24 Solo amigos

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-¡Oigan! ¿Ya nos vamos? - preguntó Amber entrando a la habitación

-¡Claro! Vamos Amber, yo te ayudo con tu pierna - respondí amablemente y salimos en dirección a la casa de Deanna, donde sería la fiesta de bienvenida para nuestro grupo.

-Oye, Ally, entonces ¿Carl es tu novio? - preguntó Amber con una pequeña sonrisa.

Me reí

-No, somos amigos.

-Es una pena.

-¿Por qué lo dices? - pregunté.

-Por nada, en realidad.

Llegamos a casa de Deanna, donde al parecer la fiesta ya había entrado en ambiente. Entramos y todos nos recibieron amablemente, nos ofrecieron algo de tomar. Amber hablaba con Rosita, Carl se encontraba charlando alegremente con Ron y otros chicos de su edad. Sinceramente me dio felicidad verlo sonreír ante ellos y saber que esa sonrisa a mi me hacía feliz.

Caminé hacia la cocina para tomar un poco más de ponche, cuando me encuentre con Enid.

-Enid, ¿qué haces aquí? ¿Por qué no estás con los demás? - pregunté, pero ni siquiera me miró, solo se concentró en ver hacia la nada -No te conozco muy bien, pero no me queda claro por qué eres así con nosotros. No te caemos bien, o ¿qué? O talvez así seas con todos... Ya me voy, si necesitas una amiga aquí estoy - dije y salí de ahí, notando que Amber se dirigía a mí.

-Ally, ¿quieres venir a cenar? - preguntó.

-¡Claro! Me muero de hambre - contesté y ambas corrimos hasta la cocina.

Ahí se encontraban Daryl, Rick, Maggie, Glenn y Carl comiendo un delicioso plato de spaguetti.
Amber y yo nos sentamos con ellos, yo junto a Carl y ella junto a Rick, y comimos hasta más no poder.

-Bueno, me iré a dormir, estoy muy cansada - comenté frotando mis ojos.

Me despedí de todos y salí de casa de Deanna para dirigirme a la mía y poder descansar tranquilamente.

-¡Ally! - gritó Carl desde lejos y se aproximó a mí - Yo también necesito descansar.

Ambos entramos a nuestra casa y subimos las escaleras hacia nuestra habitación. Sinceramente ya no aguantaba los tacones, solo esperaba poder quitármelos al igual que el vestido para poder sentirme más cómoda.

-¡Por fin! -exclamé quitándome los tacones y corrí hasta el baño, donde me quité el incómodo vestido y me puse un short negro y una blusa de tirantes color coral.

Digamos que eso yo lo tomaba como mi pijama. Salí dejándome ver a Carl quitandose la camiseta y se recostó en su cama muy cansado.

-Te quiero, Ally, espero que descanses bien - dijo Carl, mirándome a los ojos.

-Igualmente, Carl.

No me abandones: Los iniciosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora