Oscuridad.

831 99 2
                                        

Arde el cielo | Maná.

Parte I

[Lime]

Samuel se deshacía, esfumando caricias y gemidos en la boca de piel caliente. Se reclinó en torno del alboroto que dirigía a la perdición. Rendido a la delicada sensación que se evaporaba. Guillermo aprisiono sus labios en un suspiro ligero que abandonaba en cada vaivén. Estaba contra su cama, rasgando a arañazos lo largo de su espalda. Suplicando por más. Se removía en cada cálida intromisión. Se multiplicaba por cada movimiento, se sentía en su debilidad, y se encogía recorriendo su sistema nervioso. Tensando y manipulando a su antojo.

Aquella insolación había sido librada, apenas sus bocas se devoraban con desesperación. La pasión se palpaba en sus cuerpos, ahogados en deseo. La habitación se hundió bajo una atmósfera caliente y peligrosa. Samuel beso cada rincón y punto erógeno. Sensibilizando y procurando estremecer la poca cordura que quedaba esa noche.

Desgarro su interior. Acaricio su placer, y se rindió sobre la boca que lo besaba. Arremetió completamente en su interior, que se llenaba por cada entrada errática y estimulante. Dejando a su paso una ola de lujuria e inconsciencia. Lo beso y se besaron, al punto de no saber diferenciar sus labios al despegarse. Entre ellos los unía un ligero rastro de saliva.

Una última gota de éxtasis contra el cuerpo desnudo y aprisionado. Guillermo llevo su mano para ser mordida en su boca. Sentía como era llenado. Una última embestida más. Y un muy sensual Samuel se hizo cargo de atender el endurecido miembro ajeno, que suplicaba por su atención.

Una última sacudida, y su empalmado interior se dejó sentir. Liberando un poco de su calidez por sobre la mano del que ahogaba su propio espasmo dentro de su estrecho agujero. Guillermo se hundió nuevamente, pero esta vez al lado de un delirante y cansado Samuel, que no perdía de vista el contorno del pelinegro que se rendía sobre su pecho. Depositando el último aliento en sus labios, y envolvió su cintura en un abrazo. Se dejaron arrastrar por sus sueños. Deseosos en la profana oscuridad. Siempre expectante de la muestra más pura de amor.

Drabbles | WigettaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora