All of the stars-Ed Sheeran.
Caminaban uno al lado del otro. En el silencio de la noche, sus manos estaban sujetas a sus corazones. Igual que la luna a las estrellas. Inseparables.
Se escucho el suave palpitar de un corazón. Que podría ser oído, si prestamos atención. Igual que el sonar de la distancia que los fragmentaba. Pero con un ímpetu de valentía que lo aceleraba.
-Ahí.- Susurro, mirando un rostro de ojos brillantes de resplandor artificial, en conjunto de una sonrisa de clara dentadura.
No muy lejos de donde se encontraban había un parque encendido en farolas, que le dan la bienvenida en esta noche primaveral.
La temperatura se mantenía fresca. El viento soplaba con calidez. El brillo de las farolas es tenue. Lo que da paso a una oscuridad perpetua, a excepción de la luz blanca de luna que guía sus pasos.
-Esto es hermoso.- le respondió y su rostro se amplío en otra sonrisa. Mientras su cuerpo se inclinaba hasta apoyarse en el asiento del juego infantil.
La oscilación de su cuerpo lo hipnotiza. Hasta que su propio cuerpo dejo caer a su lado, para balancearse de manera lenta de adelante para atrás, y al final agarrar impulso suficiente para dejarse llevar.
Lo hacía sentir libre, como si todo marchase bien.
Cuando su risa fue lo último que se dejo de escuchar, después de la agitación. Su vista se elevo al cielo, dejando un halo de suspiro al aire.
Contemplo los destellos en un mar infinito de profunda oscuridad. La calma lo engullía. Mientras que su cabeza se desenvolvía en juegos artificiales. Las sensaciones van disminuyendo y se vuelven ligeras, frente a la densa inmensidad que constituye su mundo.
Al estar a su lado, su mirada se reincorpora para admirar al mundo frente a sus ojos. Y eso es todo lo que significa él. Su mundo.
Donde ve reflejado la noche, las estrellas, y la luna, igual que su amor. En sus ojos logra ver su amor. Infinito entre las estrellas.
-Quisiera que estuvieras aquí.- dice tan suave y bajo, que cree que no fue escuchado.
-Abre tus ojos.- y lo hace. El mismo no se había percatado de que sus parpados permanecían cerrados.
-Aquí estoy, si miras al cielo.- Echo un vistazo a la luna, porque a su lado no había nadie, más que la soledad.
-Veo la luna.- respondió. Al tanto que ni la distancia era obstáculo para que imaginara que su Willy se encontraba a su lado.
-Ambos la vemos. La luna es nuestra conexión. Nos une a pesar de la distancia.- Sus palabras hicieron eco en su interior, inevitablemente sus labios se elevaron formando una ligera sonrisa, deseando tenerlo realmente a su lado para besarlo. Aun ante el presente impedimento entre ellos.
-Pero no hace que te extrañe menos.- Sincero abrumado.
-Yo también te extraño.- contesto desde el otro lado, apoyado en el cálido ambiente liberado de la playa y las olas resonando en la arena.
-Deberías de estar aquí.- objeto, siendo por primera vez egoísta en verdad.
-O tú aquí. Solo queda unos cuantos días para cruzar el océano por ti.- Y no pudo aguantar la leve risa, por lo último. Aunque fuera cierto.
-Es lo mas romántico que vayas a decir jamás. Dímelo de nuevo.- Se regocijo, mientras que su corazón burbujeara con delirio.
-Cállate, arruinas la magia del momento.- Y las risas se escucharon en la soledad de un parque infantil o junto al horizonte teñido de mar.
Después el silencio se forma a través de la línea. Un silencio en que se pensaban el uno al otro. Tranquilo y placentero. No hubo interrupción, cuando su conversación se alargo hasta altas horas de la noche. Mirando una cielo estrellado a la distancia.
