29 Horda que mata

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Ya había pasado una semana desde que llegamos a Alexandria. Todos estábamos bien. Éramos felices en aquel lugar.

El cumpleaños de Carl lo celebramos en grupo. Había sido dos días antes, y le regalé una hermosa camiseta y un arma que en verdad le encantó. Fue algo bueno para mí, pues me partí el alma tratando de buscar algún objeto que le agradara y, aunque la pistola estaba un poco estropeada, sin duda le agradó mi obsequio.

Rick había estado charlando mucho con una de las habitantes de Alexandria, Jessie; supongo que le atraía un poco. Lástima que ella tenía esposo, aunque todos estabamos seguros de que no era tratada como se merecía, y para ser sincera me gustaba la idea de que Rick tuviera una pareja. Seguir avanzando en la vida es algo bueno.

Luego de muchos intentos Enid se volvió más cercana a mí, y si era una gran amiga con la que siempre podía confiar, hasta aveces salíamos a escondidas a matar algunos caminantes cuando estábamos aburridas. Menos mal que​ no lo sabía Carl. No me gustaba ocultarle nada, pero eso era solo entre amigas.

Comencé a considerar a Noah como un mejor amigo que solamente un conocido, y la verdad es que lo quería muchísimo. Hablando sobre este chico, ese día saldríamos a buscar algunas provisiones junto con Glenn, Abraham, Tara, Rick y Nicholas, que por cierto no me agradaba para nada. Era por eso es que me encontraba ahora mismo preparándome para ir con ellos.

-En serio, ¿no quieres que los acompañe? - preguntó Carl, mirándome directamente a los ojos.

-Carl, no te preocupes, estaré bien. Tú quédate tranquilo, ya me siento mucho mejor - contesté, tomándolo por los hombros.

-Está bien, pero cuídate - se despidió y salí de la casa apresurada.

Me encontré con los chicos y Tara preparados para poder irnos.

-¡Oye! ¿Lista para irnos? - me preguntó Rick y asentí con una gran sonrisa.

Hace mucho que ya no salía por provisiones para sentir toda la adrenalina recorrer mi cuerpo, era por eso que estaba tan emocionada.

-Bueno, Abraham conducirá, Tara irá de copiloto y los demás iremos en la parte de atrás, ¿entendido?

Todos asentimos y subimos al auto para encaminarnos a un pequeño centro comercial hecho... literalmente mierda. Aún así decidimos entrar para ver si encontrabamos algo. Siempre puede haber algo bueno por más perdida que se vea la situación.

Nos mantuvimos juntos mientras que cada cosa que encontrabamos lo guardabamos en nuestras mochilas.

Miraba a Nicholas, quién tomaba varias botellas de licor, llenando así de éstas su bolso.

-¡Oye! Creo que sería mucho mejor que llenaras esa mochila de algo más útil que solo cosas para terminar totalmente borracho. Mejor toma algunas medicinas o latas de comida y guárdalas - le sugerí cruzada de brazos.

Me miró unos instantes y luego me señaló con su dedo índice.

-Escucha pequeña, ¿por qué no solo me dejas en paz? Anda, ve a buscar peluches y llévatelos. Talvez así puedas dormir bien - contestó rodeando sus ojos y yo solo me alejé de él.

-Idiota​.

-¡Oigan, una horda! Derrivaron la puerta principal y vienen hacia nosotros - irrumpió Glenn.

-¿Cuántos? - pregunté.

-Cientos, o talvez más - contestó Noah, y en eso todos los caminantes aparecieron y comenzarón a seguirnos.

-Debemos irnos, ¡ahora! - ordenó Rick y todos corrimos hasta llegar a unas puertas giratorias por donde pasaron él, Abraham y Tara.

Glenn, Nicholas, Noah y yo nos quedamos atascados dentro de las puertas, si alguno se movía sería nuestro fin, ya que seríamos devorados por aquellos caminantes que nos bloqueaban la salida.

-¡Nicholas! No te muevas, no intentes salir, solo harás que algo malo pase - gritó Glenn observándolo. Él se encontraba del otro lado solo.

-¿Qué vamos a hacer? - pregunté - Si nos movemos la puerta girará y se comerán a Nicholas, y si el intentaba salir alguno de nosotros o todos moririamos.

-Pensaremos en algo - contestó Noah.

Giré mi vista hacia mi derecha, dejándome ver a... Nicholas intentando escapar mientras las puertas giraban y cada vez nos dejaba más a la vista de los caminantes para comernos vivos.

-¡Nicholas, no, detente! - gritabamos aterrados, pero no se molestó en escucharnos.

Logró así salir y uno de los caminantes tomó a Noah por el pie, arrastrandoló hacia ellos. Sin pensarlo dos veces lo tomé por las manos al igual que Glenn para evitar que se lo llevaran.

-¡Noah, aguanta! - decía mientras Glenn lo jalaba hacia nosotros

-No me suelten - dijo él con un tono de voz tembloroso.

-No es mi intención hacerlo - contesté.

Comenzó a resbalarse de nuestras manos, y en un abrir y cerrar de ojos los caminantes lograron llevárselo y lo acorralaron contra en vidrio de la puerta, así lo devoraron sin piedad alguna frente a nosotros.

-¡No, Noah! - grité mientras lloraba al igual que Glenn.

Ahora se había ido, gracias a el idiota de Nicholas. Estaba furiosa.

-Vengan. Vamos, salgan - nos indicó Abraham, haciéndonos espacio por la puerta para salir mientras disparaba a cualquier caminante que se acercara a nosotros, y así corrimos hasta el automóvil.

Antes de subir me acerqué rápidamente a Nicholas, el cual se encontraba tranquilamente sentado en una roca, tratando de recuperar el aliento. Saqué mi pistola y le apunté a Nicholas.

-¡Eres un grandísimo idiota! - grité, llamando la atención de todos.

Se acaercaron a mí, tratando de detenernos a ambos antes de que algo malo sucediera.

-¿Qué es lo que te pasa, pequeña estúpida? - dijo molesto.

-Por tu maldita culpa Noah ha muerto. ¡Lo mataste! Eres un hijo de... -quise decir, pero Rick interrumpió.

-¡Vámonos! Ya tendremos tiempo para hablar de esto - dijo, fulminándolo con la mirada y todos entramos en el auto para regresar a Alexandria con un integrante menos en nuestro grupo... Noah.

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No me abandones: Los iniciosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora