28 Personas agradables

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Carl

-Denisse, ¿ella estará bien? - pregunté, extremadamente preocupado.

-Sí, relájate. Solo tenemos que esperar a que despierte - respondió ella, tratando de que me tranquilizara.

-¿Desde cuándo te preocupa tanto Ally? - preguntó mi padre al ver mis expresiones.

- ...

- ¡Carl!

-No quiero que nada le ocurra, ¿de acuerdo? Le tengo un gran afecto - dije, bajando mi cabeza.

-¿Cómo es que ahora te agrada tanto? - cuestionó, curioso.

-Las cosas pueden cambiar. Ella me ha ayudado a olvidar lo que ocurrió con mi madre - dije y me levanté de mi asiento en dirección a la habitación donde se encontraba ella. Seguramente seguía dormida.

Entré al cuarto, notando que Ally no estaba en la camilla, si no que estaba sentada en el suelo despierta. Suspiré.

Ally

-Jamás debí haberme ido - dije, hundida en el pecho de Carl.

Ambos nos separamos

-Solo quiero que sepas que te quiero y que no te dejaré sola... - contestó él -. ¿Por qué cerraste la puerta de esa forma?

-Ni siquiera lo sé.

Me ayudó a levantarme y me recosté en la camilla a descansar un poco.

-Genial, ya estás bien - dijo Maggie entrando por la puerta, acompañada por todo el grupo.

-¿Cómo te sientes ? - preguntó Noah.

-Pues... Cansada, con sueño. En resumen, esto apesta - respondí y todos rieron.

-Pero... ¿Cómo obtuviste la herida de tu brazo? ¿También fueron ellos? - preguntó Glenn, haciendo que mi sonrisa se borrara.

-No, eso me lo hice yo accidentalmente. Estaba molesta y, comencé a apuñalar el tronco de un árbol con mi cuchillo. Supongo que se me pasó un poco la mano.

-Por favor, no vuelvas a salir. No quiero que te hagan daño de nuevo, Ally - habló Carl en forma de suplica.

Todos salimos de la habitación, cada quien a sus deberes. Carl me llevó a casa donde se encontraba Amber dando vueltas por toda el lugar.

-¿Qué haces? - pregunté en tono serio.

-¿Qué?... Nada. Veo que ya estás mejor - comentó ella fríamente.

-Sí, gracias por tu interés - le respondí con una rodeada de ojos y subí con la ayuda de Carl a la habitación donde dormíamos los dos.

Glenn llegó y Carl bajó al primer piso.

-Déjame ver tu herida - dijo el coreano, quitándome la venda del brazo cuidadosamente. Dejó ver la cicatriz formada.

-Creo que fue algo profunda - comenté cabizbaja.

-Tranquila, ya sanará. Ahora preocupemonos por el disparo que recibiste. ¿Puedes moverte? - preguntó Glenn, señalando mi abdomen.

-No muy bien, aún duele demasiado.

-No podrás hacer muchas cosas por ahora. Pero si te sientes aburrida, solo dímelo y podremos hacer algo.

Sonreí.

-Me gusta la idea, Glenn. Gracias.

Rick llegó de repente.

-Aquí estás Glenn. Quiero hablar de algo contigo - anunció.

-Voy en seguida.

Sacudió mi cabello con su mano derecha a modo de despedida y salió.

Entonces Carl estuvo de regreso.

-Glenn es agradable, ¿no crees? - preguntó, entrando al cuarto.

-Bastante - respondí alegre.

Se sentó a mi lado.

Su cumpleaños sería en pocos días, lo sabía porque Rick me lo había dicho para pedirme que lo ayudara a planear algo para día de su cumpleaños, y ya tenía pensado algunas cosas.

-Oye. ¿Aún sigues aquí?

Carl pasó sus manos frente a mis ojos y rápidamente salí de mis pensamientos hacia el mundo real. Lástima que el mundo ya no era el de hace algunos años.

-Lo siento, estaba pensando - contesté.

-¿En qué pensabas ? - preguntó curioso.

Obviamente no le diría sobre su cumpleaños numero quince. (Sus 15 primaveras :v)

-En nada - dije sin mirarlo.

-Eres una mentirosa - me dijo Carl, bromeando.

Comencé a sentir un horrible ardor que provenía de mi herida por aquel disparo en mi abdomen e inmediatamente me quejé.

-¡Agh! - exclamé, haciendo que Carl me mirara con preocupación.

-¿Estás bien? - me preguntó.

-Sí, no te preocupes, es solo que me comenzó a doler un poco. Denisse dijo que no debía estirarme mucho, para evitar que la herida se abra.

Puse una mano sobre mi abdomen, haciendo un poco de presión.

-Está bien, te traeré un poco de agua - dijo y salió de la habitación.

En cuanto se fue escuché unos pasos que se acercaban a la habitación.

-¿Cómoda? - preguntó alguien que no reconocí.

Miré al frente, donde se encontraba Amber recargada en el marco de la puerta.

-¿Necesitas algo? - dije evadiendo su anterior pregunta.

-¿Te gusta Carl? - dijo.

-¿Por qué te interesa? Si me gusta o no, no es tu problema - contesté y ella se acercó furiosa a mí.

-De acuerdo - dijo y se fue de la habitación sin nada más que decir.

No me abandones: Los iniciosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora