Pillow talk | Zayn
[Advertencia Lemmon]
Sus dedos se escurrían entre oscuros mechones de cabello. Se aferraba a ello, mientras le besaba. Sus labios chocaban. Al punto de comerse la boca. Gemidos indecentes ardían reprimidos en vano. Samuel provocaba que sus entrepiernas entraran en fricción. Al estar sobre su regazo. Moviéndose sugestivamente de forma atrevida. Desquiciando y maldiciendo a Guillermo.
Se iban despojando de las primeras prendas de ropa. Desnudando sus pieles. Despertando el calor por sus cuerpos, y dejando a disposición sus intenciones al otro.
Densos jadeos eran liberados al espeso aire. Guillermo era recorrido por Samuel. Sus labios avanzaban succionando su cuello, a su completa voluntad. Mientras iba dejando una clara evidencia a su paso hacia la clavícula y parte del torso al descubierto.
-No.- Un leve aullido, lo hizo crispar desde la profundidad de su espina dorsal. Llevando vibrantes toques a la punta de su pene que permanecía confinado dentro de sus pantalones.
Dejo a la vista la confusión evidenciada de su mirada. Qué no duro por mucho. En un rápido movimiento Guillermo giro sus cuerpos. Acorralando el sumiso cuerpo del moreno contra la cama.
-Dime... ¿que quieres?- tentó lento, en el oído del mayor. Depositando besos quisquillosos en ese sensible y provocador punto. Mordisqueo de a poco su mandíbula, y picoteando sus labios.
-Sólo...- soltó en alto el aire atrapado. Suspiros se mecían, al igual que sus miembros endurecidos bajo la escasa ropa que les sobraba.
-Follame...Willy, ahora...- suplico, dejándole en claro la leve desesperación en su tono de voz. Guillermo lo tomo. E hizo caso de sus palabras. Los roles se invertían. Sin pudor que los opacara. Se despojo de lo que les estorbaba. El menor sin impedimento al acto, ni contratiempos al placer. Libero su hombría, y la recorrió con su boca al degustarla. Lento lo devoro. Endureciéndolo por el camino.
Succionaba y mordisqueaba la punta enrojecida. Lamiendo las gotas que se vertía lubricando a lo largo del mismo. Samuel imploraba, y se retorcía. Dejándose llevar por la boca experimentada, que lo enloquecía. Queriendo entre gemidos un poco más.
Cuando de imprevisto el pelinegro se detuvo. No falto la quejica inconforme del castaño deseoso, por los toques placenteros a que era sometido. Pero éste le mostró esa sonrisa suya de mirada oscurecida. Besándole el morro. Exclamo como orden:
-Aún no...- danzo cerca de sus bocas, intuyendo las ganas que le exigía contener -Quiero que te corras, mientras te follo. ¿Entendido?- volvió a besar a un delirante Samuel. Que únicamente asentía. Aceptando, y acatando sin ser capaz de formular frases coherentes, que conectara su garganta a su cerebro. Solo pedía ser tocado, ahí donde su pene permanecía hinchado.
Deshaciendo sin importar el lugar, lo que faltaba para la total desnudes. Envolviendo sus cuerpos bajo el cielo nocturno en pizcas de rayos de luna atravesando el ventanal. El escozor deliberado salpicando su vientre bajo. Pronto lo hizo reaccionar de la profunda intromisión, en la que Guillermo le sometió. Miraba su dolor, desde el otro lado de la cama. Complacido introdujo un dedo más en el estrecho interior del mayor.
Lo estaba abriendo, jactándose de la mueca que se convertía en gusto, al poco tiempo. Guillermo lo probaba al en salivar sus propios dedos. Tan pronto como comenzó; Samuel percibió el vacío de las arcadas en su ser. Nuevamente era abandonado, limitado a la voluntad ajena. Descaradamente se mofó, deslizándose arrebatando su boca en una guerra de quien tenia el mando. Empujo su lengua dentro, dando espacio entre la cavidad ansiosa. Provocando que el ambiente se calentara a un más, sí es que era posible.
El pelinegro sin separar el beso desenvolviéndose en sus bocas. Deslizo su mano entre sus cuerpos. Manoseando de arriba a abajo hasta llegar a sus miembros, de los que se hizo cargo de estimular. Masturbando en movimientos apresurados ambos a la vez. Mientras se apoyaba contra el cuerpo revoltoso que se retorcía a sus pies.
Cuando quedo satisfecho, el mismo castaño le dio la espalda al pelinegro, ofreciéndose en cuatro. Listo para ser penetrado. Guillermo extasiado por la vista, cacheteó una de sus nalgas de manera sonora, lo que les saco unos cuantos y esplendorosos gemidos. Sin mas dilación presionó su erecto pene contra la lubricada y rojiza entrada en una sola, y acertada penetración.
Los movimientos eran fuertes y salvajes. El choque de pieles envolvía todo. Jadeos y fluidos contribuyeron en armonía liberando hasta el más confinado estímulo. Cada estocada rompía su interior. Y era elevado hasta tocar el mas ligero destello en aquella nube de deseo.
Beso, y raspó su espalda. Guillermo, lo acariciaba y masturbaba. Hasta que su visión se nublo en una ligera capa de satisfacción cuando se corrió, inundando con su semen el apretado interior de Samuel. Mientras que éste no tardo mas que el menor, cuando se enterró hasta tocar su próstata. En ese momento dejo fluir su propio y espeso semen escurriendo en la mano que lo masajeaba.
-...Te Amo.- grito a lo último, soltando una bocanada de aire. Se reincorporo exhausto. Guillermo no lo miro. Samuel echo las sabanas cubriendo su desnudes. Esperando por su compañero. Pero éste nunca acudió. Ya se había marchado. Abandonando su habitación. Reprimiendo las palabras que en sus labios jamás se posarían.
Esperó que lo hayan disfrutado, les aseguró que esto no se volverá a repetir, a menos que... ♥
~Anne.
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