-Matt-

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Narrador Omni...Cómo se diga :P

Matt se encontraba en su habitación, tirado en la cama.

Miraba al techo, pensando...Si, Matt puede pensar. No se asombren tanto.

Volviendo a lo anterior,  se encontraba pensando en muchas cosas. Pero, especialmente, en Lea.

Con sólo recordar el beso, lograba ponerse rojo.

Él sabe que ella seguramente lo odia. Y el no soportaba eso.

Desde pequeño, ella (Además de Mel) era la única chica que soportaba. Por alguna extraña razón, todas le parecían molestas, cómo una mosca.

Obviamente, cambió de parecer. Y, en parte, eso fue gracias a Lea.

Si tan sólo ella le abriera su corazón...

-¡Matt! ¿Querés galletas? ¡La tía, Mely y la abuela vinieron!

 El grito de su madre interrumpieron los pensamientos del chico.

-¡Ahora bajo!

Matt se levantó y se paró frente al espejo, arreglando rápidamente su pelo. La abuela vivía lejos, así que más vale no darle una mala impresión.

-¡NO TENEMOS TODO EL DÍA!.-Otra vez, el grito de su madre lo desconcentro. 

Matt bufó y bajó.

Su padre, al parecer, se había escapado. La abuela por lo general lo molestaba y se burlaba mucho de él.

Sentadas en la mesa de la cocina, se encontraban su madre, la madre de Mel (Osea, su tía) Y su abuela materna. Ella, al verlo, pegó un grito.

-¡HOOLA MATY!.-Ella se levantó y fue a abrazar a Matt.

-Hola, abuela...

Matt odiaba ese apodo. <Maty>

Por supuesto, la abuela lo sabía, pero no le importaba.

-Hola, Matt.-Lo saluda su tía con una sonrisa.-Hace bastante que no venimos.

-Si, hola Tía.-Matt la saludaba mientras se sentaba al lado de Mel.

-¿Estas bien?.-Le dijo ella en un tono de voz bajo.

Matt asiente.-Si, si.

Mel rueda los ojos.

-Lo digo enserio, tenés cara de mono desorientado.

Matt se hizo el ofendido.-Mientes. Soy hermoso.

-Si, si. Cómo digas, "Maty".-Le dijo ella en tono burlón.

-Callate, pelirosa.

-Maty, ¿Querés galletas?.-Le ofrece su madre mientras señala al plato lleno de galletas en el medio de la mesa.

-¡Oh, si! ¡Las hice yo!.-Exclama su abuela.

Matt tragó saliva. Su abuela no era especialmente...buena cocinando. Su abuelo era el que cocinaba rico.

Las galletas se veían todas negras...negras de quemadas. A Matt no le costó adivinar su sabor.

Volvió a alzar la mirada, dispuesto a decir "No, gracias". Pero se encontró a su madre mirándolo en plan <Si no comés esas galletas, te voy a asesinar, pendejo>.

Matt sabía que le convenía comerlas.

-Ehhh, bueno. G-Gracias...-Dice este, agarrando una galleta.

<Tengo que ganar tiempo...>

-¿Y el abuelo?.-Le pregunta a su abuela.

-Se quedó dormido, el viaje lo cansó mucho...¡Y no saben! ¡Comió mucho más de la cuenta! Cuándo se despierte va a ver....¡El sabe que no tiene que comer tanto en los vuelos!.-Matt no pudo evitar sonreír. Una vez que su abuela empieza con un tema, es imparable.

Déjame vivir! #YTWDonde viven las historias. Descúbrelo ahora