Debatir acerca de quien empezó primero sería absurdo.Estúpido. Piensa en su mente. Por ser tan débil y dejarse llevar por él, y su puto mundo de ilusiones.
Guillermo no tendría que pensar demasiado. Ni amargarse por el hecho de que esta donde quería estar. Donde ya no se puede arrepentir, y las sensaciones lo traicionan.
Siente sus labios, y el ardor en su piel. Percibe los suspiros chocar contra su boca. Y la ropa deslizándose al suelo. Todo él es un sin fin de escombros, desplomandose en un prescipio. Pero se reprime, inconforme, y se deja ser usado.
Pero sus ojos no mienten, aunque lo intente. Lo mira ahogarse en gemidos, y colarse en su entre pierna sin pudor. Contempla el contorno de su muy abochornado rostro, e idealiza un mundo para los dos.
Sólo que no cree en imposibles, y para ellos es sexo y nada más. Al menos para uno de ellos...
