl fue a tomar algunas armas, dándome una pistola y algunos cartuchos de balas.

—Irás con los demás por Carol y Beth — me respondió.

—¿Y tú? ¿No vendrás?

Obviamente quería que Carl fuera con nosotros, pero creo que sabía por qué razón se quedaría en la iglesia.

—No, lo lamento. Tengo que quedarme aquí con Michonne y Gabriel a cuidar de Judith. Bueno... Abraham, Eugene, Maggie, Glenn, Rosita y Tara partieron hace cuatro horas a Washington.

Bajé mi cabeza y salí de la iglesia sin pronunciar ni una sola palabra más.

Me encontré con Sasha, Daryl, Tyresse, Noah y obviamente Rick preparándose para salir.

—Que bueno que despertaste — me dijo, entregándome mi cuchillo que rápidamente tomé. Lo guarde en su funda.

—Listo, vámonos.

Todos subimos al auto que Daryl había tomado para ir a buscar gasolina con Carol y nos marchamos. Yo iba en los asientos de atrás junto con Noah a mi lado derecho, Tyresse a mi lado izquierdo y Sasha venía a un lado de este. Rick manejaba y Daryl​ iba como copiloto.

En el transcurso del viaje Noah me explicó como sería el plan para poder rescatarlas. Haríamos un intercambio: dos de los suyos por dos de los nuestros. Estaba segura de que el plan funcionaría a la perfección, ya que no tendríamos que recurrir a que alguien terminara muerto, un simple intercambio... y listo.

Llegamos al hospital de Atlanta y todos bajamos del auto.

—Muy bien Noah, ya sabes lo que tienes que hacer — le dijo Rick. Él asintió.





En menos de diez minutos, Noah ya era perseguido por dos de los policías que se refugiaban en aquel hospital, hasta que lograron acorralarlo.

Justo como en el plan.

Rápidamente nos acercamos a ellos y los apuntamos con nuestras armas por detrás, haciendo que estos soltaran las suyas y levantaran sus manos.

Pasé las manos de cada uno por su espalda y los amarré para evitar que hicieran algo estúpido que arruinara todo. Los llevamos con nosotros para hacer el intercambio.

Pasó un buen rato, hasta que por fin nos dejarón acceder al hospital sin tener que entrar de sorpresa, ocacionando quizás una guerra entre balas.

Nos encontrabamos frente a frente, observando a Beth con heridas en su rostro y Carol en una silla de ruedas.

—Ya saben como es esto, dos de los míos por dos de los suyos — dijo la oficial Dawn.

Según Noah, nos explicó que ella era la encargada de dirigir al grupo.

Rick acercó a uno de los policías que tomamos como reenes y Dawn se acercó haciendo el primer intercambio.
Sin más rodeos hicimos el segundo intercambio, cambiamos al segundo policía por Beth.

—Que bueno que pudimos resolver esto de una manera razonable — comentó Dawn.

Rick asintió mientras nos dirigíamos hacia la salida.

—Ahora solo necesito a Noah — agregó.

Nos volteamos. La miré amenazante y saqué mi pistola por si es que se le ocurría hacer algo. No conocía a Noah a la perfección, pero no podía quedarse ahí, el solo quería volver a casa.

—Eso no era parte del trato — se apresuró a decir Rick.

—No. Está bien... Iré — dijo Noah y se acercó a Dawn.

—¡Espera!

Beth corrió hacia él y se despidierón con un tierno abrazo. Dawn susurró algo que no alcancé​ a escuchar, haciendo que se separaran de aquel gesto amistoso. Entonces, Beth sacó unas tijeras de repente y las insertó en el hombro de Dawn, a lo que ella respondió con un disparo en la cabeza de Beth.

El cuerpo cayó al suelo, y todos quedamos totalmente impresionados por aquella escena que acabó con su vida.

No me abandones: Los iniciosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora