Cap XXVIII

543 40 10
                                    

(Central del CLS - 8:37 AM)

POV NICK

Y pensar que sólo han pasado nueve días desde que la crisis de Zootopia inició, pareciera que hubieran transcurrido meses con todo lo que ha sucedido. Y ahora estamos: Una cebra cuyo amigo de la infancia es un psicópata, una coneja imperactiva y con sed de justicia, un búfalo gruñón pero herido, y un atractivo y astuto zorro temporalmente tuerto.
Todos en contra de un enorme y peligroso ejército que busca retroceder la evolución de cientos de animales a su estado primitivo y salvaje (a Darwin no le gustaría esto).

Conociendo como es la vida de impredecible, puede que todo salga bien.

—Bien, es seguro pasar —dice Bogo bloqueando mis pensamientos.

Estamos ocultos tras una densa vegetación húmeda que rodea una gran edificación de puro concreto gris, sin siquiera una ventana, sólo un par de grandes puertas y varias rejillas de ventilación.
Hallar este lugar fue lo más difícil, ya que tuvimos que ver varias cascadas grandes en el sector basados en los testimonios obtenidos.

Fue hasta la quinta que visitamos que conseguimos hallar algo. Es la caída de agua más grande de todas y a la que la mayoría de testimonios apuntaban (aún así, había que verificar las anteriores). Pasar fue casi una pesadilla con toda el agua que nos caía encima, tras eso, era una caminata sobre un suelo húmedo y resbaloso de unos diez minutos más o menos. Tal vez nos hubiéramos ahorrado más tiempo de no ser por el evitar constantemente todas las cámaras que nos rodeaban.

Finalmente terminamos en una especie de montaña hueca llena de mucha vegetación exótica, la luz del sol entrando por una gran abertura que calculo está a unos cien o doscientos metros del suelo, y frío, mucho frío.

—Perfecto, ahora hay que alcanzar esa ventila —dice Judy señalando una rejilla a cuatro metros en la pared —. Es la más amplia y cabemos todos, pero rápido, ayúdenme a subir primero...

(8:42 AM)
POV JUDY

Llevamos como tres minutos recorriendo estos túneles metálicos y la verdad, no tengo ni idea a dónde tenemos que llegar, y no creo que sea la única (Ay, ya me duelen los codos de arrastrarse tanto).

—¿Alguna idea de donde detenernos? —Volteo a ver a mis compañeros.

—Tu dinos, tu vas de primeras —responde Nick.

—Gracias por tu ayuda, zorro.

De repente la poca luz con la que contábamos se corta, intentamos no hacer tanto ruido, pero si antes no sabíamos que hacer, ahora si que menos.

—Lo que nos faltaba, ahora no veo ni siquiera a dónde hay que girar —Susurro.

Por suerte, por fin logro escuchar algunas conversaciones, pero aunque podría saber dónde estarían, me bloquea un intenso camino de oscuridad, irreconocible.

—Oigo algo, pero no sabría ubicarme por el sonido.

—Tengo una idea, déjame pasar al frente —dice Nick. —puedo ver los ductos aún.

Cómo no se me ocurrió antes, los zorros tienen excelente visión nocturna, puedo decirle por donde girar y nos guía a los tres sin ningún problema.
Tras girar varias veces en este gran sistema de aire, al fin notamos nuestro posible punto de llegada. Desde abajo, por una de las rejas, emanaba una luz púrpura, más bien ultravioleta.

—Aulladores, claro.

Abrimos y descendemos con cuidado, no es mucha altura. Bogo y Brisk apenas caben por los túneles, pero no por esta.

Zootopia: Legado SalvajeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora